9.6.17

Una escapada en la ciudad.

Eran las once de la mañana del viernes pasado. Para ese momento todavía dudaba si me daría tiempo, pero me animé. Lo peor que podría pasar es que me regresara a la mitad del camino. El plan era el siguiente: Darme una escapada el viernes por la mañana para ir a una exposición de arte. El horario sería mientras mi hija estaba en la escuela y la actividad en un lugar más o menos céntrico para no preocuparme tanto por las distancias.

Decidí ir al Palacio de Iturbide, ahora Palacio de Cultura Banamex, para ver la exposición del pintor Cristóbal de Villalpando. Ya llevaba varias semanas planeando esta escapada, pero con los horarios y los demás compromisos entre el trabajo y la casa, se me había pasado el tiempo. Ya se me había ido varias exposiciones así: entre que me esperaba el fin de semana para ir, pero sucedían compromisos o al marido y a la hija no les interesaba el tema; y que entre semana no se me había ocurrido porque había que hacer toda la rutina necesaria.

Ese fin de semana eran los últimos días de la exposición de Villalpando. El sábado y domingo ya tenía plan, así que el viernes era la única opción. Un día antes me decidí a ir, pero con mis dudas si lo lograría. A veces siento que las horas de la mañana pasan más rápido y no me da tiempo de hacer todo lo que yo quisiera antes de ir por mi hija a la escuela.


El metro me ayudó mucho en acortar los tiempo. Llegué a la estación Allende y caminé alrededor de cinco minutos.

Ya estaba en la puerta de la exposición.

Cuando entré me felicité por aventurarme. Fue como llegar a un oasis alrededor de la rutina. Era como darme un apapacho, un momento de disfrute para mí solita. Un regalo personal tan reconfortante.

Las pinturas de Villalpando me ayudaron a entender y valorar más el periodo barroco: me maravillé al ver los detalles de los manteles y las texturas de los vestidos. También las tonalidades de los colores y el ejercicio de la luz. Cada cuadro lo tenía que ver de diferentes ángulos para disfrutar su luz.

Fue toda una experiencia conocer la pintura de Cristóbal de Villalpando y más todavía, dedicarle un espacio a lo que me gusta y disfrutarlo conmigo misma. Terminé la visita justo una hora antes de que saliera mi hija de la escuela, me dio perfecto tiempo de llegar por ella con una sonrisa de oreja a oreja. Ella me contó de su día, yo le conté del barroco y los colores del pintor don Cristóbal. A mi hija le pareció muy divertida mi aventura, yo feliz de darme una escapada en la Ciudad.

Para más información sobre el Palacio de Cultura Banamex, te recomiendo los sigas en twitter. Además de exposiciones interesantes, tienen talleres y más actividades: @FomentoCulturAC

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