Mi mamá abrió el
baúl de los recuerdos y encontró un libro que había leído en
tercero de primaria: “Fray Perico y su borrico”. Un día de la
semana pasada que nos fue a visitar, le regaló a mi hija el libro de
Fray Perico; y desde ese momento todo ha sido un viaje en el tiempo.
Sofía sostiene el
libro como una reliquia y es que sigue intacto, con el mismo forro y
la etiqueta que dice mi nombre y grado de primaria. Veo a mi hija
leyendo el libro que leí hace más de veinte años y me parece
sorprendente, se ríe, pasa página por página, lo lee, lo disfruta,
se apropia de la historia y me la comparte. Ya se me había olvidado
las aventuras de Fray Perico quien le cuesta trabajo despertarse para
los rezos de la madrugada y que junto con Fray Cucufate, trastornan
la tranquila vida del convento.
Sofía me pregunta
sobre el libro como si lo hubiera leído ayer, descubro en sus
preguntas una historia de la que no me acuerdo del todo, pero la voy
recordando junto con mis anécdotas de la infancia. Mi hija pregunta
sobre Fray Cucufate y yo le contestó cómo jugaba con mis amigas a
la hora del recreo. Estoy reviviendo la historia de Fray Perico y la
época en la que lo leí, vaya magia de las letras.
En este recordar
desde la lectura, ayer nos pusimos a platicar mi hija y yo. Ella se
acordaba cuando estaba en tercero (el año pasado) y yo también; mi
tercero de primaria (...mejor no hacemos cuentas). Sofía me
preguntó, “si pudieras regresar en el tiempo ¿a qué edad
regresarías?” Sí definitivamente regresaría a las tardes en mi
cuarto acostada en mi cama leyendo “Fray Perico y su borrico”,
esperando a que mi mamá me llamara para cenar y disfrutar un
chocolate caliente mientras me imaginaba lo que acababa de leer, con
gusto regresaría a ese momento. Se lo cuento a Sofía, ella
cautivada con la historia y me doy cuenta que mi pasado y mi presente
se juntaron. Sigo siendo niña en el recuerdo del texto, sigo siendo
niña en el recuerdo de mi infancia, sigo siendo niña en la plática
con mi hija, donde las dos nos disfrutamos y encontramos como dos
niñas ilusionadas fantaseando y riendo.
Les deseo un feliz
Día del niño y la niña. Feliz día de la infancia. Felices
recuerdos y vivencias en compañía de sus hijos e hijas.
Para festejar el 30
de abril iré con mi hija a la Biblioteca Vasconcelos, porque justo
hablando de recuerdos y pláticas, la actividad que realizan me
parece encantadora. Es un espacio, o más bien un regalo entre
niños/as y adultos: diferentes profesionistas se sientan con el
público infantil y les cuentan qué hacen, a qué se dedican y por
qué les gusta lo que hacen. Niños y niñas experimentan ser
bomberos, artistas, músicos, y muchas profesiones más.
Me encanta la idea
porque creo que gran parte de lo que nos dedicamos en la vida, viene
de una motivación de la infancia y este espacio que propone la
Vasconcelos es un buen ejemplo de eso.
El “Día del niño
en la Vasconcelos” es el 30 de abril de 10 a 18 hrs en la Planta
baja y piso 1 de la Biblioteca Vasconcelos. Yo estaré platicando con
niñas y niños a las 14hrs. ¡Ahí nos vemos!
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