12.6.13

Sometimes...

Ayer amaneció nublado, en la ventana chocaban gotas perdidas de una llovizna casi imperceptible. Así nos levantamos para ir a la escuela. Un día gris que hacía simbiosis con la rutina. Íbamos un poco tarde y el clima no ayudaba para ir caminando. Tomé las llaves del coche. Sofía tomó su mochila. Las dos silenciosas, casi adormiladas nos preparamos para el camino a la escuela. 



Encendí el coche y junto con el motor que encendía, se escucharon los primeros acordes de la canción Sometimes, de James. Como breviario cultural de una madre a su hija, le dije a Sofía “esta canción me gusta mucho”. Subí el volumen y empecé a cantar:

There's a storm outside,
and the gap between crack and thunder
Hay una tormenta ahí afuera,
y el tiempo que pasa entre el relámpago y el trueno,
Crack and thunder, is closing in, is closing in
entre el relámpago y el trueno, es cada vez más corto. Y más corto.

Llegamos al coro y yo cantaba más fuerte:
Sometimes, when I look deep in your eyes,
I swear I can see your soul.

Para practicar un poco el inglés (ya saben, uno no deja de aprovechar los tiempos) le pregunté a Sofía si sabía qué significaba eso, fuimos descubriendo palabra por palabra: A veces cuando miro en lo más profundo de tus ojos, puedo ver tu alma. Le platiqué qué era el alma y cómo a partir de ahí salían los sentimientos. Sofía se acordó del libro que leímos dos días antes: El pájaro del alma.

Tocó un alto, Sofía me dijo que la volteara a ver, nos vimos detenidamente y con una alegría que iluminó mi día me dijo que había visto mi alma, veía que estaba contenta -Sí, estoy muy contenta corazón, porque estoy contigo- le dije.

Pasó el día, llegó la noche y tocaba el momento de la canción para dormir. Parecía la hora de las complacencias porque Sofía me pidió que interpretara más de una canción, en el repertorio se encontraba: Estrellita, A Dormir, Un popurrí de Cri-Cri, una de los hermanos Rincón que terminé tarareando porque no me sabía la letra. Sofía no se dormía, mi concierto en vez de arrullarla la había despertado, hasta que le dije que era hora de dormir. Se acurrucó sobre mí, cerró los ojos, abrazó a una muñequita de mi infancia que se la regalé y me dijo con la sinceridad del corazón: “cantame la canción del alma mamá”. Se la canté y durmió profundamente.

Es curioso cómo los momentos están marcados o es asunto del destino dejarnos enseñanzas. Estos últimos días he estado estudiando de cerca el tema del subtexto y de lo que representan las historias que vemos en la tele o en libros y películas, o incluso en canciones. En este caso Sometimes no es una canción alegre, habla de una tormenta y de cómo destruye todo a su paso. Le tengo cariño a esta canción porque me recuerda a mi hermano cuando íbamos en la prepa, pero en sí no es una letra feliz. Hace mucho que no la escuchaba, hasta ayer con Sofía. Con todo esto del significado de las historias, me doy cuenta que es una canción de esperanza. A pesar de la tormenta, en el fondo de cada uno de nosotros está nuestra alma.

A pesar de un día nublado y de rutina, al ver nuestra alma compartimos luz. En estos días la Ciudad de México es gris, nublada, lluviosa pero podemos vernos a los ojos y compartir un momento. Hoy que vaya a comprar el pan para la tarde, veré a la señora que siempre me atiende, pero ahora la veré a los ojos. Cuando vaya por Sofía a la escuela, veré a las mamás de los compañeros de mi hija, pero ahora las veré a los ojos. A cada persona que me encuentre en esta gran Ciudad la veré para compartir un momento, un espacio, un sentimiento.

A partir de estas líneas veo a los que están leyendo este texto, compartamos un momento: ¿Cómo están?.


Para los niños: El pájaro del alma es un libro que me encanta y más importante, le encanta a Sofía. Es la historia de un pájaro que vive en nuestra alma y que su trabajo es ordenar los sentimientos que tenemos según sus cajas correspondientes: el enojo en la caja del enojo, el amor en la caja del amor, etc. No hay sentimientos buenos o malos, simplemente son emociones que el pájaro nos ayuda a entenderlas. Un libro escrito por Mijal Snunit, editado por el Fondo de Cultura Económica.

1 comentario:

  1. No puedo no llorar cada ves que escucho esa canción, la danza que genera el cuerpo cuando el corazón late es algo que no podemos frenar y eso lo entiende Tim Booth a la perfección, sentimientos a flor de piel, recuerdos. A veces las canciones nos llevan a pensar en la primera ves que te citaste con alguien más, en la primera vez que te partieron el corazón lentamente o en los momentos decisivos y esa es la tormenta y el temblor del cuerpo liberando energía. La que se convierte en un grito de esperanza que mira a los ojos, que pregunta y abraza, esperando ser recíproco. James, una de las bandas más sensoriales a mi parecer tiene este tipo de chispa, gracias por recordar momentos y luces y aromas, así es como nos vamos materializando en el otro, a través de referencias y que mejor que con la música de unos chicos alocados de Manchester. Saludo y nos veremos pronto, sometimes.

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