5.3.15

Nuestra Visita al Centro Cultural Universitario

Como aparece en Chilango.com

Llegamos al Centro Cultural Universitario sin ningún plan más que disfrutar la variedad de propuestas del lugar. En este espacio se concentran escenarios importantes, espacios de reflexión y recovecos de disfrute para todas las edades. En un solo lugar hay danza, teatro, música, arte plástica, espacios abiertos, libros y gastronomía; todo de la más alta calidad.

En la plaza central, nos la pasamos un buen rato contemplando la escultura de “La Espiga” hecha por Rufino Tamayo. Mi hija quería seguir viendo esculturas, así que fuimos a buscar más espacios. Nos encontramos con una especie de pirámide roja que crecía entre los árboles, era como si las esculturas fueran parte de la naturaleza o la naturaleza fuera parte de las obras de arte. Nos seguimos adentrando, hasta que llegamos a las “Serpientes del Pedregal” del artista Federico Silva; aquí disfrutamos la textura de la piedra volcánica y juntas recorrimos la serpiente y dibujamos su sombra. Recuerdo que cuando era niña había estado en ese lugar y ahora lo disfrutaba al máximo con mi chilanguita.

Para seguir explorando las esculturas y la naturaleza, llegamos nada más y nada menos que al Espacio Escultórico, este círculo hecho de 64 prismas que enmarcan los restos de lava petrificada, es para mi uno de los lugares más mágicos e interesantes de la ciudad. Escalamos uno de los prismas y nos quedamos ahí, desde lo alto, platicando, viendo las piedras, jugando a que veíamos figuras en las nubes y aprovechando para descansar del recorrido entre los árboles y el arte.

Regresamos a donde estaba “La Espiga”. Le conté a mi hija la importancia de ese lugar, donde había recintos para cada expresión artística: la Sala Nezahualcóyotl, para la música; el Teatro Juan Ruiz de Alarcón; las Salas de cine Julio Bracho y José Revueltas; y el Museo Universitario Arte Contemporáneo. Mientras le contaba, veíamos cómo salía gente del MUAC y cómo otras personas hacían fila para entrar a la Sala Julio Bracho. Ahí nos dimos cuenta que el Centro Cultural Universitario es un espacio vivo donde la cultura está en constante movimiento.

Para ese momento ya teníamos hambre, así que entramos a la cafetería Azúl y Oro del chef Ricardo Muñóz Zurita. Su cocina es una degustación de sabores mexicanos con un retoque gourmet que te lleva a re-conocer la comida del país. Yo comí unos buñuelos rellenos de pavo y cubiertos de mole poblado, deliciosos; mi hija disfrutó un tamalito de frijol y un caldo de pollo que no dudó en terminárselo. A las dos nos encantó el agua de horchata.

Saliendo del Azúl y Oro, bajamos las escaleras y entramos a la librería Julio Torri, ahí encontramos una colección muy interesante de libros infantiles. Leímos un rato y decidimos que era momento de partir. Fue el primer encuentro de mi hija con el Centro Cultural Universitario, y nos la pasamos de maravilla.

Recomendaciones para visitar el Centro Cultural Universitario:
Lleven zapatos cómodos, bloqueador, gorro y en estas fechas un suéter. También lleven agua y en el recorrido, tomen momentos para descansar en la naturaleza, vale la pena.

Mayores informes:
Centro Cultural Universitario: Av. Insurgentes 3000, dentro de la UNAM
Para conocer la cartelera del CCU: http://www.cultura.unam.mx/index.html?tp=categoria&ct=324&Itemid=209
Visitas guiadas al Centro Cultural Universitario: 5622 7008 visitas@unam.mx

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