El sábado pasado, el zócalo estaba cerrado por una marcha más de las ya
rutinarias en la Ciudad de México. Mientras tanto, a cinco minutos de ahí, en
la calle de Guatemala número 18, justo atrás de Catedral, se abría un espacio a
la innovación, casi como si fuera una isla o un oasis de alegría, ingenio y
creatividad. Era la Feria First Lego League Jr. en México, que presentaba a
varios equipos de niños y niñas que a partir de construcciones, con el tema de
diferentes hábitats de animales, hechos en Lego, programaron el volar de una
abeja.
Este proyecto se realizó gracias a Fundaciones Telefónica, Robotix, Lego
y la sede del Centro Cultural de España en México. Mi hija participó en este
encuentro y estaba feliz. Tomó un taller de construcción en Lego y programación
robótica. El taller duró un mes, sábados y domingos en el Centro Cultural
España. Cuando salía de su curso, me platicaba muy emocionada sobre lo que
habían hecho, pero no le lograba entender: "ya programé el patrón",
"ya le puse el circuito", me decía y yo sonreía porque la veía
contenta y satisfecha, con eso yo soy feliz, pero de teoría no le entendía nada
¡Hasta que vi volar la abeja! ¡Vaya maravilla!
No podía cerrar ni boca, ni ojos del asombro. Más de 12 grupos de niñas
y niños expusieron su construcción y programación. Se lo presentaron a los
representantes de las diferentes fundaciones y al público en general que les
llegaba a preguntar. De pronto, estaba en una feria de tecnología e innovación
en toda la expresión de la palabra. Niñas y niños creadores que explicaban su
mecanismo de construcción y programación, pero sobre todo, compartían su
alegría, creatividad y entrega.
Me encantó la actividad de premiación. Todos y todas ganaron. Les
reconocieron a nivel personal cada uno de los esfuerzos de su trabajo. Me gustó
que no fuera competencia, sino una Feria, una convivencia familiar de nuevos
mecanismos para crear a través de la tecnología. Quién sabe, igual y de aquí
sale una astronauta o un inventor o una comunidad de ciudadanos/as digitales.
Por lo pronto a mi hija le encantó programar el movimiento de un robot, y sí ya
le gustaba Lego, ahora es toda una pasión.
¡Por más oasis de creación, convivencia e innovación en la Ciudad de
México! Seguiré echándole el ojo a las Fundaciones Lego, Robotix y Telefónica,
junto con el Centro Cultural España, que a mi hija y a mí nos está
gustando mucho lo que están haciendo.
Más información:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Saludos!