2.7.13

Último día en preescolar.

Hoy es el último día de Sofía en preescolar. Me acuerdo su primer día de escuela, justo como si fuera ayer. La Directora me había dicho que la llevara a las nueve de la mañana y que se quedaría una hora para que se fuera acostumbrando poco a poco al ambiente. Días antes le había platicado a Sofía que conocería a otros niños y niñas, que jugarían y aprenderían juntos. Cuando llegamos a la escuela ella tocó la puerta, la Directora salió a recibirnos, y antes de que cualquier adulto hablara, Sofía cuestionó decidida: ¿Dónde están los otros niños?. En ese momento ni la Directora, ni el papá de Sofía, ni yo nos preocupamos por su transición, ya estaba preparada.

Los últimos tres años de su vida, los ha crecido junto a su escuela, junto a sus amigas y amigos, junto a los conocimientos que se han ido sembrando a lo largo de su crecimiento. Sumar, restar, escribir, leer. Son la forma de conocer el mundo, de entender su mundo. Recuerdo el primer festival del día de las madres, y la primera vez que la invitaron a una fiesta de sus amiguitos de la escuela. Tanto ha crecido Sofía en su segunda casa.

Hoy termina una etapa y creo que yo estoy más tirada en el drama que mi hija. El otro día estábamos viendo el video de su graduación y es que era inevitable llorar desde que le puse play. Sofía ponía sus dedos debajo de mis párpados para que no salieran las lágrimas y con un tono de niña grande me decía “Hay mamá, pero no llores”, yo me reía y lloraba. Era un momento cómico, pero a la vez lleno de amor, nostalgia, emoción, recuerdos y sobre todo el hacer consciente de que ya no es una bebé. Aquí me detengo un poco para leerme a mi misma y reforzar ese pensamiento: Ya no es una bebé.

Se acaba preescolar, empieza primaria. ¿Cómo serán las tareas? ¿Qué temas explorará? ¿Cambiarán las temáticas de nuestras pláticas? Me emociona pensar en todo esto. Una nueva forma de conocer el mundo, de entender su mundo.

Se que la vida es impermanente, todo el tiempo está cambiando. Dentro de la impermanencia, se queda mi recuerdo de mi hija disfrutando su primer etapa escolar. Abrazo el recuerdo, lo lleno de amor y como arte de magia llega la ilusión de lo que está por venir.

A todas las mamás y papás que están pasando por esta etapa (porque con mi experiencia con Sofía quiero creer que a los que más nos pega es a los adultos) les extiendo un fuerte abrazo y los invito a que compartan sus recuerdos: ¿Qué es lo que más recuerdan del kinder y preprimaria de sus hijos?


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