24.2.11

¡A bailar!


Les cuento de un taller de danza lúdica y les recomiendo una función compartida para niñ@s y adultos.

El martes pasado les conté que mi hija no dejaba de bailar. Pues sigue bailando. No para. Menos ahora que le regalamos un reproductor de CD's portátil, para que conozca que antes del ipod y ipad, existían botones. Entonces anda feliz de un lado a otro con su maletita de discos compactos en una mano; su cd player en la otra y baila con el cuerpo, con los hombros, con los ojos y con la risa que le sale a cada rato.

Me da mucha risa porque canta en voz alta y de su boca salen sonidos parecidos a las palabras de las canciones. A ella no le importa si esta bien la pronunciación o no, lo que le importa es cantar y bailar, como si estuviera en cualquier obra musical. La podría ver por horas y mi alegría no teminaría jamás. Ahora esta haciendo otra dinámica, en una libretita apunta las canciones que escucha, así que si escuhó la canción uno del disco, apunta en la libreta 1 y así va a lo largo de todo el álbum. Ya encontró otra forma de divertirse y contar, vaya ingenio.

El verla bailar tan contenta me entusiasmó para buscar escuelas de baile y me topé con una opción que me gustó bastante. Se llama Danzarines y es un taller de baile lúdico. La directora del proyecto es Rosana Padilla, es profesional de la educación dancística por parte del INBA, pero también es psicóloga. Esta combinación me parece interesante a la hora de enseñarle a los niños a expresarse con el cuerpo. Me gusta la filosofía de que sea un baile lúdico y orgánico, siento que a Sofía le gustará.

El taller de Danzarines empieza este sábado una temporada de funciones en el Teatro Cuauhtémoc. La obra se llama Sombras y Figuras, donde los niños de este taller compartirán escenario con bailarines profesionales y a través del baile abstracto contarán historias de juegos cotidianas.

Esta función promete bastante, ya que además de que tus hijos pueden ver una obra por y para niños, también tendrán la oportunidad de tener un pequeño taller en escena y subir al escenario a bailar. Aquí nadie se queda con las ganas.

Lo interesante de esta función es que está compartida con otra puesta en escena de la Coreógrafa Dora Hagerman. Esta parte es un solo que se llama: “Homenajes y/o Historias de Amor” donde Hagerman busca un lenguaje personal de danza para mostrar las ataduras y libertades de expresión y comunicación humana. Con música de la calidad de Nick Cave y Beirut, la danza nos llevará a recorridos de recuerdos, homenajes y amor.

¿Cómo ven? Una función de danza para niños, hecha por niños. Un taller donde tus hij@s pueden aprender el lenguaje del cuerpo. Mientras ellos están en el taller, tú puedes disfrutar de una coreografía de calidad dancística. Todo esto en el mismo espacio. Pensado exclusivamente para l@s niñ@s y sus papás.

Vamos al estreno este sábado 26 de febrero en el Teatro Cuauhtémoc a las 13:30 horas. Impulsemos que hayan más espectáculos culturales así, donde niñ@s y adultos se pueden divertir por igual. ¡Esa es la actitud PAPÁSDF!

Promociones: Sigue la promoción para la media beca del Taller Impro para niños, que otorga el Teatro Casa de la Paz y PAPÁSDF. Solo queda una media beca, así que participen y cuéntenos: ¿qué harías, tu sol@, 1 minuto en el escenario?


Más información:
Teatro Cuauhtémoc: Av. Jardín s/n, a una cuadra de Periférico Norte. Naucalpan, Edo. México. (a 3 min. Del Toreo)
Todos los sábados del 26 de febrero al 2 de abril
Entrada general: $120.00
niños y niñas menores de 12 años: $60.00

Taller de danza lúdica para niños: Danzarines

22.2.11

Un rato para improvisar...



Les cuento en dónde bailamos mi hija y yo. Les cuento de un taller de teatro impro para niños, te regalamos dos medias becas. Les recomiendo una obra que te llevará al infierno y al paraíso...

El sábado pasado descubrí a mi hija bailando por todos los rincones de la casa. Primero fue en su cuarto; entré para guardar su ropa y ahí estaba bailando con sus muñecos de peluche, los acomodó como si estuvieran sentados en un auditorio y ella fuera la estrella del espectáculo. En cuanto me vio entrar paró de bailar y se tapó la cara toda apenada. Me dio mucha ternura. Me reí le hice cosquillas y le pedí que me enseñara cómo bailaba, así que me senté junto con la audiencia de peluche a ver a mi pequeña bailar.

Unas horas después, estábamos viendo la tele y se escuchó una música de un anuncio y ella sin perder el tiempo, se puso a bailar y a dar vueltas, cuando vio que yo la observaba, se tapó la cara de nuevo y sonrió con una sensación de pena.

Lo mismo ocurrió en el restaurante al que fuimos a comer, pero esta vez en que la descubrió fue su papá. Ahora bailaba con la música que ella inventaba.

En la noche, al regresar a casa, por fin se quitó la pena y se puso a bailar enfrente de nosotros y nos decía cuando estoy en el teatro, así bailo y daba vueltas y subía la pierna y movía las manos y el cuello. Todo con una sensación de movimiento que me dejó asombrada. Me llamó la atención que hablara del teatro, lo dijo tan natural, pero claro, en esos momentos ella estaba en el escenario.

Su papá y yo estábamos fascinados viéndola bailar, pero le dijimos que con cuidado porque se podía lastimar. De la emoción me paré y le expliqué cómo se hacía una pirueta o un plié. Nos quedamos un buen rato agarradas de las manos bailando en el escenario de la casa.

Dos enseñanzas me quedan de esta experiencia: Por un lado, hay que dejar que nuestros hijos experimenten con sus necesidades artísticas, que son innatas de ellos, algunas las aprenden por convivencia y otras simplemente las traen adentro, hay que dejar que las exploren y se descubran a través del arte.

Por otro lado, el arte escénico es un herramienta maravillosa para los niños. Ya sea teatro, danza, baile, música; estar en el escenario es un trabajo de autocontrol y al mismo tiempo de libertad que todo niño debería experimentar, aunque sea en la sala de su casa. Por eso les recomiendo el taller de impro para niños que imparte el Teatro Casa de la Paz. La impro, va más allá de la improvisación teatral, es un conjunto de técnicas que permiten a la misma improvisación convertirse en un fin artístico. Las funciones de un mismo espectáculo siempre resultan distintas, lo que hace que el espectador se convierta en aficionado. Tus hijos podrán convertirse en hacedores de historias únicas e irrepetibles.

Este taller es para niños y niñas de 7 a 12 años, empieza el 16 de marzo y termina el 16 de abril. Los 4 maestros que imparten este taller son Directores, fundadores y miembros de la compañía teatral ImproTOP, que ha sido aclamada internacionalmente y trabajan conjuntamente con programas para Alas y Raíces, área de CONACULTA especializada en contenido para niños.

Bien por el Teatro Casa de la Paz que promueve el ejercicio de la imaginación en el escenario, pero sobre todo, con este taller, trabaja basándose en escuchar y aceptar las propuestas de los otros. Eso me parece una enseñanza valiosa.

El taller impro para niños tiene un costo de 600 pesos. Pero hoy estamos de oferta, como dicen por ahí. Les cuento que especialmente para PAPÁSDF, Teatro Casa de la Paz, nos regala dos medias becas para los dos primeros mails que nos digan: ¿qué harías 1 minuto en el escenario tu sol@?

Manda tu respuesta a papas.df@gmail.com


Para los papás: Hablando de teatro, les recomiendo dos obras que se juntan en exclusiva por corta temporada.
Teatro UNAM y el FONCA, presentan la obra: Infierno, Paraíso, Milagro...Ensamble.

A partir del famoso poema de Dante Alighieri, La Divina Comedia, se inició un viaje para explorar cuatro conceptos que atañen a nuestra vida presente: la enfermedad y la salud; las relaciones entre México y los Estados Unidos; los actos de vigilar y normalizar y, finalmente, la poesía y el deseo.

La experiencia de tener El Infierno y El Paraíso en un mismo evento escénico se hace realidad, están invitados pecadores y almas buenas. Vayamos todos! Un poco de infierno y un poco de paraíso a nadie le cae mal!

Funciones:
24 y 25 de Febrero, 8:30 pm
26 de Febrero, 7:00 pm
27 de Febrero, 6:00 pm
TEATRO EL MILAGRO. Calle Milán 24 Col. Juárez entre Lucerna y Gral. Prim.
Costo del boleto: 140.00. Estudiantes, maestros e INAPAM 70.00. GENTE DE TEATRO Y VECINOS DE LA COLONIA JUÁREZ 50.00.




17.2.11

Una educación de prevención


Les recomiendo un curso de primeros auxilios. Les platico qué debemos tener en nuestro botiquín. Les cuento de una página de internet para niñ@s que les enseña sobre la prevención y qué hacer en caso de un accidente.

Hace unas semanas fui a un curso de primeros auxilios, que me ayudó a darme cuenta que la prevención es muy importante, pero en el mismo valor de importancia esta el saber actuar en caso de que pase un accidente.

Como sabemos, el tener hijos implica una responsabilidad y un cuidado constante. Estamos acostumbrados a tener un ojo al gato y otro al garabato. Incluso en la comida con los amigos, entre sorbo y sorbo de la chelita dominguera, estamos viendo dónde está nuestro hij@ y si esta jugando con otros niños, nos aseguramos que estén en un ambiente seguro ¿a poco no? 

Siempre estamos pendientes de que nuestros pequeños estén bien, incluso cuando estamos dormidos. Recuerdo que cuando estaba embarazada, todas mis tías me decían: "aprovecha que puedes dormir sin preocupaciones, porque una vez que nazca, ya no a dormirás igual". Estoy de acuerdo, ya no duermo igual, pero más allá de una preocupación, siento que es el cuerpo que está alerta. El instinto maternal y paternal que le llaman.

No queremos que le pase algo a nuestros hijos, pero a pesar de estar alerta y pendientes, a veces no podemos evitar accidentes y es mejor saber qué hacer. Lo que me enseñaron en el curso es tener calma, así sabremos qué hacer con exactitud y le daremos confianza a nuestros hijos.

Todas las mamás que asistimos al curso, estábamos muy interesadas en saber qué hacer en caso de que a nuestr@ hij@ se le atorara algo en la garganta, nos explicaron que lo primero es preguntarle ¿Estas bien? ¿Puedes respirar? Aunque parezcan obvias estas preguntas, nos ayudarán a saber si tiene obstrucción parcial o total de la garganta, si hace ruidos al tratar de contestar, tiene obstrucción parcial. Lo que sigue es decirle con muchas ganas "¡Tose, vamos, tu puedes, tose!" como entra un poco de aire por la garganta ese mismo aire expulsará el objeto. 

En caso de que no pueda hacer ningún ruido es obstrucción total y lo que se debe de hacer es decirle: "no te preocupes, yo te voy a ayudar" y hacemos el método de Heimlich: abrimos las piernas del paciente, ponemos nuestra pierna derecha entre las piernas del paciente, con la mano derecha buscamos donde termina el esófago y empieza la boca del estómago, un poco abajo del pecho, cerramos el puño de la mano derecha y con la izquierda empujamos el puño derecho adentro del paciente. Ejercemos presión para sacar el aire del paciente. Haciendo ese vacío, logramos que expulse el objeto. En caso de que sea niño, es el mismo método pero nosotros hincados para estar a la altura del pequeño.

También aprendimos a tener un botiquín preparado en casa y otro pequeño que debemos de traer en nuestra bolsa, por cualquier cosa.

Lo que debemos de tener en casa:
Extintor de Polvo Químico Seco en la cochera
Extintor de CO2 en la cocina

Un botiquín con:
  • lava ojos
  • gazas
  • guantes
  • mascarilla de RCP
  • vendas de 35 cm
  • Isodine
  • Jabón Neutro
  • Toalla Sanitaria (en caso de hemorragia es mejor que las compresas)
  • Micropore

lava ojos


micropore

Lo que debemos de tener en la bolsa:
  • gazas
  • guantes
  • mascarilla de RCP
  • Toalla Sanitaria

También les recomiendo otras medidas de prevención para sus pequeños:

  • Si tu hijo es alérgico a algún medicamento o alimento, platicale de su alergia, así conocerá de su cuerpo y aprenderá a cuidarse.

  • Platicale de su cuerpo, que sepa qué tipo de sangre es.

  • Hay que ser honestos, decirle que las inyecciones duelen pero son necesarias para estar mejor.

  • Si tu pequeño se queda en casa de los abuelos, asegurate que tengan los datos del pediatra y que conozcan las condiciones de salud de su niet@. Deben de saber qué medicamentos puede o no tomar el pequeño.

  • Tener un plan de acción en caso de algún accidente: Teléfonos de emergencia a la mano, claves para comunicarse con la familia y que sepan la situación. En esos momentos lo menos que queremos es pensar en logísticas. Es mejor estar al tanto desde antes cómo deben de actuar en conjunto.

  • El el coche, asegurate de que todo esté en su lugar o guardado en un compartimento, si vas al super todo ponlo en la cajuela. En caso de un choque algo tan simple como un melón se vuelve un proyectil de mínimo 30 km por hora.

  • Haz caso a tu instinto, si ves que hay algo raro en la conducta o en el físico de tu hijo, pon atención y anota los síntomas. Así será más fácil darle la historia clínica al doctor.

  • Si se siente mal tu hij@, preguntale qué le pasa. Deja que el te explique qué siente en vez de adivinar con preguntas predispuestas como ¿dónde te duele?

  • Sobre todas las cosas: Tener calma. Por lo que nos decía el instructor, cuando nos exaltamos nuestra forma de respirar se vuelve más rápida, consumimos más oxigeno y el cuerpo no tiene la capacidad de funcionar como debe. Mejor permanecer en calma y que el cuerpo esté alerta y estable para cualquier cosa.

También te recomiendo el Grupo de Asesores Profesionales en emergencia y rescate (APER) con ellos tomé este curso de primeros auxilios que te platico y me gustó mucho. Te invito a que lo tomes también.

Para los niños: Para que desde pequeños conozcan la cultura de la prevención y el cuidado personal, te recomiendo la página de Protección Civil Infantil del Sistema Nacional de Protección Civil, donde tu hij@ aprenderá de forma lúdica qué hacer antes, durante o después de un incendio, un sismo, una inundación y mucho más.

Más información:
Grupo APER: grupoaper@yahoo.com.mx

10.2.11

Cuéntame tu historia


La Ciudad es testigo de varios amores, desamores, encuentros y desencuentros. Esta urbe enorme que le da casa a millones de personas es el nido de amor de varias historias por contar.

En mi caso, el Distrito Federal es cómplice de mis historias de amor: En Av. Universidad fue mi primer beso y más al sur, en el Centro de Coyoacán fue la primera vez que me rompieron el corazón. Exactamente en los coyotes que antes se encontraban en la tradicional plaza. Aquellas épocas de adolescencia.

¿Qué dirección tienen sus historias de amor? ¿La del Valle,  Santa María la Rivera o  la Balbuena? De norte a sur hay amor y desamor. Sigo con mi historia y recuerdo que en División del Norte, afuera de una taquería, fue mi primer pelea de pareja. Curioso que no recuerdo ni de qué discutía con mi entonces novio de la prepa, pero me acuerdo exactamente las calles y las esquinas donde el amor pasó de la ilusión romántica a la persona real.

Hay calles que cuentan la historia de la patria: insurgentes, reforma, revolución. Estas mismas calles cuentan la historia de nosotros, los que las vivimos día a día. En Av. Revolución casi esquina con Patriotismo, fue donde le declaré mi amor a mi maestro de la Universidad. Sí, debo contarlo: le llegué al profe. Dos años después, en Arquímedes esquina con Newton, le di la noticia que estaba embarazada. Nueve meses después, sobre Ejército Nacional, se escuchó el primer respiro de nuestra hija.

Recuerdo que cuando salimos del hospital, con nuestra recién nacida en brazos, todo se veía diferente, las calles tenían más luz, el ritmo de la Ciudad parecía más lento y el camino a casa era un viaje de complitud hacia nuestro hogar.

La Ciudad es testigo del amor. ¿Cuál es tu historia?

Ahora el amor cobra otro sentido. Ahora camino las calles con Sofía y cada vez que estamos en la esquina esperando a que se ponga el alto, mi hija voltea al piso y ve nuestras sombras, "parecemos un corazón" dice ella. El corazón que se refleja en el asfalto.
corazón en Insurgentes

corazón en Cuauhtémoc
Hoy vivo el amor con mi hija, en las calles de la Ciudad. Todos lo vivimos, desde el helado el domingo, hasta la terribles mañanas para ir a la escuela. Cuéntenme su historia de amor en la Ciudad ¿Cómo la viven con sus hijos?

Para los papás: Porque ser papás no quiere decir que no estamos vivos, para este día de San Valentín les recomiendo que se enamoren en las calles de la Ciudad. Algunas recomendaciones:

Av. Nuevo León: Restaurante Azúl Condesa. Es un buen lugar para una cena agradable entre amigos o con tu pareja. El menú es distintivo del Chef Ricardo Muñóz, quien ha ganado varios premios por su culinaria mexicana. Les recomiendo la crema de epazote y el pastel de chocolate. ¡Delicioso!

Av. Reforma: Casa del Lago. Disfruta de un paseo nocturno por el bosque de Chapultepec. En un recorrido en tranvía que dura hora y media. Podrás disfrutar de la vista y de la compañía. Recorridos: 16 y 23 de febrero. 19 hrs. $150.00 entrada general

Más información:
Azúl Condesa: Nuevo León 68. Col. Condesa
Casa del Lago: Bosque de Chapultepec 1ª sección

8.2.11

Cartas a Paulina

Es medio día. Estoy sentada en la sala, veo a mi hija dibujar muy concentrada en sus trazos. Este dibujo no es como el de todos los días, esta es una carta para su prima Paulina. 
 Resulta que en las vacaciones de diciembre, Sofía y sus primas se divirtieron juntas y convivieron bastante. Las primas de Sofía viven en Tabasco, se ven muy pocas veces. Este último encuentro de diciembre lo disfrutaron más porque estaban más grandes y jugaban más.

Sofía tiene una prima de su edad que se llama Regina, una prima más grande que se llama Margarita y una prima más chica que se llama Paulina.
 Paulina tocó el corazón de Sofía al instante. La cuidaba y la procuraba como nadie. Cuando su mamá le daba de comer, Sofía corría para ayudarle. Si era hora de dormir, le cantaba canciones a su prima pequeña para que descansara. Tal vez era su instinto de ser mayor, que le nacía para cuidar a la bebé, lo que sí es que Sofía le agarró mucho cariño a su prima de 8 meses y Paulina adoró a Sofía; cada vez que la veía sonreía y hacía ruidos que expresaban su emoción. Se la pasaron muy bien juntas.

Las vacaciones terminaron y todos regresamos a la normalidad. Hace unos días Sofía me dijo que extrañaba a Paulina que quería ir a verla. Le conté que vivía en otro lugar, que no podíamos ir a verla en esos momentos, pero que podíamos saludarla a la distancia. Podríamos hacerle una carta y mandársela por correo. "Pero no sé escribir" me contestó Sofía, le dije que no se preocupara por eso, que le dibujara algo a su prima y que seguramente se emocionaría de ver los dibujos. 
Curiosamente la hoja que escogió para la carta, era un dibujo que había hecho en la escuela, no lo había terminado y se puso a colorearlo para su querida prima. Tal vez, es su forma de contarle lo que hizo en el día.

A pesar de que las dos están chicas; una no sabe escribir y la otra no sabe leer. Empezaran una comunicación a distancia, donde el cariño va más allá que las palabras.

Es una forma de adelantar el día de San Valentín y que Sofía aprenda que es importante comunicar su cariño a los demás.
Así que aquí está, sentada frente a mi, terminando de dibujar la carta para su prima. A punto de entrar a una forma de comunicación tan antigua, pero tan novedosa para mi hija: el correo postal.
Cuando le conté que podía dibujarle algo a Paulina, me dijo "sí y luego pasas mi dibujo a la computadora". Me sorprendió porque para ella fue muy normal relacionar el correo con la computadora, es lo que ve todos los días. Le dije que se la íbamos a enviar por avión. Así que empieza otra anécdota de cómo Sofía conocerá el correo. Ya les contaré en el próximo post.

Por lo pronto, les recomiendo que para este 14 de febrero, hagan con sus hijos cartas para sus familiares y amigos. Esto les ayudará a aprender que el cariño se procura y se estimula con pequeños detalles que hacer sentir bien a los demás ¿A poco no?

Para los papás: Hablando del correo postal, les recomiendo le echen un vistazo a Asociación Mexicana de Filatelia, que se encarga de promover la promoción de timbres postales en México. Es interesante, después de tanta tecnología e inmediatez, regresar a ver este arte gráfico que simboliza las características culturales de cada país. Veamos qué expresan los timbres mexicanos de nuestra cultura.

3.2.11

Podemos apagar la tele.

Te platico por qué apagué la tele, te recomiendo un curso de cine para tus hij@s y te invito a que salgamos a la calle a ver películas.

El otro día, Sofía me pidió que le pusiera la película que le regalaron de “Barbie, hadas mariposa”. Yo no estaba muy convencida, pero al ver su insistencia, se la puse. Me quedé con ella para verla y saber de qué trataba. No habían pasado ni diez minutos cuando me di cuenta que era una película y una historia que no tenía ningún contenido para niños: El conflicto principal era que una de las amigas de Barbie no se sentía segura de ella misma y se esforzaba por querer pertenecer y que las demás la aceptaran. A pesar de que era un conflicto muy complejo para una niña de 3 años, la dejé para ver qué otro mensaje había. Dos minutos después apareció la antagonista; un personaje amargado por no ser aceptado por los demás y que para lograr ser tomada en cuenta, se roba la personalidad de la hada más bonita y exitosa del castillo. Después hay un romance con un príncipe, del cual, nuestro personaje principal esta enamorada, pero por sus inseguridades se le dificulta expresarle su amor. No habían pasado ni veinte minutos y ya había toda una telenovela de fondo.

Le pregunté a Sofía ¿qué pasaba? Que me explicara la historia, para darme cuenta qué era lo que estaba entendiendo ella; a lo que me contestó “no sé”. Apagué la película y la tele. Debo confesar que Sofía lloró un rato, pero prefería que llorara a que siguiera viendo la película. Mientras lloraba, le expliqué que así como había tele para adultos y tele para niñas; había tele y películas para niñas chicas, medianas y grandes. Le conté que la película de Barbie era para niñas grandes y que ella era una niña mediana, que mejor viéramos otras cosas como documentales de animales o que jugáramos un rato. Diez minutos después estaba brincando sobre mi cama y después se puso a hacer un castillo con unos bloques de plástico que tiene para jugar.

Así quiero ver a mi hija, brincando y siendo niña, en vez de estar tratando de descifrar historias complejas sobre pertenecer a la sociedad o no. Yo no quiero que pertenezca o no pertenezca a la sociedad, yo solo quiero que se sienta feliz y plena de quien es.

Se me prendió un foco rojo: no importa qué película le regalen a Sofía, nosotros, los padres, somos los que tenemos el deber de enterarnos de los contenidos que ve y de canalizarlos según le convengan a nuestra hija. Me di cuenta que los mensajes que no entienda Sofía, es mejor que no los vea a que los malinterprete. Podemos apagar la tele, ese también es nuestro derecho e incluso, nuestro deber.

También entendí que los niños, de la misma manera en la que tienen que aprender a leer y escribir textos, deben de aprender a leer películas. Como Comunicóloga es algo muy importante saber y entender el mensaje de los medios de comunicación. Ahora que lo veo con mi hija, también es una herramienta para ella saber y entender qué contenidos son propositivos y cuáles no.

Para niños y niñas de 3 años, como Sofía, les recomiendo que se sienten con ellos a ver la tele y además interactúen con lo que ven, pregúntenle a sus hijos qué entienden o cómo ven a los personajes. Enseñémosle a leer y analizar los contenidos desde pequeños, esa es nuestra responsabilidad. Puede ser en forma de juego o hacer como que ustedes no entienden para que sus pequeños se den a la tarea de expresarles lo que ven, además de entender su percepción, pueden pasar un buen rato con sus hijos.

Para niños más grandes, de entre 9 y 12 años, les recomiendo el taller de apreciación cinematográfica "Y se apagan las luces..." que hace La Organización de Cine para niños y niñas, La Matatena. Este taller lo considero indispensable para que los niños tengan la herramienta de saber distinguir una buena historia, un buen mensaje, una buena realización y todo aquello que hace una película. El saber vislumbrar los contenidos de calidad hace que los niños tengan un escudo de protección ante los mensajes insanos para la sociedad.

Soy una convencida de que los medios de comunicación son un factor importante en nuestros días, tanto para lo positivo, como para lo negativo. Si logramos educar al futuro de nuestra comunidad, de una forma crítica y que sepa distinguir la calidad de los medios de comunicación, podremos tener otros héroes sociales y otras aspiraciones de las que desafortunadamente tenemos hoy en día.

Bien por la Matetena, que lleva más de 10 años trabajando por llevarle el cine a los niños. El próximo taller empezará el 23 de febrero, tus niños va aprender, se van a divertir y además, algunos niños que participan, tienen la oportunidad de ser el jurado para el próximo Festival de Cine para niños (...y no tan niños) que organiza también la Matatena.

Démosle voz a los niños, que ellos nos digan qué historias quieren escuchar, seguramente nos sorprenderemos.

Para los papás: Hablando de cine, este mes la Ciudad proyectará varias películas interesantes en el Primer Festival de Cine de la Ciudad de México, Cine Capital.

A mi parecer, todos los Festivales de Cine son importantes, porque nos permiten ver películas que de otra forma no tendríamos acceso, pero este Festival en particular, tiene dos actividades que valen mucho la pena: De la pantalla a la calle; son proyecciones al aire libre en diferentes partes de la Ciudad; aquí podrás ver películas de calidad, fuera de la sala de cine. La segunda actividad son proyecciones en el Zócalo, podrás ver películas como “El increíble castillo vagabundo” de Hayao Miyazaki o “Dudamel, let the children play” la historia de un director de orquestas, que guía su vida a través de las historias de jóvenes y niños de los mas diversos lugares de la tierra, que demuestran que el arte es un derecho universal .

Que el cine tome las calles me parece una gran idea, respiremos aire fresco, caminemos por la Ciudad y busquemos las diferentes pantallas que hay para disfrutar de más historias a través del celuloide.

Más información:

1.2.11

Las calles de mi corazón.


Les cuento cuál es la parte de la Ciudad que más quiero y cómo la redescubrí con Sofía. Para la tamaliza de mañana, les recomiendo regresar a los clásicos de la Ciudad.

Si me preguntaran cuál es la zona de la Ciudad que más quieres, sin duda contestaría que el Centro Histórico, más allá del nuevo auge que ha tenido esta parte del D.F. y todos los trabajos que están haciendo para recuperarla. El Centro Histórico es una zona que quiero con el corazón. Como toda relación amorosa, a veces la adoro y otras veces no la soporto, pero siempre la tengo presente y cada vez que puedo regreso a ella.


El Centro Histórico es mis recuerdos de infancia, donde mis hermanos y yo aventábamos muñecos con paracaídas que vendían en la plancha del zócalo. Era un arte hacer que el paracaídas se abriera y no se quedara atorado en los cables de alta tensión que antes había en la zona. También era ir de compras con mis tías. Cualquier cosa que quisieras a mayoreo, ibas al Centro: telas, unicel, botones, calcetines, etc. todo lo encontrabas en la tienda “El Nuevo Mundo” o en la Junco que estaba en las calles aledañas. Si me enfermaba, me llevaban a la farmacia Paris, para hacer el suministro de medicinas. Me fascinaba ver los mecanismos que había en el techo de toda la tienda, donde pequeñas cajas viajaban por el establecimiento, donde iban y venían los pedidos de los clientes. Una logística segura para atender a cientos de personas que solo en la farmacia Paris, abierta desde épocas del porfiriato, podrías encontrar lo que el médico te recetaba.

El Centro Histórico fue testigo de mi primer aventura como ayudante de Santa Clos y los Reyes Magos. Las calles Moneda, Corregidora y Pino Suárez cobraban vida entre gritos, juguetes y gente pasar con bolsas negras de cargamento. También fue testigo de mi primer asalto, pasando por la entrada de las vecindades de República de Brasil y por ende, fue mi primer enfrentamiento con la policía ante la impunidad y el miedo de ser asaltada. Era muy chica y el Centro me vio crecer.

En el Centro, en donde Donceles se vuelve Justo Sierra, compraba mis libros de la escuela. En Donceles, mis amigas de la secundaria y yo tocamos puerta a puerta para encontrar el número 85, la casa que narra Carlos Fuentes en Aura. En el Centro se rompieron ilusiones y se crearon historias de mi vida, por eso está en mi corazón.

Visitar el Centro Histórico con Sofía, cobra otra dimensión que nunca me imaginé vivir. Es como ver a través de sus ojos, el asombro de caminar por las calles y revivir de nuevo el encanto que sentía cuando era niña. Sofía camina en el Centro siempre viendo hacia arriba, como si los edificios se le vinieran encima por los años. La última vez, pasamos por el Monte de Piedad, yo nunca había entrado. Mientras pasábamos por ahí, Sofía me dijo que quería entrar y ver qué era. Cuando vimos los relojes y los anillos, tuve una necesidad de conocer las historias que había en esos anaqueles. Me acordé cuando mi padre me contó que cuando se iba a casar con mi mamá fue al Monte de Piedad a empeñar su espadín de cadete. Antes de entrar, unos coyotes lo abordaron y le quitaron el espadín a cambio de unos pocos pesos. ¿cuántas historias hay así? ¿cuántas historias de familia vivimos en la Ciudad?

Después del Monte de Piedad, caminamos por el Corredor Catedral, este corredor me sigue fascinando e intrigando. A Sofía le intrigó más, se paraba en cada aparador para ver a las figuras de Jesús y a los niños dios de todos los tamaños. Veía los cirios y me preguntaba que qué eran. Pasamos un buen rato en el Corredor Catedral, viendo las figuras, descifrando los olores de las hiervas curativas y de ritual. Disfrutamos ver a la gente pasar y hacer sus compras espirituales. 
Corredor Catedral
 Después salimos al ajetreo de Donceles, donde quedan restos de lo que antes era todo el Centro de la Ciudad: Puestos ambulantes, bocinas salientes de las tiendas que a ritmo de reggaeton promocionan sus productos, entradas y salidas de museos, coches pitando para pasar entre las calles y la gente. El estruendo urbano.

De regreso a la Plaza de la Constitución, Sofía bailó con la música de los breakdanceros que ya son toda una institución a un lado de la catedral, pegados a los chamanes que hacen limpias. Sofía no dejaba de ver a un chamán que le hacía una limpia a una señora, me jaló para que me acercara a ella y me pudiera hablar al oído en forma de secreto: “mamá, ese señor está limpiando a la señora ¿verdad?” “la esta bañando con ropa y la limpia con las hojitas ¿verdad?” Me quedé impresionada de la percepción tan simple y real de su cultura. Me queda claro que hay cosas de la cultura que ya vienen en los genes. “Sí, la está limpiando mi amor” le contesté.

No sé si el Centro de la Ciudad, vaya a significarle a Sofía lo que significa para mi. Tal vez ella encuentre otro lugar de la Ciudad que lo adopte en su corazón. Lo que sí se es que me gustó mucho redescubrir esa magia del Centro Histórico, en los ojos de mi hija. Me gustó caminar, reconocer y redescubrir mi Centro Histórico, ahora como madre.

Ustedes ¿qué parte de la Ciudad es la que más quieren? Los invito a que se la enseñen a sus hijos y la redescubran con ellos.

Para los papás: Mañana es 2 de febrero y es la tradicional tamaliza. Para seguir las tradiciones, les recomiendo que se escapen con sus hijos y disfruten una merienda en los tamales Flor de Lis, de la col. Condesa. Este establecimiento familiar que empieza en 1917 en la Colonia Santa María la Rivera; toma formalmente su curso en 1926, cuando se instalan en la calle de Amsterdam no.42 de la Condesa. Es una buena forma de que los niños conozcan los lugares clásicos de la Ciudad, además de disfrutar de un buen tamal y un delicioso champurrado!