Eran las once de la
mañana del viernes pasado. Para ese momento todavía dudaba si me
daría tiempo, pero me animé. Lo peor que podría pasar es que me
regresara a la mitad del camino. El plan era el siguiente: Darme una
escapada el viernes por la mañana para ir a una exposición de arte.
El horario sería mientras mi hija estaba en la escuela y la
actividad en un lugar más o menos céntrico para no preocuparme
tanto por las distancias.
Decidí ir al
Palacio de Iturbide, ahora Palacio de Cultura Banamex, para ver la
exposición del pintor Cristóbal de Villalpando. Ya llevaba varias
semanas planeando esta escapada, pero con los horarios y los demás
compromisos entre el trabajo y la casa, se me había pasado el
tiempo. Ya se me había ido varias exposiciones así: entre que me
esperaba el fin de semana para ir, pero sucedían compromisos o al
marido y a la hija no les interesaba el tema; y que entre semana no
se me había ocurrido porque había que hacer toda la rutina
necesaria.
Ese fin de semana eran los últimos días de la exposición de Villalpando. El sábado y domingo ya tenía plan, así que el viernes era la única opción. Un día antes me decidí a ir, pero con mis dudas si lo lograría. A veces siento que las horas de la mañana pasan más rápido y no me da tiempo de hacer todo lo que yo quisiera antes de ir por mi hija a la escuela.
El metro me ayudó
mucho en acortar los tiempo. Llegué a la estación Allende y caminé
alrededor de cinco minutos.
Ya estaba en la
puerta de la exposición.
Cuando entré me
felicité por aventurarme. Fue como llegar a un oasis alrededor de la
rutina. Era como darme un apapacho, un momento de disfrute para mí
solita. Un regalo personal tan reconfortante.
Las pinturas de
Villalpando me ayudaron a entender y valorar más el periodo barroco:
me maravillé al ver los detalles de los manteles y las texturas de
los vestidos. También las tonalidades de los colores y el ejercicio
de la luz. Cada cuadro lo tenía que ver de diferentes ángulos para
disfrutar su luz.
Fue toda una
experiencia conocer la pintura de Cristóbal de Villalpando y más
todavía, dedicarle un espacio a lo que me gusta y disfrutarlo
conmigo misma. Terminé la visita justo una hora antes de que saliera
mi hija de la escuela, me dio perfecto tiempo de llegar por ella con
una sonrisa de oreja a oreja. Ella me contó de su día, yo le conté
del barroco y los colores del pintor don Cristóbal. A mi hija le
pareció muy divertida mi aventura, yo feliz de darme una escapada en
la Ciudad.
Para más información sobre el Palacio de Cultura Banamex, te recomiendo los sigas en twitter. Además de exposiciones interesantes, tienen talleres y más actividades: @FomentoCulturAC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Saludos!