12.10.10

Un descubrimiento más grande que América.

Les platico de mi rutina para llevar a Sofía a la escuela. Les cuento de qué platicamos hoy que me sorprendió y les recomiendo dos lugares tradicionales para desayunar.

Camino a la escuela, Sofía y yo aprovechamos para disfrutar las calles y jugamos a no pisar las rayas de la banqueta. A veces saltamos, cantamos y otras veces platicamos. Esos momentos son especiales. Están inmersos en la rutina, pero cada día el camino es diferente, cada día hay juegos y
pláticas nuevas.

Mamá e hija van de la mano rumbo a la escuela. Rutina diaria en la Ciudad
Hoy en la mañana platicábamos de los volcanes, de cómo les salía fuego y por qué. Yo le platicaba de los volcanes de su Ciudad, del Popocatépetl -cuenta le leyenda que es un niño hincado- le decía, -y el Iztaccíhualt que significa la mujer dormida, o la dormilona, como tú- nos reímos y seguimos caminando. Las dos de la mano, compañeras del camino.

Mientras esperábamos para cruzar la avenida, Sofía me dijo -mira un barco, como la “calabera” de la Santa María- me sorprendí, me dio mucha ternura y emoción escucharla hablar sobre Historia, sonreí y le dije -es carabela, corazón y sí es un barco- a lo que ella contestó -sí, junto con una niña y venía este, ...cómo se llama...huy se me olvidó- me sorprendí todavía más porque se sabía la historia muy bien, le conté que era Colón y que La Niña era el nombre de la otra carabela, junto con La Pinta y que descubrieron nuestro Continente.

Me di cuenta que a veces, subestimo la capacidad de mi hija a entender la realidad, hoy fue un claro ejemplo. En la escuela le enseñaron el festejo del 12 de octubre, día de la Raza. Ella lo entiende según su nivel y me entusiasma darme cuenta que su interacción con la vida, con la historia, con la sociedad se va desarrollando cada vez más. Hoy mi hija me recordó que es 12 de octubre, hoy mi hija me contó qué se festeja. En el trasfondo de mi vinculación con la Historia, se que no es un concepto lineal para festejar. Los conceptos de descubrimiento de América y los festejos, son un análisis complejo para mi, pero así soy yo, buscando un pero y un análisis profundo a todo. Sofía tiene la capacidad de que esa parte compleja de mi se destruya y si ella está feliz porque sabe que el día de hoy llegaron tres barcos a descubrir el Continente, entonces yo me siento feliz con ella.

-Qué historia tan bonita te sabes corazón- le dije mientras le daba un beso y me despedía de ella. Dejar a mi hija en su escuela es una separación, es un silencio de regreso a casa. Esperar a que salga para tener los juegos y las pláticas que tanto me divierten. ¿Qué aprenderá hoy? ¿Qué conocimientos repasaremos juntas? ¿Qué aprendizaje reconoceré a través de sus ojos?

De regreso a casa, me di cuenta que no soy la única que vive esos momentos con mi hija. Todos los padres tenemos ese espacio con nuestros hijos. Al cruzar la calle una mamá caminaba junto con su hija, la niña le platicaba de la tarea que llevaba y la madre le decía – ah, sí que bien, pero ándale que nos van a cerrar la escuela- me reí de esa escena porque me he visto muchas veces en ese apuro. Luego vi a otra mamá con su hija que se pararon en la esquina de la calle para abrazarse, la madre le dio la bendición a la niña y le aviso que su papá pasaba por ella.

Mamá e hija después de su abrazo de despedida
Todos, de alguna forma u otra, compartimos experiencias con nuestros niños, vivimos la despedida diaria para seguir con nuestras rutinas y después volvernos a reencontrar. Son esos momentos los que hacen los días diferentes. La sociedad opera con acciones uniformes, pero es la relación personal lo que nos hace diferentes.

Festejo por las mañanas de llevar a los niños a la escuela, por las pláticas del camino, en medio del tránsito o mientras cruzan la calle, por los momentos fugaces entre rutina y rutina, por los besos de despedida y las bendiciones para empezar el día, por las lecciones de historia, por las canciones, por los juegos o los desayunos con prisa. Por esos espacios de familia, que todos vivimos. Por todo eso, hoy es un buen día.

Ustedes ¿cómo viven las mañanas con sus hijos?

Para los papás: Para el desayunito después de salir corriendo de casa, les recomiendo los ya tradicionales Bisquets de Obregón, que el café con leche es una delicia y todo un espectáculo de las señoras que lo sirven, y si sugieren algo más apresurado puede ser un plato de fruta de Los frutos Prohibidos. Eso sí, siempre con una sonrisa para tener buena vibra todo el día.

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3 comentarios:

  1. HOla, me gusta mucho tu blog eres un mujer pensando en el futuro de su hija y desafortunadamente en el mundo que me desenvuelvo no conosco muchas mamas asi, te platico nuestras mañanas son muy apresuradas pero gracias a eso tenemos un poco mas de tiempo para estar con mis pequeños, salimos de la casa a las 7.30 para llegar al kinder a las 9, mi peque va a la escuela cerca de mi trabajocomo te decia pasamos mañanas agradables mientras estamos atorados en el trafico matutino de nuestra ciudad, me gusta platicarle los eventos que acontencen en la historia y tenga otra perspectuva de la vida al menos diferete ala que yo vivi, desafortunadamente ami nena pequeña se queda con sus abuelos y no tenermos el mismo tiempo para estar con ella, me duele mucho el dejarla pero no tenemos otra opcion y espero que algun dia no me reprochen el tipo de vida, ups creo que ya me desvie del tema, que pases una semana agradable, saluditos... Rozzy

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  2. Las mañanas con mis niñas se dividen en dos, a las 7 empieza con la de 5 años que entra antes, me gusta despertarla con besos, aunque si despierta de mal humor, es fácil que nos enojemos, aveces me es difícil guardar la calma, pero al final busco que nos despidamos bien, y para ese momento las dos así lo deseamos y la despedica empieza con la preparación de la más pequeña con la que me gusta disfrutarla unos minutitos en su camita, en lo que se toma su leche, y me hace la pregunta de todos los días y Nati en dónde está? para que yo le conteste que en la escuela, es cómo su pregunta recurrente, cómo se llama tú amiga Ana?, jajaja, siempre me rio mucho de sus ocurrencias.
    De la historia de México me ha impresionado el interés que Nati ha manifestado, se ha pasado más de dos horas escuchando y preguntandole a su papá sobre el México precolonial y la conquista, el libro que él uso para explicarle estos hechos, desde ese día ella lo incluyó a sus librero de cuentos.
    Hace apenas un par de días Su, quizo peinarse ella misma y yo le dije que no por que se nos haría tarde, ella empezó a llorar enojada, eso me irritó mucho y perdí el control, cuando ya era más tarde acepté de mala gana que ella se peinara y me sorprendió que lo hizo con tal despreza y entusiasmo que me sentí mal de la actitud acelerada por no decir neurótica que había tomado, pero me reconfortó que al final se lo haya permitido y comprendido que eso no era una terquedad de su parte si no un acto de independencia. Hoy volvió quererse peinar y con la experiencia de aquel día, lo acepté desde el principio y las dos lo disfrutamos.

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  3. Hola, como recuerdo cuando a ti junto con tus hermanos, tus papas los dejaban en la escuela y muy emocionados pasaban por ustedes esperando los comentarios de ustedes de los nuevos aprendizajes adquiridos ese dia,fijate que ami me pasa algo parecido con chavito pero como solo tengo la oportunidad de irlo a dejar, platicamos en ese momento de recomendaciones para tener un buen dia en el colegio, mencionandole yo que cuando llegue de trabajar me dara mucho gusto que me explique lo que aprendio, y yo le comento de como fue mi dia, nos agrada compartir nuestras experiencias.MUCHAS FELICIDADES.Saludos claudia gpe.

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