El fin de semana pasado fuimos a Veracruz para la boda del tío de Bruno. Hace mucho que no viajábamos por la República Mexicana, por puro placer. Recordé que me gusta mi país. Los paisajes, la gente, la comida y las tradiciones de cada lugar.
Primas jugando |
Sofía jugó con sus primas hasta el cansancio, me dio mucho gusto verla compartir y disfrutar momentos en familia. La boda estuvo muy divertida, fue en un restaurante muy pequeño con vista al mar que se llama “La Intimidad”. Comimos y bebimos como si el mundo se fuera a acabar. Los que teníamos hijas (eran puras niñas!!), nos turnábamos para ir a ver a las niñas que estuvieran jugando a gusto y regresábamos a seguir brindando y recordando anécdotas de familia, mientras las jaranas se escuchaban a lo lejos entre risas y gritos de euforia. Vaya reventón.
Al otro día un poco crudos, pero siempre leales a nuestra palabra, llevamos a las niñas al Acuario de Veracruz. Todos los papás y mamás nos lo tuvimos que chutar porque ya se lo habíamos prometido a nuestras niñas. Así que en mitad de cruda y desvelo, nos fuimos al Acuario.
Entramos y lo primero que vimos fue unos peces japoneses Koi. Estaban en un estanque artificial y ambientado como si estuviéramos en la selva. Con esa bienvenida, todos los papás y mamás olvidamos la cruda y nos emocionamos igual que nuestras niñas. Después vimos unas tortugas que nos daban la bienvenida para entregar a la siguiente sala. Ahí vimos langostas, una morena enorme, un pulpo que se movía como si bailara en el mar y a varios napoleones.
Cuando creímos que ya esa podía ser toda nuestra emoción entramos a un túnel donde vimos rayas pasar encima de nosotros. Sofía se acercó a la pecera y de pronto apareció un tiburón frente a ella, lo seguimos y entramos a la pecera principal del Acuario. Esta pecera es una sala completa, tiene 7 metros de ancho y 3 metros de alto. Ahí viven los paces más grandes del Acuario. Para este momento de nuestra visita ya no sabía quien estaba más emocionada si Sofía o yo, pero las dos seguíamos a los peces por todos lados. En esta sala dan información de los peces que estás viendo cada cinco minutos, así que tienes toda la experiencia completa.
Después pasamos al tiburonario, donde hay tiburones tigre y de aleta de cartón. En este estanque puedes entrar y nadar con los tiburones. Sofía quería nadar con ellos, ya se imaginarán que cara puse, “cuando estés más grande corazón” le contesté.
De los tiburones pasamos a los manaties, estos seres marinos enormes. Cuando los vimos se estaban abrazando, a Sofía le gustó mucho verlos. A mi me gustó enterarme que la Universidad de Veracruz, trabaja en conjunto con el Acuario para la investigación de los Manaties, los Tiburones y los Delfines, que bueno que las instituciones se unan para acrecentar el acervo académico de nuestro país.
Llegamos a los delfines, las estrellas del Acuario, nos tomamos fotos con el delfín saltando, el delfín nadando, el delfín movido, el delfín sin mover. Sofía quería más y más fotos de delfines... Los delfines dejaron de ser importantes cuando sus primas le dijeron que Nemo y Doris estaban en la siguiente sala. Los fuimos a saludar.
Al final llegamos a la parte interactiva del museo, donde puedes ver películas de la vida marina, o dibujar peces o jugar a que estas en el supermercado y tienes que adivinar que productos están hechos con materia prima extraída del mar, en esta parte me sorprendía porque casi todo viene de ahí: cremas, aceite para coches, medicinas y casi todos los productos que usamos en nuestra vida diaria tienen que ver con el mar. Por eso los océanos se están acabando, no solo por la explotación de agua, sino de toda la materia marítima. Me sorprendió bastante.
Como cereza en el pastel terminamos viendo unas medusas. Sofía y yo estábamos hipnotizadas con el movimiento de estos animales. Hasta que los primeros papás ya quería un ceviche, salimos del Acuario.
Fue una experiencia muy agradable, está muy bien cuidado y tiene una variedad muy interesante de animales. Si tienen libre el fin de semana, dense una escapada al maravilloso Veracruz y visiten el Acuario, es completamente parent friendly. A tus hijos les va a gustar y a ustedes hasta les puede alivianar una resaca.
También en el D.F. hay mucho que ver. El próximo jueves 19 de mayo a las 10:30 de la mañana, se estrena la exposición temporal “Mar a la vista” en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental. Esta exposición puede ser una buena introducción a tus hijos sobre el mundo marítimo. Hay que ir y conocer más sobre este universo en nuestra tierra.
Para los papás: Hablando del mar y la cruda, para esas ocasiones les recomiendo el restaurante Contramar, sirven unas tostadas de pulpo y unos tacos de charales, riquísimos! Con todo el sabor de Pacífico. Se los recomiendo bastante. Los domingos vayan temprano porque se llena.
Más Información:
Museo de Historia Natural y CulturaAmbiental: 2ª sección de Chapultepec
Contramar: Durango 200 Col. Roma
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