Haciendo práctica
de la estimulación prenatal, le puse a la panza un poco de música
para relajarnos después de un día caluroso y con algunas
actividades fuera de casa.
En sesiones pasadas,
le había puesto Mantras o cánticos espirituales. Los dos nos
tranquilizábamos bastante, yo me quedaba dormida, mientras sentía
que la panza se iba moviendo poco a poco al ritmo del Mantra.
Su hermana también
le pone música. Le hace disfrutar toda la discografía de
“Gorillaz”, intercalada con la propia voz de la hermana
diciéndole “I´m your sister” al estilo Darth Vader. La panza se
mueve gustosa.
Ayer en la noche,
quería experimentar algo diferente a los Mantras, así que le puse
“Where the streets have no name” de U2. La panza se movía
bastante, como si se estuviera retorciendo; decidí cambiar de
estilo. Tal vez U2 es un gusto adquirido, hay que vivir ciertas
experiencias de vida para que te guste, me quedé pensando, puede
ser. Entonces probé con The Cure, “Pictures of You”, una canción
favorita en la familia. Sentí que la aceptó mejor. La disfrutamos
bastante, después “Just like heaven” y la siguiente “Friday
I´m in love”. Todo iba muy bien, el movimiento de la panza era
como una danza, y yo con una sonrisa de gusto por escuchar a uno de
mis grupos favoritos.
De pronto, se me
antojó (como cualquier antojo de embrazada que se debe saciar al
instante) escuchar “Talking bout my baby” de Fatboy Slim. La puse
de inmediato y esto se convirtió en una fiesta maravillosa. Yo
acostada moviendo las piernas al ritmo de la música y la panza
moviéndose al unísono. Yo levantando los brazos al bailar, e
imaginando que el o la bebé, sienten mi alegría también. Algún
día bailaremos juntos esta canción con los brazos en alto,
agradeciendo a la vida bajo el gran sol amarillo brillante (“under
the big bright yellow sun”)
Fatboy fue la
estrella de la noche. Recordé cuando mi esposo era DJ y tocaba esta
canción al final de su set. Así la conocí y ahora se la pongo a
nuestro bebé. Se completa una parte de la espiral.
Para descansar y
empezar a dormir, puse a Brian Eno “Ambient 1: Music for Airports”,
como su nombre lo indica, el ambiente cambió. Me centré más en las
sensaciones de mi cuerpo. Bebé se acomodó, lo pude percibir, pude
entrar en contacto con mi vientre.
La música fue el
medio para comunicarme con el o la bebé que viene en camino. Ahora
los dos entendimos que a esta vida, se viene a bailar.
En la vida venimos a bailar... Seguro comenzamos desde que brincamos y giramos como astronautas en el vientre. Comprobado la estimulación sonora prenatal. Araviññado en pensar que algún día bailáremos una de esas "viejitas" de Fatboy. Listos para conocernos cara a cara.
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