28.6.11

Danzarines

Te cuento cómo le fue a Sofía en su recital de danza, te recomiendo una película que te tocará el corazón.
Mi pequeña Sofía se presentó en su recital de danza. Fue ayer y la que estaba más nerviosa era yo. A Sofía le encanta bailar, como les he contado, cada vez que escucha música se pone a bailar donde sea. Puede bailar desde Tchaikovsky, pasando por Miles Davis, saltando con los Talking Heads y sonriendo con Peter Gabriel. Muy a mi pesar también puede bailar Shakira, en fin, todo lo que sea musical ella lo baila.

Ayer bailó a los Beatles con la versión de Horacio Franco, maestro de la flauta en México.

Antes de entrar al teatro, la vestí, le puse sus mallas; la peine, le hice sus chongos y le coloqué su coronita; la pinté, le puse chapitas y brillo en los labios. Ella se puso las zapatillas, me enseñó cómo se las ponía su maestra. Cuando me explicaba cómo se ponía las zapatillas estaba con la lágrima de cocodrilo a punto de salir. Me emocioné mucho, sin darme cuenta le heredé el gusto por bailar y lo mejor es que se divierte haciéndolo.
La función fue el trabajo final del taller Danzarines, es un taller de danza lúdica para los niños. Fueron cinco coreografías con musica de Bjork, The Beatles, donde salían los niños apoyados de bailarines profesionales. Este apoyo me gustó porque es una buena forma de soltar a los niños al espacio escénico sin dejarlos solos.

Niños y niñas desde 2 hasta 10 años, bailaron ante el público sin ninguna pena. El espacio era de ellos y de la música. Me gustó mucho ver a niños pequeños que todavía se les dificulta caminar, pero que ya se mueven con el ritmo y lo disfrutan.

En la tercer coreografía salió Sofía. Se veía hermosa con su tutú azul. Cuando la vi entrar al escenario mi corazón empezó a latir más fuerte. Tenía la cámara en la mano pero la emoción no me dejó separar la vista de todo su baile. No quería perderme ningún segundo, no quería parpadear. Quería grabar en mi memoria todos sus movimientos. Grabé en mi corazón su cara de concentración y alegría. Bailó, bailó y bailó. Mi sonrisa no cabía en mi rostro. Mi pequeña bailarina.
Al terminar la función todos los papás aplaudimos a nuestros niños. Un aplauso bien merecido por su esfuerzo, por pararse en el escenario, que no es cosa fácil, por hacernos sentir maravillados de todo lo que pueden hacer.

Salieron los bailarines. Salían del Teatro niños y niñas emocionadas, recibiendo las felicitaciones de sus papás. Salió Sofía y le dimos unos girasoles como regalo de prima bailarina. Fue una gran momento para ella. En la noche, antes de dormir le pregunté qué era lo que más le había gustado del día. Me respondió: “estar en el teatro”. Querida Sofía -pense, mientras le daba su beso de buenas noches- ya te gustó el teatro, te gustó el escenario. Ya que lo probaste, no lo vas a poder dejar. Bienvenida al mundo del movimiento.

Felicidades a Danzarines por hacer esta labor tan importante y honesta. Es un gran trabajo el enseñarle a los niños el valor del escenario y es un gran regalo el enseñarnos a los papás la capacidad que tienen nuestros hijos.

Para los papás: Hablando de danza y música, les recomiendo el documental War Dance. Lo vi el sábado pasado, me conmovió al grado de las lágrimas y me llenó de energía para proponer y hacer algo por nuestros niños mexicanos. War dance cuenta la historia del grupo de música y baile de la escuela primaria de Patongo, en el norte de Uganda, África. Estos niños toda su vida han estado alrededor de la guerra; algunos son huérfanos, otros los han secuestrado los rebeldes para ser parte del ejército. Ahora lo que les da sentido a su vida es el Concurso Nacional de Danza. Este documental es un viaje por la realidad de los niños de Uganda y su entrega en cada baile y cada canto de su tierra. Se las recomiendo mucho. Es una experiencia de vida.

Esta película la pueden ver gratis por internet. Solo tienen que meterse a la página web. Aquí les dejo un adelanto:





Más información:
Danzarines:
Protasio Tagle No. 57 Bis interior 6
Col. San Miguel Chapultepec
Tel. 5553 5046
Móvil 04455 1836 3716
http://www.danzaludica.blogspot.com/

23.6.11

Un viaje y un Museo

Te cuento de qué platicamos Sofía y yo por teléfono. Te recomiendo visitar de nuevo el Museo de Antropología e Historia. Te recomiendo unos talleres de verano.

¿Les ha pasado que hay días que parecen no terminar? Así fue mi día de ayer. Despertarme temprano, llevar a Sofía a la escuela, ir a una junta de trabajo, grabar mis cápsulas de radio, afinar guiones, regresar a casa, hacer maleta, comer y salir al aeropuerto. Todo esto antes de las tres de la tarde. Entre llamadas de producción y coordinar con mi mamá que pasara por Sofía a la escuela. Ayer fue un día de locos.

En el avión me dormí sin darme cuenta. Cuando llegué a Cancún, me pareció curioso que era de las pocas personas que viajaba para trabajar, lo más curioso fue que me gustó esa sensación.

Antes de dormir le marqué a Sofía para ver cómo estaba. Escuchar su voz me llena de energía. También estaba a punto de dormirse. Platicamos de su día en la escuela, que había hecho una corona de papel, pero no había terminado de dibujarla, que se había comido todo su lunch, que había nadado muy bien. Después de su narración de su día me dijo: -Ahora tú cuéntame, ¿estás en Chetumal o en Veracruz?- Me dio mucha risa porque son los dos lugares que más se acuerda mi hija y lo dijo con un tono de aseveración de niña grande que me dio mucha ternura.

Le conté que estaba en Cancún, que solo estaría un día por acá para trabajar. A lo que me contestó -¿Ahí sigue siendo México?- Le dije que sí, que Cancún era México y que por eso, seguía estando muy cerca de ella. Me gustó esa metáfora donde por seguir estando en el mismo país, estamos cerca. Seguimos en casa.

Le conté que ella ya había visitado Cancún, que había nadado en su mar, que estaba en el mismo estado que Chetumal, que el estado se llamaba Quintana Roo, que Quintana Roo está en una península, que una península es como un bracito de tierra que está rodeada de agua. Platicamos un buen rato por teléfono y Sofía quería saber más. Le conté que aquí había pirámides y cenotes, que había selva y mucho mar.

La plática terminó. Nos dijimos buenas noches y nos mandamos un beso. Cuando colgué me quedé con la emoción de contarle más sobre este estado y de contarle más sobre otros lados de su país. Así que se me ocurrió la idea de llevarla este fin de semana al Museo Nacional de Antropología e Historia, para que conozca las regiones y las costumbres de cada lugar.

El Museo Nacional de Antropología e Historia, en lo personal, me encanta. Es un museo magno en arquitectura y contenido. Me entusiasma la idea de caminar por los pasillos de la mano de Sofía y descubrir a través de mi hija las diferentes culturas que forman nuestro país. De dónde viene la cultura de cada región. Lo que más me gusta es ver que a pesar de los años y de una supuesta homogeneización cultural, lo ancestral de cada zona sigue evidente. La historia antropológica sigue estando presente.

Les recomiendo que vayan al Museo Nacional de Antropología e Historia, aunque todos hemos estado alguna vez en este recinto, ahora con nuestros hijos lo podremos descubrir de otra forma ¿no creen?

También les recomiendo le echen un ojo a los talleres de verano para niños, son varias actividades en donde trabajarán con elementos prehispánicos, para niños a partir de 6 años, hay artes escénicas, vitral, cerámica, joyería, etc. Y Para los peques más chicos hay talleres familiares de mitos y leyendas y escenas cotidianas de cómo vivían nuestros ancestros prehispánicos. Se ven bastante divertidos. Para más información, da clic aquí.

Para los papás: Les recomiendo hagan el paseo virtual del Museo, esta muy bien hecho. Solo dale clic aquí

21.6.11

Los gatitos de Sofía.


Te cuento cómo una mascota ayuda a tus hijos. Te recomiendo una página para adoptar mascotas. En el aniversario luctuoso de Monsiváis, conocemos a sus gatos.
 La primera en llegar fue Gisela, una gatita negra con sus patitas blancas. Venía de la Col. del Valle y ahora se pasaba al barrio de la Roma para vivir con nosotros. Varios meses después le buscamos compañía a Gisela, entonces llegó Oscar, un gato de azotea muy miedoso y nervioso. Muy chico y muy feo, pero de tan feo que se me hizo bonito y le dimos la bienvenida a la casa. Ahora es un gato precioso blanco, enorme, aunque sigue siendo nerviosito y un poco miedoso.
  Cuando Sofía nació, la vida de los gatos cambió. En primera ya no eran el centro de atención y en segunda, había que cuidarlos para que no se acercaran a la bebé. Cuando Sofía empezó a gatear, Oscar y Gisela se acercaron un poco más a ella. Cuando Sofía creció la vida de los gatos de nuevo cambió, ahora ellos buscaban escondite cuando llegaba la enana y los quería acariciar, pero como no medía fuerzas, les jalaba los pelos o las orejas. Le han tenido mucha paciencia a la pequeña.

Hace poco estábamos buscando un gatito para llevarlo a casa de mi suegra y le hiciera compañía a Franky, un gato viejo precioso. Una amiga de Bruno tenía unos gatitos. Solo quedaban dos de la camada, así que era momento de decisión ¿Nos quedaríamos con los dos? ¿Sofía se podría hacer cargo de un gatito chico?. Hablamos con Sofía, le explicamos que un gatito no era fácil, había que darle de comer y de beber, apapacharlo y acompañarlo al veterinario. Ella dijo que sí, que se haría cargo. Como siempre, la decisión final fue la aventura, así que los dos gatitos llegaron a casa.

En cuanto llegaron, Sofía los buscó y los apapachó. Cada vez que llega de la escuela, lo primero que hace es buscarlos y sacar sus juguetes para que jueguen todos juntos. Al macho lo quería llamar "quesadilla" y a la hembra "paleta", vimos que los nombramientos peligraban así que le ayudamos a nuestra pequeña. Fue una semana de buscar y buscar nombres hasta que se quedó Miis (mish, que significa gato en maya) y Gatala.
 Miis y Gatala ya son parte de la familia, ya duermen muy acurrucados en la cama de Sofía y ella se siente muy contenta de tener unos gatitos que cuida. Ayer fuimos al veterinario para desparacitarlos y ponerles sus vacunas. Sofía les echaba porras, les gritaba "¡Miis! ¡Gatala!" y luego los acariciaba y les decía con un tono muy cuidadoso: "Todo va a estar bien gatitos, ya casi acabamos" mientras los acariciaba. La doctorcita cuidaba de sus cachorros.
Sofía agarrando a Miis para que le pusieran su vacuna
  Oscar y Gisela lo están disfrutando de lo lindo. Acostados desde el sofá ven cómo Sofía trae de arriba a abajo a Miis y a Gatala, los gatos grandes con los grandes y los chicos que hagan su fiesta.

Había escuchado que una mascota le hace bien a los niños, pero la verdad no era algo tan importante para mi. Sofía tenía a Oscar y a Gisela así que ya tenía mascotas. Pero ahora que la veo con Miis y Gatala entiendo la diferencia. Miis y Gatala son sus gatos, ella les dio la bienvenida y se encargó de ellos desde el principio, son unos gatos chicos que tienen la misma energía que Sofía y que pueden jugar hasta el cansancio.

Una mascota es importante en la vida de un niño. Les da compañía y diversión, pero también les da sentido de responsabilidad y de cuidado. A nivel afectivo es muy importante, lo veo con Sofía que los acaricia y les manda besitos.

Les recomiendo que adopten una mascota. A sus hijos les va a gustar mucho. No la compren, adopten! Hay muchos gatitos y perritos que necesitan una casa. Les recomiendo que visiten la página: adoptamascota.com es una red de casas de adopción de gatos y perros en todo el D.F. en esta página encontrarán la que esta más cerca de su casa.

Para los papás: Hablando de gatos y recordando el aniversario luctuoso de Carlos Monsiváis, les recomiendo el artículo de la revista emeequis: Los gatos deMonsiváis. Donde conoceremos los nombres de todos sus gatos y cómo dominaban la casa del escritor.

17.6.11

¿Cómo es tu papá?


 Bruno se enteró que iba a ser papá una tarde octubre del 2006. Nos quedamos de ver en un café de Polanco. A mi parecer ya lo sospechaba porque recuerdo que llegó con una sonrisa disimulada. No estábamos casados. No vivíamos juntos, y debíamos tomar una serie de decisiones a nuestro alrededor. Recuerdo que yo llegué con toda la espada desenvainada, le dije que estaba embarazada y sin darle espacio a una respuesta, afirmé que pasara lo que pasara, con él o sin él yo me haría cargo del bebé. Todavía sin dejarlo hablar, contesté mi teléfono que me hablan de canal once, para decirme que el programa en el que trabajaba en ese entonces, lo habían aceptado en supervisión de contenidos y sí salía al aire.

Bruno solo me veía para darme mi tiempo de mujer en apuros, casi salida de una comedia romántica de Hollywood. Seguía con su sonrisa, ahora más obvia. Íbamos a ser mamá y papá. Así lo fuimos. Así lo somos.

Ahora Sofía tiene cuatro años y está en el pleno momento de ser princesa y adorar a su papá. Es tan divertido ver cómo conviven, porque son igualitos: creativos, testarudos, alegres y no paran de hablar. Las noches que llega Bruno de trabajar y Sofía sigue despierta, es una tertulia bastante interesante. Yo los veo desde la cocina y sonrío de cada cosa que dicen.

Con Bruno aprendí que la maternidad y la paternidad son dos visiones separadas que se conjuntan en un mismo fin. Por eso este espacio se llama PAPÁSDF, porque es una búsqueda plural de convivir con nuestros hijos. Los papás también quieren saber cómo es el proceso de crianza, también quieren pasarla bien con sus hijos y compartir momentos de unión con sus pequeños.

Les confieso que me costó trabajo dejar a Bruno y a Sofía que hicieran una unión ellos dos. Tenía la costumbre de la cultura matriarcal donde la mujer tiene que estar todo el tiempo con su familia, Bruno y Sofía me enseñaron que no, que ellos también necesitan un espacio para ser padre e hija.

Felicidades a todos los papás. Felicidades por los nuevos papás que se involucran en la vida de sus hijos. Felicidades a los papás que no dejan de hacer lo que les gusta y ahora lo hacen con sus peques. Felicidades a los papás que a pesar de la cruda, llevan a sus niños al parque. Felicidades a los papás que buscan ese espacio después del largo día de trabajo, ese pequeño espacio antes de que su bebé se vaya a dormir, solo para abrazarlo y decirle cuánto lo quieren. Felicidades papás y gracias por enseñarnos a las mamás que educar no es lo mismo que sobreproteger.
 Para ustedes y para sus peques, les recomiendo el libro ¿Cómo es tu papá?, editado por la UNAM y el Fondo de Cultura Económica. ¿Cómo es tu papá? Nos enseña cómo se comportan los diferentes padres del reino animal, por ejemplo el caballo de mar es el que guarda los huevos de sus crías, al igual que el pingüino emperador. También nos cuenta que el pez gato también guarda a sus hijos, pero en su boca para proteger a sus pequeños, mientras el búho sale en la noche a cazar comida para sus crías. Este libro escrito por Estrella Burgos e Ilustado por Miguel Tanco, nos deja ver que todos los papás tienen el mismo instinto de protección con sus hijos.

Ustedes ¿Cómo son de papás? ¿Se imaginaban así? Platíquenle a sus hijos cómo eran antes de ser papás y que sus hijos les cuenten cómo los ven de papás. Se pueden llevar una grata sorpresa.

¡FELIZ DÍA DEL PADRE!

14.6.11

Mi abuelo y los sentimientos


Recuerdo la alegría que sentía cuando olía la loción de mi abuelo cada vez que llegaba a la reunión familiar para repartirnos frutsis y galletas María. Estos últimos días he recordado muchos momentos de mi infancia con mi abuelo. No fue una relación estrecha, pero los recuerdos que tengo con muy valiosos. Ahora mi abuelo está en el hospital. A sus 84 años ya está cansado. Se está despidiendo lentamente y me da la oportunidad de acordarme de aquellos momentos con él.

Hace unos días, mientras me acordaba de los poemas que recitaba mi abuelo al final de la comida familiar. Con su tono yucateco y su porte bohemio. Pensaba en lo que significa para Sofía tener a sus abuelos cerca, en la importancia de sus abuelos en su vida. Con sus abuelos descubre otra forma de ver el mundo, donde el tiempo no va tan rápido como estamos acostumbrados los padres de hoy. Por otro lado, sus abuelos descubren otra forma de educar, donde la responsabilidad no es un impedimento para disfrutar la infancia de su nieta. Hasta ahora que soy mamá, comprendo la importancia de los abuelos en el crecimiento de mi hija. Por eso, antes eran los viejos sabios. Ahora lo entiendo.

Con esta despedida de mi abuelo, estoy viviendo varios sentimientos que mi hija interpreta. Esta relación me esta gustando mucho, porque se da cuenta que su mamá también siente y juntas vamos experimentando el comunicar nuestras emociones. El día que internaron a mi abuelo en el hospital, antes que me avisaran lo que había pasado, Sofía y yo íbamos en el coche bailando y cantando como acostumbramos. Las dos nos movíamos sin parar. Era un momento maravilloso, donde Sofía veía a su mamá contenta y en el que yo veía a mi hija contenta. Horas después estaría preocupada por la noticia de mi abuelo en el hospital, Sofía me vio preocupada y me preguntó si estaba triste. Le dije que sí, le expliqué que su bisabuelito no se había sentido bien y estaba en el hospital. Sofía comprendió ese sentimiento y nos abrazamos un buen rato.

Los sentimientos en una despedida como esta son muy complejos, no los logro descifrar. Por un momento son de ternura por los recuerdos, en otro momento son de tristeza por que se va, en otro momento son de alegría porque la familia esta unida, en otro momento son de cansancio por la espera de ver si va a mejorar o no. Es curioso que la expresión de estos sentimientos, me lo enseñó Sofía. Ella nombra lo que siente, lo dice, lo afirma y luego me pregunta qué siento yo. Estoy convencida que nuestros hijos tienen mucho que enseñarnos. Mi hija me esta enseñando a nombrar lo que siento, que maravilla.

Nombremos lo que sentimos, es un ejercicio muy valioso para la comunicación en las relaciones personales. Esto también se aprende desde niños, por eso les recomiendo la obra de teatro Onomatopeyas que se presenta en el Teatro Casa de la Paz. Esta obra cuenta la historia de “Glu” y “E” que en sus primeros pasos sienten miedo, inseguridad, enojo, tristeza, pero también alegría y felicidad. Los primeros pasos les llevan a conocer sus sentimientos. Les recomiendo mucho esta obra que se presenta los sábados y domingos a las 13 hrs.

Más información:
Teatro Casa de la Paz. Cozumel 33 Col. Roma


9.6.11

Comida de los ancestros


Llegamos al restaurante y mi familia ya había empezado a comer. Era el cumpleaños de mi hermano y él propuso el lugar. Cuando me senté lo primero que vi fueron unos gusanos de mamey. Lista para la aventura - me dije a mi misma como un empujonsito para dar el paso. Agarré una tortilla y me preparé un taco de gusanos.

Esa fue la bienvenida al Restaurante Chon. Un lugar muy conocido por los estudiantes de antropología e historia, ya que ahí hacen sus prácticas para conocer la comida que nuestros ancestros prehispánicos preparaban. Para mi fue un lugar nuevo y una puerta a otra dimensión de la comida mexicana.

Todo el lugar es entrar a otra realidad. El chef, Don Fortino Rojas, trae el menú de degustación y explica qué es el platillo, en qué parte de la República se come y cómo se prepara. Es un purista de la gastronomía prehispánica. Como cualquier turista, le pedí una limonada y a parte un curado de limón (mi hermano me lo recomendó, y aunque no son fiel seguidora del pulque, en esas circunstancias de degustación sin límite, acepté la oferta), Don Fortino se me quedó viendo fijamente y con voz severa me dijo: “¡¿va a tomar agua?! No lo combine señorita, que se le va a revolver el estómago. Mejor le traigo el curado”. Ahí entendí que el señor sería mi guía de paladar por los próximos 90 minutos.

Desafortunadamente Sofía estaba dormida, fue uno de esos días con mucho calor y acababa de salir de la escuela. En el camino al restaurante se quedó profundamente dormida, pero le tomé fotos a la mayoría de las cosas que comimos para que tuviera registro de la comida de su país. 

Gusanos de Maguey

Tostada de venado

Chamorro al Pibil
Después de los gusanos de maguey, nos comimos unos escamoles, hueva de gusano preparada con mantequilla, debo decir que ya los había probado pero los que prepara Don Fortino están deliciosos. El siguiente platillo fue una tostada de carne de venado, de la región maya del país, la carne dulce cae en una muy buena combinación con las hierbas fuertes y la cebolla, después un chamorro al pibil bastante jugoso. Para este entonces, mi curado de limón se había terminado y la comida ya había sido suficiente, pero Don Fortino, seguía sacando platillos y nos seguía explicando. Yo tenía mucha sed, pero seguía las indicaciones de mi guía de no tomar agua, así que me refrescó con una paloma con un buen tequila y le seguí dando a la degustación.

El siguiente platillo eran una especie de tortas de romeritos con mole. En lo personal el mole me encanta y no me quedé con las ganas de probarlo. Era mole negro y se podían distinguir todas las semillas con las que se hizo. Un sabor fuerte y determinante y las tortitas de romeritos sabían también bastante bien, aunque había algo en el sabor que no me convencía que fueran romeritos en realidad. Empezó la discusión en la mesa sobre que sí eran o no romeritos, hasta que decidimos salir de dudas y preguntar a Don Fortino, él esbozó una sonrisa, la primera y única de toda la comida, y nos dijo: “no son romeritos, son huevos de mosco. Típicos de Oaxaca” Todos los de la mesa, nos quedamos en silencio, Don Fortino fue a su refrigerador, lo abrió y sacó una bolsa de plástico llena de huevos de mosco, nos explicó que la preparación es como si hicieran hot cakes, para hacer las tortitas y después las bañaba de mole. Los de la mesa seguíamos en silencio y veíamos el plato que casi nos habíamos terminado. En ese momento me di cuenta que me falta mucho por aprender de mi país. Salimos de la sorpresa y seguimos comiendo el manjar de nuestros ancestros. Lo que siguió fue cocodrilo al pipian y ya se nos hacía demasiado normal.

huevos de mosco con mole
 Sofía se despertó justo para el postre. Un pastel de Amaranto delicioso, que a pesar de que estaba destinado para el cumpleañero de mi hermano, terminó todo en la pancita de la pequeña princesa maya.

Esta comida, la voy a recordar siempre. Los platillos me llevaron a otra forma de conocer mi país. Con cada probada, todos los comensales platicábamos algo de México, recordamos nuestros viajes a Oaxaca y a Yucatán, repasamos la historia para lograr entender cómo nuestros antepasados encontraron estos sabores y combinaciones. Con cada bocado entramos al juego de la historia y nos dejamos llevar por los sabores de nuestra tierra.

Me gustó que Sofía conociera el lugar, me vio comer cocodrilo y no daba crédito a lo que había hecho. Esas son sus raíces también. Eso nutrió a los que crearon nuestra cultura.

Les recomiendo visiten el Restaurante Chon, tomen sus precauciones, que está en una zona brava de la Ciudad, esa también es la realidad. Pero vale la pena la visita.

Restaurante Chon: Regina 160. Col. Centro

7.6.11

Que no se nos olvide...

Hoy, como todos los martes, les iba a platicar de mis aventuras con mi hija por la Ciudad, pero haré una pausa de reflexión en este día, les cuento por qué:

La semana pasada se habló en todos los medios sobre el caso de la maestra Martha Rivera, maestra de kinder en Monterrey, Nuevo León, que calmó a sus alumnos de entre 5 y 6 años de edad, mientras sucedía una balacera fuera de su escuela. Le llamaron la maestra heroína, por el valor que había demostrado para cuidar de sus alumnos.

El viernes pasado vi el video en YouTube, donde se publicó la grabación que hizo la propia maestra para que se dieran a conocer los hechos. Vi el video tres veces y no dejaba de estremecerme el corazón de ver tal realidad. Esa es la realidad de nuestros niños y niñas mexicanos, esa es su otra realidad.



  
La vida noticiosa de este hecho ya pasó. Fue la semana pasada y para estos tiempos de inmediatez mediática, donde lo que pasó hace una hora en twitter ya es historia, lo sucedido el pasado 31 de mayo es lejano a nuestra realidad. Por eso escribo estas líneas. Que no se nos olvide este hecho. Que no sea uno más en la contabilidad de los recuerdos lamentables de estas épocas violentas. Los actos de la maestra Rivera son admirables, pero este hecho vale más por los niños, nuestros niños que están viviendo esta realidad. Por ellos, les invito a que no se nos olvide.

La realidad que viven nuestros niños es vulnerable. Por un lado, vivimos en una sociedad donde las estructuras morales muestras sus fracturas reales. Culturalmente es más valioso y contestatario ser de los malos. Y por otro lado, la realidad mediática nos asfixia hasta que percibimos que estamos en un callejón sin salida, donde no se vislumbra ningún cambio. De esto también hay que hablar (a su nivel) con nuestros hijos. De esto, de nuestra perspectiva de México, también aprenden nuestros hijos; de nuestro ejemplo.

Los niños y niñas que vivieron la balacera en Monterrey siempre la van a recordar. Hay una generación de futuros ciudadanos que tienen en sus recuerdos actos violentos dentro de su país, su casa de identidad cultural. Por otro lado están los niños y niñas que viven otra realidad, como si vivieran en otro país, pero que han aprendido desde pequeños que el país ya perdió, que la violencia nos derrotó ¿Cuál será el futuro de esta generación en la que la idea de su país se quebrantó? Esa es la que me preocupa.

Demos a nuestros hijos un ejemplo propositivo. Enseñémosles que aunque los tiempos son difíciles, todavía hay un México que vale la pena. Seamos ciudadanos y no perdamos la fe en nosotros. Que no se nos olviden los niños que están viviendo la guerra, por ellos vale la pena actuar y desde nuestro espacio, hacer algo por esta sociedad fracturada.

Para los papás: Si están interesados en más temas sociales que tengan que ver con la infancia, les recomiendo el sitio por internet Infancia Hoy, es un noticiero argentino pero toca temas sociales y políticos de toda la infancia en latinoamérica.

2.6.11

Abrazamos a los monstruos

La otra noche Sofía se pasó a nuestra cama para dormir, le pregunté por qué no se dormía en su cama y me dijo que tenía miedo a la oscuridad. Esa noche me dormí en su cama, mientras le contaba que en la oscuridad no pasaba nada, solo era una forma diferente de ver las cosas, que en el día se ven más brillantes.

Varios días después, mi hermano le regaló el libro Donde viven los monstuos de Maurice Sendak. Pensé que era un buen momento para leerlo y explorar el mundo de los miedos, abrimos el libro y las dos descubrimos un libro maravilloso.
 Donde viven los monstruos es un libro muy famoso en Estados Unidos, incluso en el 2009 el director Spike Jones realizó una película basada en este cuento infantil. Yo lo había escuchado pero no me había llamado la atención como para leerlo con mi hija, pero cuando te toca, te toca y este era el momento preciso de conocer esta obra.
 Donde viven los monstruos, cuenta la historia de un niño llamado Max, que su madre lo manda a la cama sin cenar, por andar asustando por todos lados con su traje de lobo. Su cuarto se vuelve un bosque donde encuentra un río y un bote. Se sube al bote y llega a la isla de los monstruos donde canta y baila con ellos. Después de un buen rato de pasarla bien, decide que quiere regresar a su cuarto para ir a cenar. Se sube al bote y regresa a su casa.
 El aprendizaje de este libro es para todas las edades. Le doy dos lecturas. Para los niños mi lectura es que hay que abrazar nuestros miedos, conocerlos y regresar a nuestro lugar seguro, para los adultos mi lectura es que hay que conocer nuestros monstruos, entender el lado oscuro que todos tenemos, el miedo interior de nuestros propios límites, enfrentarlo como autoconocimiento y regresar a nuestro lugar seguro. Donde viven los monstruos es un lugar dentro de nosotros, los conocemos, los creamos y nos podemos despedir de ellos. Un mensaje esperanzador.
 La noche que leímos este libro, Sofía y yo platicamos bastante, ella me contó de qué monstruo era el que más le gustaba del cuento y nos reimos del baile de los monstruos. Yo tuve una platica interna donde me di cuenta de mi lado oscuro, lo entendí, lo asumí y por el momento, me despedí de él. Esa noche Sofía durmió sola en su cama.
 Les recomiendo lean con sus hijos Donde viven los monstruos, será un aprendizaje mutuo.

Y para explorar más el mundo de los monstruos, les cuento que Alas y Raíces organiza el taller: De pesadillas y otros monstruos, donde los pequeños pueden explorar sus miedos y pesadillas más fantásticas para que de esta forma los puedan controlar, desaparecer, derretir o aún mejor los lleven a escena y jueguen con ellos dentro de una actividad onírica y lúdica. Este taller se imparte en la Galería Jośe María Velasco los sábados hasta el 25 de junio, de 10-12hrs. De forma gratuita.

El enfrentar y liberarnos de nuestros miedos, es algo que también se enseña desde niños.

Para los papás: Hablando de nuestro lado oscuro, últimamente me he acordado de cuando en la secu era dark y vestía ropa negra con estoperoles y maquillaje negro ¡vaya calor! Todos tenemos ese lado de exploración. Lo que sí, es que la música me sigue gustando, por eso les dejo a Bauhaus con Vela Lugosi's Dead. ¡a bailar en las sombras! Esta canción es de la película The Hunger, de Tony Scott. Actúa David Bowie y Catherine Deneuve. Un clásico de vampiros ochenteros!!



Más información:
Galería José María Velasco: Peralvillo 55
C.P. 6200, Deleg. Cuauhtémoc
Distrito Federal, México
(55) 5626 9157 / galeria.velasco@gmail.com