El tiempo de todos vale lo mismo, no es objetivo, no son horas, minutos y segundos, el tiempo es lo que puedes hacer en él.
José Antonio Vega Macotela
Hace unos meses, cuando me enteré del caso de Edgar Jiménez Lugo, el Ponchis, el niño de 12 años que ya era sicario a su escasa edad, me estremecí, me enojé, me entristecí. No sé si mi reacción fue por que soy mamá y por un momento pensé ¿qué pasaría si mi hija hiciera eso? ¿por qué tendría que vivir esa realidad a tan pocos años de vida? Es una visión lejana, de una mamá de otro contexto, pero aún así ningún niño debería vivir en violencia. Ningún niño debería de asumir que la vida es maltrato y odio.
Estoy convencida de que los primeros años de vida son primordiales para formar conceptos propios sobe el mundo que nos rodea. Los niños que crecen en un entorno de violencia, reconocerán su realidad como violenta y no sabrán que existe algo más. La situación que viven los niños marginados no tiene cabida para recuerdos felices, simplemente no existen en su entorno.
Les cuento esto, porque lo que me pasó con el Ponchis fue una tristeza e impotencia que la sentí hasta los huesos y me llevó a preguntarme todo eso ¿por qué un niño tendría que vivir así? ¿por qué un niño tendría que hacer eso? ¿por qué tendría que ser su realidad?
Hace dos semanas, escuchando vinculArte, me enteré de un proyecto que me interesó mucho y se los comparto. Se llama Dona tu tiempo. Lo organiza la Secretaría de Cultura del DF junto con La Comunidad Integral de Diagnóstico para Adolescentes (antes, Tutelar de menores ) y consta simplemente de que la gente vaya y done su tiempo para pasar un rato con los adolescentes de La Comunidad.
En la entrevista escuché varias reflexiones que recordaron mis pensamientos sobre el Ponchis, por un lado los adolescentes que están en el tutelar, son nuestros adolescentes, son los jóvenes de México. A pesar de que hicieron una falta a la ley, es el eslabón más importante para buscar su reinserción a la sociedad, a la nuestra. Por otro lado, decían los directores de este proyecto, que si nos interesa nuestra seguridad, es necesario hacer algo por los niños y jóvenes que hoy están en proceso de reinserción, si no ellos serán los próximos delincuentes.
El Ponchis o cualquier otro apodo y nombre, necesitan ser guiados a otra forma de realidad, enseñarles que la violencia que vivieron los primeros años de su vida no es el único camino que existe. Como papás, sabemos que los niños y jóvenes necesitan calidad de tiempo. Ser escuchados, tomados en cuenta y darles un conocimiento de otras formas de vida. Eso tan básico e indispensable es lo que les hace falta a estos jóvenes. Donemos nuestro tiempo. Lo que sea que quieran hacer: jugar un partido de basquet, enseñarles a dibujar, leerles poesía o simplemente escucharlos un rato. Todos tenemos algo que ofrecer.
Enseñémosle el otro ángulo de la vida, el de la creación.
Ya se abrió la convocatoria, solo tienes que mandar un mail a subcapacitacion@gmail.com con tus datos, horarios disponibles y la descripción de lo que quieres hacer, para que agenden la donación de tu tiempo.
Vamos a donar nuestro tiempo. Hagamos algo por nuestros niños y jóvenes, aunque no sean nuestros hijos. En estos tiempos grises, una hora puede cambiar la vida de muchos.
Para los papás: Les paso el dato de este artista que hizo más o menos lo mismo de donar el tiempo, pero de una forma muy peculiar. El artista se llama Jośe Antonio Vega Macotela. El proyecto se llama Time Divisa. Una parte se presentó el año pasado en el Museo Carrillo Gil, la otra parte espera ser publicada en un libro. Lo que hizo fue realizar los sueños de varios presos a cambio de que colaboraran con su proyecto artístico. Era como ser ellos, pero afuera de las rejas. Cuando leí el artículo sobre Macotela me resultó inspirador para un documental. Ahora me interesa más ser yo la que done el tiempo y vivir en carne propia el sueño de los demás ¿a ustedes no?
Este tema es muy importante, porque muchas veces nos concentramos en que haya "justicia" por los delitos, pero no pensamos en la reintegración de estas personas a la sociedad, por lo tanto cuando salen son discriminados, nadie los contrata, todos tratamos de evitarlos, resultado: los orillamos a que sigan cometiendo delitos.
ResponderEliminarTuve un amigo que por azares del destino estuvo en la cárcel (ya era mayor de edad), en realidad fue un accidente lo que pasó, en una pelea tuvo la mala suerte de aventar al muchacho, el muchacho se pegó en la banqueta y murió. Tiempo después él salió libre, pero había quienes lo tachaban de lo peor, cuando en realidad yo creo que no tuvo la intención de que eso pasara. Así como él hay muchas más personas. Afortunadamente a él le ha ido bien, tiene trabajo, se casó, y está bien, pero cuántos tienen la misma suerte?