Hoy es el último día de Sofía en
preescolar. Me acuerdo su primer día de escuela, justo como si fuera
ayer. La Directora me había dicho que la llevara a las nueve de la
mañana y que se quedaría una hora para que se fuera acostumbrando
poco a poco al ambiente. Días antes le había platicado a Sofía que
conocería a otros niños y niñas, que jugarían y aprenderían
juntos. Cuando llegamos a la escuela ella tocó la puerta, la
Directora salió a recibirnos, y antes de que cualquier adulto
hablara, Sofía cuestionó decidida: ¿Dónde están los otros
niños?. En ese momento ni la Directora, ni el papá de Sofía, ni yo
nos preocupamos por su transición, ya estaba preparada.
Los últimos tres años de su vida, los
ha crecido junto a su escuela, junto a sus amigas y amigos, junto a
los conocimientos que se han ido sembrando a lo largo de su
crecimiento. Sumar, restar, escribir, leer. Son la forma de conocer
el mundo, de entender su mundo. Recuerdo el primer festival del día
de las madres, y la primera vez que la invitaron a una fiesta de sus
amiguitos de la escuela. Tanto ha crecido Sofía en su segunda casa.
Hoy termina una etapa y creo que yo
estoy más tirada en el drama que mi hija. El otro día estábamos
viendo el video de su graduación y es que era inevitable llorar
desde que le puse play. Sofía ponía sus dedos debajo de mis
párpados para que no salieran las lágrimas y con un tono de niña
grande me decía “Hay mamá, pero no llores”, yo me reía y
lloraba. Era un momento cómico, pero a la vez lleno de amor,
nostalgia, emoción, recuerdos y sobre todo el hacer consciente de
que ya no es una bebé. Aquí me detengo un poco para leerme a mi
misma y reforzar ese pensamiento: Ya no es una bebé.
Se acaba preescolar, empieza primaria.
¿Cómo serán las tareas? ¿Qué temas explorará? ¿Cambiarán las
temáticas de nuestras pláticas? Me emociona pensar en todo esto.
Una nueva forma de conocer el mundo, de entender su mundo.
Se que la vida es impermanente, todo el
tiempo está cambiando. Dentro de la impermanencia, se queda mi
recuerdo de mi hija disfrutando su primer etapa escolar. Abrazo el
recuerdo, lo lleno de amor y como arte de magia llega la ilusión de
lo que está por venir.
A todas las mamás y papás que están
pasando por esta etapa (porque con mi experiencia con Sofía quiero
creer que a los que más nos pega es a los adultos) les extiendo un
fuerte abrazo y los invito a que compartan sus recuerdos: ¿Qué es lo que más recuerdan del kinder y preprimaria de sus hijos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Saludos!