Vengo regresando de un viaje ancestral.
Curiosamente no lo tenía planeado, pero estaba en mi destino ser
parte de esta experiencia.
Tihosuco es un poblado en Quintana Roo
que pega con el borde de Yucatán. Está en la parte central de la
selva maya, donde el poblado más cercano está a 45 minutos en
automóvil.
Tihosuco: castellanización de
Jo'otsuuk, la unión de los
cinco caminos.
En este lugar mi
esposo decidió hacer una película y una telenovela habladas
completamente en maya. Así es cómo empieza la historia. Pasé tres
semanas trabajando con mi marido, era su Asistente de Dirección.
Pero el trabajo tomó otro sentido, día a día descubría que los
mayas no son cultura del pasado, su lengua (la maya t'aan) sigue
viva, sigue cambiando y evolucionando junto con su gente.
En Tihosuco
encontré el amor a la lengua, el orgullo a las raíces, el volverse
global para regresar y ser de la comunidad. Conocí gente maravillosa
como Marco, un chavo de 22 años que viajó a Estados Unidos, tiene
dos licenciaturas, una maestría y regresó a Tihosuco para enseñarle
a niños y adolescentes la importancia de leer y hablar en maya. Los
fines de semana hace espectáculos de clown y lucha libre hablado
cien por ciento en su lengua.
Don Rufino por otro
lado, de 45 años, se despertaba diario a las 5 de la mañana, que
cantaba el gallo, para ir a trabajar su milpa y a las diez en punto
entraba a su segundo trabajo: era guía en el Museo de Tihosuco. En
sus ratos libres hacía collares y pulseras de las semillas que
encontraba en su tierra.
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Don Rufino y Doña Albina trabajando la Milpa |
Cada
día de grabación era un día de enseñanzas. Todos los rituales,
todas las palabras, todas las intenciones, todas las sonrisas, todas
las reflexiones no fueron ficción, todo vino desde el corazón,
desde el puksi'ik'al.
Todas las tardes platicábamos con
Hilario, académico de renombre en la comunidad maya y actor
principal en la película. Nos hablaba sobre la situación de los
nuevos mayas, de cómo se estaban perdiendo las tradiciones pero
había otra ola de jóvenes que estaban retomando su cultura. Hilario
también es papá y era maravilloso ver cómo le hablaba a su hija de
2 años en maya. Todo lo que hacía era para que su hija siguiera con
las tradiciones.
Me siento muy orgullosa de haber estado
en este proyecto, de haber participado en estas reflexiones y sobre
todo de haber llevado a nuestra hija a la milpa. Que Sofía conozca
Tihosuco, que duerma en hamaca, que reconozca el maíz, que se bañe
en un cenote y que conozca cómo viven otros niños mexicanos, que
respete la otredad.
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Mi hija y su papá en la milpa antes de grabar |
El futuro es la interculturalidad.
Me doy cuenta que el 21 de diciembre
del 2012, no es el final de la cuenta y mucho menos el fin del mundo.
Es solo el inicio de una nueva era. Es solo el inicio para los nuevos
mayas. Es solo el inicio para una revolución del pensamiento humano,
ti tuukul wiinik.
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En camino a la oficina |
que buen post!
ResponderEliminarlo difruté enormemente, y le dio luz a un día de tribulaciones.
un abrazo.
In Lak´Ech
Gracias por compartir :)
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