Ayer en la noche Sofía y yo estábamos en el estacionamiento de un centro comercial, yo caminaba muy rápido entre la prisa de los regalos y el querer llegar a casa. Sofía se paró en seco y volteó a ver el cielo, me dijo: “espérame que voy a pedir un deseo”, me quitó el ritmo de las compras navideñas y me quedé parada junto a ella, volteó a ver a la primer estrella que se asomaba y le dijo “Te pido que Santa me traiga muchos regalos”. Me llenó de ternura. Le di un abrazo fuerte.
Hoy volteo a ver al cielo y pido un deseo como ayer lo hizo mi hija:
Hoy volteo a ver al cielo y pido un deseo como ayer lo hizo mi hija:
Que disfruten con su familia cada momento.
Que tengan muchas sonrisas.
Que reciban más abrazos.
Que cenen rico.
Que compartan la ilusión con sus hijos.
Que tengan muchos regalos.
Que los pequeños se porten bien, para que llegue Santa Claus.
Que terminen el año con la emoción de que el próximo es una nueva aventura.
Que las uvas se vuelvan realidad.
Que no tengan tantas crudas y si las tienen, que les sea leve!
Que disfruten las tortas de pavo en el recalentado.
Que estén donde estén, conozcan más del mundo.
Que si se quedan en la Ciudad, la disfruten al máximo.
Que tengan un momento de reflexión y autoanálisis, para ser mejores personas en este año que comienza.
Que jueguen mucho con sus hijos.
Que sus hijos jueguen mucho con ustedes.
Que junten buenos recuerdos para guardarlos en el corazón.
Que tengan amor. Porque con amor, se puede hacer lo que sea.
Este 2010 que termina es un año importante para mí, porque me dio la oportunidad de conocerlos. Gracias por dejarme entrar a sus casas y ser parte de mis anécdotas como madre. Nos leeremos el próximo año con más aventuras por la Ciudad de México. La comunidad de PAPÁSDF que formamos ustedes y yo, seguiremos compartiendo nuestras historias como padres de familia.
Estas son las últimas líneas de este año y quiero aprovecharlas para decirles: ¡Muchas felicidades!
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