11.1.11

Entre calles y peatones...


Ayer empezaron las clases. La mañana estuvo bien, desperté a Sofía con una cascada de besos, le preparé su desayuno favorito (adivinen...hoy cakes!) y hasta sobró tiempo para peinarla bien y no ponerle un moño en la cabeza y ya para aparentar que está peinada. Pobre, pero a veces se nos hace muy tarde, ayer no fue el caso, íbamos justo a tiempo. Salimos de casa y decidí que íbamos a buen tiempo para llegar a la escuela caminando.

Hace mucho no hacíamos esas caminatas mañaneras. Nos gusta caminar por la Ciudad en la mañana, así que tomamos camino.

Estábamos cruzando la calle, todos los coches estaban formados esperando a que el alto se tornara en el verde del siga. Todos, menos una camioneta blanca, que ansiosa avanzaba milímetro a milímetro como si cada dimitida distancia que avanzaba, compitiera contra el semáforo y le demostrara que estaba dispuesto a ganarle. El conductor no veía a los peatones, que éramos Sofía y yo únicamente, estaba más atento si venía un coche de la otra calle para poder pasarse el alto o no. No nos veía y seguía avanzando. Le grité para llamar su atención y se diera cuenta que no podíamos cruzar la calle, pero tenía las ventanas cerradas, no me escuchaba. Por puro instinto usé lo que tenía en la mano (la mochila de Sofía) y le pegué en el cofre, solo así volteo y apenado hizo alto total para que pudiéramos llegar a la banqueta.

Afortunadamente llegamos a la escuela sin problema, pero mi enojo duró la mitad del día, y es que mientras más lo pienso y lo veo más me convenzo de que cruzar una calle en la Ciudad es un acto de confianza en el otro, más que una seguridad por una ley establecida. Esté caminando o en el coche, siempre que hay un alto me espero unos segundos hasta que confirmo que nadie se va a pasar el rojo.

Esta mañana me asusté, y me vi reflejada en ese señor que por las prisas por que así esta acostumbrado a manejar, quiso ganarle al alto, sin saber lo que había a su alrededor. ¿cuántas veces no hacemos lo mismo? ¿Cuántas veces nos pasamos la preventiva porque ya se nos hizo tarde para la escuela o al trabajo?

Antes de dejar a Sofía en la escuela, me preguntó por qué le había gritado al señor. Le expliqué que para que nos dejara pasar y no nos lastimara con el coche. Me di cuenta que este tema también es parte de vivir en la Ciudad y que mi hija debe de aprender el respeto entre peatones y conductores. Le dije que cuando el semáforo estuviera en verde, aunque no viera ningún coche pasar, no cruzara porque era el chance de los coches y cuando estuviera en rojo le tocaba a ella caminar.

Algún día viviremos bajo ese respeto de medios de transporte, mientras eso sucede enseñémosle a nuestros hijos las reglas básicas de tránsito, por su seguridad y porque es parte del ambiente que los rodea. Es parte de vivir en la Ciudad.

Les recomiendo estas páginas para niños sobre educación vial:
Juego vial: un portal donde tus hijos aprenderán más sobre la vialidad y los cuidados que hay que tener en la calle.
La Familia Vial: un libro publicado en Argentina donde enseña a los niños las reglas de tránsito. Desafortunadamente no hay libros en México, pero vale la pena seguirle la pista a este proyecto.
Educación vial: una guía para padres y maestros

Para los papás: Les recomiendo esta herramienta que ayuda a saber si hay marchas en la Ciudad y a que horas, así podemos alivianar un poco las prisas defeñas:
http://www.df.gob.mx/wb/gdf/consulta_las_movilizaciones
 
Más información: Les recomiendo lean este artículo publicado en el Universal en el mes de mayo del año pasado: Una epidemia en el DF

1 comentario:

  1. me encanta tu idea y también creo que es importante enseñar a respetar como peatones y personas, enseñarles que aunque no veamos que venga un auto nosotros cruzamos con luz verde cuando nuestra señal nos lo indica creo que todo este tipo de cambio empieza con nuetro ejemplo y en enseñarle a nuestros hijos, un saludo
    dpf

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