31.5.10

5 KILÓMETROS EN LA CIUDAD

Ayer fue un buen día, permítanme platicarles por qué. Hace tiempo que no salía a las 7 de la mañana de un domingo a caminar por la ciudad; las últimas veces que salí a esta hora en el séptimo día de la semana, era para regresar a mi casa después de alguna fiesta, algunas copas y mucha diversión. Todavía recuerdo que en uno de esos regresos a casa después de toda una noche de bailar sin parar, mi marido y yo vimos a un señor corriendo en la lateral de viaducto, cuando lo vi le dije a mi pareja: “No puede ser, ya hay gente haciendo ejercicio en la calle; ¡pero si es domingo!”

Ayer estuve del otro lado de la ventana, mientras caminaba por la ciudad con tennis, ropa deportiva y una gorra, me crucé con algunos seres de la noche que regresaban a sus casas; sonreí por las vueltas curiosas que da la vida.

La Ciudad de México, amanecía solitaria en una brisa de descanso. Llegué a mi destino; la glorieta de la Diana Cazadora, ahí empezó la carrera de 5 Kilómetros que organizó Bonafont, un evento que desde la esquina donde lo viví me pareció muy emotivo. Independientemente de la estrategia de publicidad y posicionamiento de marca que significan estos eventos deportivos organizados por diversas empresas, están las vivencias personales de cada concursante; la carrera era solo para mujeres y el lema de la competencia era YO PUEDO; había mujeres jóvenes, mujeres mayores, mujeres con carriolas, mujeres con sus hijos de la mano e incluso muchas niñas portando la camisa de la competencia listas para recorrer 5 kilómetros de la ciudad. A pesar de que el evento fue solo para mujeres, me conmovió ver la cantidad de hombres que había, todos en los extremos de la pista listos para apoyar a sus familiares, algunos con cartulinas que tenían frases de apoyo como “Mamá: ánimo, tu puedes!!” otro que decía: “Paloma, eres una mujer exitosa y el amor de mi vida, te espero en la meta” uno más que escribía “Vamos mujeres de México, ustedes pueden”. Hijos, padres, esposos, parejas, todos apoyando y aplaudiendo a las mujeres que corríamos sin parar. A punto de llegar a la meta vi a un señor que cargaba a su bebé de 6 meses de un brazo y agarraba a su niño de 6 años de la otra mano; estaba parado, muy atento de las competidoras que pasábamos y buscando a su esposa, cuando la vio el gesto en su cara cambió, se le marcó una sonrisa y le gritó: “Ánimo mi Lili, aqui estamos”.

Lo invaluable de las carreras es que tienes la oportunidad de disfrutar las avenidas más importantes de la ciudad desde otra perspectiva. El recorrido empezó en la Diana Cazadora, después 500 metros de Mariano Escobedo, regresar a Reforma y al topar con Arquímedes, regresar a la Diana Cazadora; algunas concursantes aprovecharon la emoción y tocaron las campanas que decoran el camellón de Reforma, otras se tomaron el tiempo para contemplar de cerca las esculturas de José Luis Cuevas, Juan Soriano y Remedios Varo, entre otros. Un recorrido deportivo, un evento familiar y una oportunidad de disfrutar de otra forma la ciudad.

Terminé la carrera y me sentí bien, no daban ni las 9 de la mañana y ya tenia muchas emociones por contar, además de que esos 5 kilómetros me vinieron bien para relajarme el resto del día. ¿Qué me dejó esta experiencia? La familia como estructura social está cambiando y si este cambio va hacia lo que vi ayer, me da gusto. Ayer las mujeres demostramos una vez más que sí podemos, los hombres demostraron que también pueden, que son una fuente de apoyo primordial para que las mujeres encontremos nuestro punto medio entre ser madres, profesionistas y seres individuales; los hijos recibieron un mensaje de equidad y de valorar los esfuerzos por parte de sus padres y madres. Más allá de lo que decía la cartulina “vamos mujeres de México”, yo diría “Vamos familias de México, nosotros podemos”, ayer demostramos que sí, sí podemos tener una familia de iguales, de apoyo y respeto mutuo.

Después de la carrera, pasé una tarde de picnic con mi esposo y mi hija en Chapultepec, jugamos a la pelota, nos acostamos en el pasto y disfrutamos, como muchas otras familias que había alrededor de nosotros, del parque de nuestra ciudad.

Ayer fue un buen día.

Para ver más fotos del evento visita: FACEBOOKPAPÁSDF

2 comentarios:

  1. Es lindo estar del otro lado de la barda, esperar el momento de ver pasar a tu esposa y justo en ese momento de felicidad no poder disparar una sola fotografía.

    La emoción de ver a muchas familias separadas por una linea de meta y después de buscarse entre tanta gente y encontrarse, es lo que nos debe refrescar en la memoria que por algo nos enamoramos, por algo tenemos familia, por ese sentimiento de seguridad en el otro, de poder confiar en alguien y de poder enseñar a alguien un poco de lo que sabemos.

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  2. Hola, esta muy divertido tu blog! me gusto mucho, espero podamos seguir en contacto y q a ver si te das una vueltecita por co-madres.blogspot.com

    saludos!

    Lila Guerrero

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Gracias por tu comentario. Saludos!