El sábado pasado tuve una tarde muy agradable en el Centro Cultural Bella Época, lugar que desde niña me ha gustado; primero por que mis padres me llevaban a ver películas, cuando era el cine Bella Época, luego cuando era un edificio cerrado por el recuerdo, donde, fantaseaba en escabullirme por algún acceso y grabar los espacios art deco que se dejaban ver abajo del polvo y el olvido; y ahora disfruto entrar por la puerta grande de cristal y dejarme abrazar por la propuesta de que el arte puede ser divertido y colorido. Ahora este Centro Cultural, le abre un espacio a los niños para acercarse al cine, la literatura y las obras plásticas. Ahora yo soy la madre que lleva a su hija a este lugar histórico.
Llegamos y el lugar estaba lleno de ciclistas. Daba comienzo el Primer Rally Ciclista: Cómo leer en bicicleta...Pedalea a Fondo, organizado por la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, evento que se realizó para conmemorar el día mundial del libro. Me hubiese gustado ser parte del rally aunque desafortunadamente no sé andar en bici. Cuando era niña, era de las que prefería quedarme en casa leyendo o escribiendo en vez de salir a jugar; quién iba a pensar que años después me daría cuenta que la lectura y el juego, nunca han vivido separados, sino todo lo contrario.
Siguiendo la temática de las bicicletas y la lectura, se realizaron varias actividades en el Bella Época; mi hija y yo fuimos al cine de este recinto, el cine Lido, para ver la película francesa-belga Las Trillizas de Belleville (Les triplettes de Belleville, 2003) cinta que cuenta la historia en imágenes y pocos diálogos, respetando fielmente el lenguaje cinematográfico, de la abuela Madame Souza quien hace todo por lograr la felicidad de su nieto y en esta búsqueda, conoce a las estrellas olvidadas del music-hall de los años 30's: Las Trillizas que viven en el pueblo de Belleville, tres personajes memorables que llegan de color y música la pantalla.
Desafortunadamente la sala estaba vacía, a pesar de que la función fue gratuita e incluso a pesar de que Las trillizas de Belleville fuera selección oficial en el Festival de Cannes y nominada a mejor película de animación en 2004, compitiendo contra Buscando a Nemo. En fin, los eventos seguían, en la explanada de la librería hubo una explicación para lo niños sobre las bicicletas; su historia, los diferentes diseños que existen y las competencias más importantes. Mi hija y yo nos detuvimos, pero no para escuchar la plática, sino para ver los diseños editoriales y las ilustraciones de las diferentes publicaciones que ha hecho el Fondo de Cultura Económica de libros para niños. Ilustraciones a gran formato de libros como La suerte de Ozu, de Claudia Rueda; Luna Estelar, de Ricca Fukuda y Sanzón de Jenny Pavisic, dibujaban el pasillo central de la librería. Me sentí muy emocionada de ver a los personajes de los cuentos que le leo a mi hija antes de dormir, tan grandes y coloridos.
Nos quedamos un rato más a leer en la parte de la bebeteca, donde uno puede sentarse o acostarse en los cojines preparados para pasar un buen rato leyendo y jugando con la gran variedad de libros para niños que hay. Leímos; viajamos por el mundo de los dinosaurios, después escalamos montañas y llegamos a castillos de ensueño. Esa fue nuestra aventura en el Bella Época.
Para terminar el día, pasamos a la heladería Roxy y compartimos un helado de pistache con chocolate. Las bicis del rally seguían viajando por toda la Condesa. La cultura se mueve por la ciudad.
Para los papás: Hablando de bicis y libros, les recomiendo el libro Bicycle Diaries, del músico y artista visual, el maestro David Byrne, quien desde finales de los 80's se ha transportado únicamente en bicicleta, a tal grado que viaja a otros países con su bicicleta armable y la utiliza como una ventana panorámica a la vida urbana de las diferentes culturas que visita. Este libro cuenta lo que el Sr. Byrne observa desde este transporte personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Saludos!