31.10.12

Colores, flores y mucho pan.

El dos de noviembre es una fecha que en particular me fascina. La Ciudad se llena de colores, flores y olor a copal. Debo decir que cada año que pasa, me sigue maravillando el misticismo del Día de Muertos, pero este año lo estoy disfrutando al máximo con mi hija.

Resulta que la semana pasada nos dedicamos a poner la ofrenda en casa. Nos faltaban las flores de cempasuchil y las calaveritas de azúcar, así que fuimos al mercado. Este año tocó el mercado de Medellin, en la Colonia Roma. Entramos al mercado y en cuanto olimos el copal y las flores de cempasúchil entramos a otra dimensión. Sofía estaba maravillada con la cantidad de colores que tenía cada calaverita de azúcar y le gustó más cuando la probó. Déjenme les cuento, que nunca había visto desaparecer una calaverita a tal velocidad.

Cuando llegamos a las flores, Sofía escogió el paquete completo, que constaba de: la docena, más la bolsa de pétalos, más la maceta de flores de cempasúchil. Después llegamos a las flores de terciopelo y fue otro tanto más.

Después me quedé pensando en cómo percibía mi hija toda esta festividad, con calaveras de colores, catrinas de varias versiones, ataúdes como juguetes. Me dio gusto verla disfrutar tanto de su cultura. Mientras la veía pasearse por los pasillos del mercado, me di cuenta que ya teníamos todo listo, solo faltaba el pan de muerto, así que fuimos a la pastelería Suiza, una panadería ya tradicional en la Colonia Condesa, justo enfrente del parque España. Era impresionante cómo entraba y entraba gente para llevarse su pan de muerto relleno con nata.

Llegamos a casa, pusimos las flores en la ofrenda, junto con las calaveritas de azúcar y una rebanada de pan de muerto. Cuando terminamos, Sofía decidió que cenaría pan de muerto, así que preparé chocolate caliente y nos sentamos a cenar. Mientras disfrutábamos de cada bocado, platicamos de cada foto que estaba en el altar. Le conté de mi abuela, del abuelo de su papá y de mi abuelo. Ella recordó a su gatito y le puso un juguetito. Fue un buen momento de recordar a nuestros seres queridos, mientras festejábamos la vida con un pan sopeado en chocolate.

Ustedes, ¿Cómo celebran el Día de Muertos? ¿Cómo lo disfrutan con sus hijos?

En la Ciudad hay un sin fin de opciones por disfrutar, desde la festividad en el Zócalo, pasando por la tradicional ofrenda en el Anahuacalli o en el Museo DoloresOlmedo. Para los niños, les recomiendo La Feria de las Calacas que organiza Alas y Raíces en el Centro Nacional de las Artes, habrá música, teatro y mucha fiesta.


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