25.1.18

Los Ciclos: La ciudad y yo.



La semana pasada empecé la Maestría y sentí como si fuera un deja vu muy particular. En primer lugar, la estoy cursando en donde estudié la Licenciatura: en mi querida Universidad Iberoamericana. Ahora la diferencia es que estoy becada, porque de otra forma no sería posible. 

En segundo lugar, cuando salí de la Ibero estaba embarazada, ahora regreso igual embarazada. Es como si me encontrara en el mismo lugar, pero de manera muy diferente. Como si en medio de los pasillos de la Universidad, me hubiera ido a una dimensión paralela, hubiera dejado todo en pausa y hubiera retomado de nuevo donde me quedé caminando para ir a mi salón. La dimensión paralela fue la vida, empezar una familia, descubrirme desde otro lugar, crecer. Como dicen algunas de mis compañeras: reinventarme.

Me siento bien en esta nueva etapa estudiantil. El otro día fue la ceremonia de bienvenida, y estaba tan conmovida que me dieron ganas de llorar: “lo logré, ya estoy aquí” me decía, porque todo el proceso de entrada y de aceptación de beca fue arduo. Lo logré porque llevo más de cuatro años queriendo hacer esto. Lo logré porque creí en mi y en mis circunstancias, las acepté y di el paso. Ahora es seguir caminando firme, disfrutar las materias, emocionarme al cargar mi mochila, descubrir a mis compañeros y compañeras.

Maestría con una hija de diez años y un bebé en camino. Si me hubieran platicado que así sería, no lo hubiera creído. Y aún así aquí estoy, es real. La red de apoyo es sorprendente: la hija, el esposo, los abuelos, las amigas. Sinceramente creí que sería yo contra corriente, pero no, se fueron abriendo puentes de apoyo. Definitivamente energía positiva, se responde con energía positiva.

Lo más interesante de este proceso son los horarios. Mis clases son en la tarde y noche. Algunos días, voy saliendo de la Universidad a las 10 de la noche, sinceramente a esa hora yo ya estaba en pijama, lista para acostar a mi hija y dormirme 5 minutos después; pero ahora descubro que hay vida en las noches de la Ciudad de México. Un paisaje que ya no estaba acostumbrada, pero me gusta: las luces de las calles, la gente regresando del trabajo, a veces el tránsito, la música. La Ciudad también ha cambiado.

Los ciclos siguen. Ahora toca este, y por donde va, es una vuelta a la espiral maravillosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario. Saludos!