31.5.13

Las apariencias engañan.

En la publicación anterior, les conté del recorrido que hicimos Sofía y yo en el Museo Frida Kahlo. Fue una experiencia estética llena de colores y mucho amor.


Terminamos de visitar la casa y el jardín. Nos dábamos por bien servidas, contentas de contemplar el lugar. Seguimos caminando y nos encontramos con el Anexo de la Casa, esta era una sorpresa placentera, así que nos dejamos llevar y caminamos hacia allá. Lo primero que encontramos fue un juego donde, a forma de rompecabezas móvil, podíamos vestir de diferentes maneras a Frida. Había dos Fridas: la Contemporánea, la Clásica y la explicación de cada una de ellas. Sofía y yo jugamos y jugamos, creando imaginarios de una Frida que fue o pudo haber sido. Una buena manera de introducirnos a la exposición temporal: Las Apariencias Engañan: Vestidos de Frida Kahlo.
Al entrar, vimos los corsés y aparatos ortopédicos que usaba. Al verlos, comprendí la imagen de Frida Kahlo acostada o sentada. Ahora verla en pie, en cualquiera de sus fotografías, es imagen de mi admiración, porque tener que cargar un corsé de tales barras de metal y además uno de tela y luego zapatos especiales, no parece nada fácil. Por eso los vestidos largos y las faldas abultadas. Debajo de esas vestimentas coloridas y discursivas, estaba un esqueleto de metal y un cuerpo vulnerable: “Las Apariencias Engañan”. Vaya autoconocimieto de Frida Kahlo.

Esta exposición se llama así por el dibujo del mismo nombre. El dibujo y los vestidos expuestos se encontraron en el año 2004 en el baño de Kahlo. Cincuenta años antes, Diego Rivera, mandó guardar los vestidos y varias pinturas de Frida en ese lugar. Tiempo después se encontraron y así surge la exposición. Un buen espacio para comprender más a esta figura mítica. Es una exposición que vale la pena ver y no tiene ningún costo adicional.

Cuando salimos de ver los vestidos, encontramos una mesa donde varias niñas estaban muy concentradas creando modelos de Frida. Mi hija tiene un radar especial para los talleres, así que sin dudar, ya estaba más que puesta para empezar. Nos dieron una Frida de cartón y una bolsa con varios recortes de tela, adornos y listones. El punto era vestir a Frida como ella quisiera. Le encantó crear un vestido. Me encantó verla crear un vestido. Nos encantó vestir a Frida como parte final de nuestro recorrido por su casa. Fue la cereza en el pastel.

Ahora Sofía ya sabe quién es Frida Kahlo, y además la tiene pegada en su pared de creaciones. Yo tengo guardado en mi corazón este recorrido mágico que compartí con mi hija.


Costo del taller: $20.00

Para más información sobre el Museo de Frida Kahlo visiten: www.museofridakahlo.org.mx

24.5.13

Arte, changos y mucho amor.

Les cuento de nuestra experiencia en el Museo Frida Kahlo y todo lo que descubrí con mi hija en este lugar.

El sábado se me ocurrió llevar a Sofía al Museo Frida Kahlo. La casa azúl. Cuando llegamos había fila, mucha gente había pensado lo mismo y me dio gusto. Que haya filas de espera en los Museos, qué maravilla.

Volviendo a Frida Kahlo.

En el camino al Museo, le conté a Sofía quién había sido Frida, por qué era tan importante y cuál había sido su obra. Sofía no tenía muy claro a dónde íbamos y mucho menos qué íbamos a ver. Antes de entrar le propuse tres dinámicas: 1. que me dijera qué cuadro es el que más le había gustado. 2. que me dijera qué colores veía que se repetían en sus pinturas 3. Qué era lo que más le había llamado la atención de la casa. Con esas tres instrucciones, entramos a la Casa Azúl.

Entramos a otro Universo.


Cuando entramos, vímos un cúmulo de gente alrededor de un artista, una especie de conferencia de prensa. La curiosidad me ganó y pregunté quién estaba ahí -Peter Murphy- me dijo la chica del Museo. Desde ahí comenzó mi momento estético. A lo lejos escuché al cantante decir: “Let´s forget the heroes”. Olvidemos a los héroes, seamos nuestros propios héroes, cada uno de nosotros tiene algo especial. Así entramos a la Casa de Frida, yo sintiéndome héroe de mi vida y Sofía con ansias de conocer a Kahlo, como le empezó a nombrar.

Cuando entramos vimos el cuadro de una muchacha sentada, empezamos a platicar de la obra. Fue una delicia platicar con mi hija lo qué veía en un cuadro. Fue como empezar otra relación, como si apenas nos conociéramos y compartiéramos un momento sublime. Fue una plática entre amigas, maravilla que establece el arte: hablar desde el corazón.

Después de estar un rato en la primer sala, Sofía vio unos changuitos pegados en la pared. Aquí me detengo un poco para admirar la Museografía del lugar. De forma lúdica están los changuitos puestos en toda la Casa, tanto que Sofía de la nada empezó a buscar por qué había figuras de changos abajo de algunos cuadros, hasta que encontramos una bandeja que tenía unas tarjetas en forma de changos. Estas tarjetas tenían explicaciones para niñas y niños, además de retos: encontrar cuántos autorretratos de Frida había en toda la exposición, descifrar por qué era La Casa Azúl, contar cuántas mariposas había coleccionado Frida, etc.

Sofía y yo nos dimos una gran divertida con los changuitos. Lo que me encantó es que informaban a los niños elementos importantes de la vida de Frida, pero al mismo tiempo los hacían partícipes del lugar. Contamos siete autorretratos, Sofía contó 32 mariposas, yo me enteré que Diego Rivera tuvo un hermano gemelo (este dato se lo preguntamos a uno de los custodios del Museo, porque el reto del changuito decía eso! Y un chico muy amable nos informó) y nos detuvimos un buen rato en el cuadro que hizo Frida sobre su paleta o estudio de colores. Ahí descubrimos que para ella el azúl significaba amor. La casa Azúl es igual a La Casa del Amor.

Y sí, en todo el recorrido experimenté amor. Amor por compartir un momento estético con mi hija, amor por la pintura, amor por México, amor por la búsqueda interior que cada persona tiene. Hace años que no visitaba La Casa Azúl, ahora la visité como mamá y me di cuenta que Frida Kahlo tenía una necesidad de ser madre, de esas necesidades que vienen desde las entrañas. Desde este punto me conecté y me sentí tan identificada con ella. Curiosamente sentí que su Casa nos abrazó a mi hija y a mi.

Con esta sensación de amor, nos sentamos en la cafetería a platicar de lo que habíamos visto. De las tres dinámicas Sofía me contestó: 1. la pintura que más le había gustado fue la primera que vimos, la de la muchacha, 2. estaba feliz porque a Frida le gustaba el mismo color que a ella: el azúl, y 3. lo que más le gustó de la Casa, fueron los jarritos de la cocina.

A mi lo que más me gustó fue estar con Sofía.

La aventura no termina ahí, después de visitar La Casa, fuimos a la exposición temporal “Las apariencias engañan: Vestidos de Frida Kahlo” y vaya que nos asombró. Sobre esto les contaré en la próxima publicación.

Recomendaciones para visitar el Museo:
  • Lleguen antes de las 13hrs. Hay fila pero no tanta.
  • El tiempo que hicimos de recorrido fue de una hora con quince minutos, ideal para los niños.
  • Después de la visita a la casa, disfruten el jardín, es una maravilla sentarse y pasar un rato disfrutando la vegetación. En el jardín del anexo hay unas tortugas. Sofía disfrutó mucho verlas nadar.

Para los papás: Después de la visita, siéntense un rato en la cafetería, hay un Menú muy bueno. Dan enchiladas, sopes y demás antojitos mexicanos. Además venden cerveza y cae muy bien para el ambiente de la casa y el calor de verano.

Costo total de visita: $140.00
1 adulto nacional: $60.00
Niños menores de seis años, no pagan
Antojitos, cerveza y agua simple: $80.00

Para más información sobre el Museo de Frida Kahlo visiten: www.museofridakahlo.org.mx

21.5.13

Un pastel que no olvidaré.

Les platico de un momento difícil con Sofía y les recomiendo un taller de Disciplina Positiva.

Sofía no paraba de llorar. Parecía que mientras la trataba de contener y hablar con ella, más se negaba a escuchar y más lloraba. Todo empezó con su pastel de cumpleaños, que al principio no quería partirlo. Su papá y yo respetamos su decisión, aunque en lo personal me sentí entre triste y apenada porque todos sus amigos y familia estaban más que listos para cantarle las mañanitas. En fin que tomamos la decisión de partir el pastel sin la festejada. Pero de todas formas decidí ir a hablar con mi hija, para saber lo que pasaba.

Un minuto antes la había visto correr feliz y ahora estaba enojada porque un amiguito se había portado mal. Pleitos entre niños que no terminas de entender, así que estaba llorando en una esquina del brincolín. Me acerqué para hablar con ella y empezó a soltar manazos y patadas, le dije de la manera más tranquila pero determinante que no hiciera eso. Sumarle la intensidad del momento a que era un evento social, donde ella era la protagonista. Por un instante eso me preocupó, pero después entré en conciencia y me di cuenta que no importa el exterior, lo importante es aprender a solucionar los conflictos, así que me empoderé y me quedé a un lado de Sofía, diciéndole que lo más importante es que ella estuviera bien, le platiqué del cariño que tenía alrededor de ella y que los problemas entre amigos se solucionaban de diferente manera. Lo más importante: que las formas de sacar el enojo no eran pegando, sino hablando.

Hasta aquí, íbamos bien. Sofía se tranquilizó, me contó todo lo que había pasado y le repetí que lo importante era todo el cariño que había a su alrededor. Nos abrazamos y quedamos que íbamos a cantar las mañanitas. En cuanto vio el pastel, que le faltaban algunos trozos, empezó a llorar. Llorar, llorar, llorar, llorar. No había manera de que se controlara. La abracé, no fue suficiente. Le hablé, no fue suficiente. Decía que quería ir a la pastelería por otro pastel. Lo que le contesté que era imposible (cabe mencionar que su pastel era de tres pisos, con mariposas rosas pegadas alrededor y comprado por su abuela. El presupuesto de la fiesta no daba para otro pastel), le repetí que era imposible que había que valorar lo que teníamos. Sofía seguía llorando.

La mitad de la fiesta se fue.

Le dije que ella propusiera cómo solucionarlo, otra opción aparte de ir a comprar otro pastel. Me dijo que lo pegáramos con resistol, por obvias razones le dije que eso no se podía, pero que le proponía decorarlo de tal forma que no se viera la parte partida. Le dije que yo era una “experta” en arreglar cosas, así que mientras ella jugaba con sus amigos, yo le arreglaba el pastel. Ante eso, Sofía me contestó: “no, yo quiero arreglar mi pastel”. Así fue. Yo me di un respiro de los 40 minutos de llanto y contención. Cuando salí de la cocina, Sofía ya estaba arreglando el pastel. Le puso unas servilletas de flores para que se viera lindo y unas flores del jardín para que luciera mejor. Todas sus amigas le dieron las mariposas que estaban en el pastel y las pusieron donde estaban. De pronto se volvió la niña más feliz del mundo, con Su Pastel.

Todos los invitados, llenos de amor y comprensión, se pusieron alrededor de Sofía y su pastel y le cantaron las mañanitas. Yo me quedé a un lado, solo viendo. Vi a mi hija superar una crisis. Me vi a mi a un lado de mi hija, guiándola. Vi a Sofía. Me vi a mi misma. Las dos crecimos juntas en ese instante. Un pastel lleno de enseñanzas: Hay que hacernos responsables de nuestras decisiones. Hay que valorar lo que tenemos. No siempre habrá otro pastel. Hay que solucionar, con nuestros medios, aquello que pensamos que es imposible de solucionar.

A mi me dejó una enseñanza vital: el tiempo que sea necesario, lo tomaré para guiar a mi hija a través del amor y la gratitud. Sin importar las circunstancias externas o sociales, el tiempo que sea necesario para que Sofía encuentre solución a sus conflictos. Yo estaré ahí para guiarla.

Una amiga me dijo: “Este pastel nunca lo olvidará”. Yo tampoco lo haré.


Para papás: ¿A ustedes les ha pasado algo así? ¿Qué hacen cuando sus hijos hacen berrinche? Anduve investigando y el proyecto Pequeño Gran Humano tiene un taller que puede servir mucho para saber qué hacer en momentos como este. Es el taller teórico-práctico: Descifrando el mal comportamiento, soluciones y estrategias efectivas para padres. Aquí descubriremos de dónde viene el mal comportamiento de nuestros hijos y plantean una nueva forma de abordarlo sin castigos, sino a partir de la Disciplina Positiva. ¡Vamos!

Este taller será el sábado 8 de junio de 10-14 hrs. En Capitán Martínez de Castro #6 en Col. San Miguel Chapultepec. Mayores informes: pequenogranhumano@gmail.com.

17.5.13

Muchos Museos.

Mañana es el día Internacional de los Museos y estoy muy emocionada de disfrutarlo con Sofía. En estos últimos años que he estado más en contacto con algunos Museos de la Ciudad de México, me he dado cuenta que la labor de estas instituciones está llena de amor, pasión y entrega a la comunidad.

Los Museos de nuestra Ciudad son recintos comunitarios con propuestas interesantes y exposiciones de alto nivel. Hace unos días escribía que el Distrito Federal está más abierto a propuestas para niños y lo sigo creyendo, ahora los Museos tienen más experiencias culturales para todas las edades. Me parece muy valioso que las exposiciones tengan talleres para niños, ya que son ellos los futuros visitantes.

Y hablando de visitantes ¿Cómo nos comportamos nosotros?. Estos edificios albergan conocimiento para compartirla con toda la comunidad. Me parece que es tiempo de regresarles el favor. Vamos a visitar los Museos de la nuestra Ciudad. Mañana habrá varias actividades que varios recintos nos tienen preparados para darnos la bienvenida. Mientras escribo estas líneas, me acuerdo cuando iba a Museos de niña y se me hacía muy pesado. Me aburría, eran enormes, era mucho lo que tenía que leer, además de que tenía que guardar silencio. Esto afortunadamente ha cambiado. La museografía se ha vuelto más orgánica y lúdica. Aprovecharé este cambio para introducirle a Sofía la gran aventura de ir a un Museo.

Les comparto algunos consejos para ir a un Museo con sus hijos:

  1. Empieza la aventura: Antes de entrar al Museo o la exposición, platiquen con sus hijos lo que vayan a ver. Que los niños tengan una introducción de la exposición y establezcan puntos clave para trabajarlos en la exposición: escoger un cuadro especial, descubrir cuántos paisajes hay, dibujar un objeto que les haya gustado, etc. Esto los mantendrá atentos durante la visita.
  2. Juntos es mejor: Visiten la exposición juntos, hagan comentarios sobre las piezas expuestas. Vayan a donde sus hijos les llame la atención, que ellos mismos descubran el espacio.
  3. Poco es mejor que todo: Si van con niños pequeños, visiten de una a dos salas de la exposición. No traten de abarcar todo el museo porque será mucha información para los niños. Disfruten con calidad de tiempo el Museo y puede ser un pretexto para regresar en otra ocasión.
  4. Platiquen, platiquen,platiquen: Después de su visita al Museo, vayan por un helado y platiquen todo lo que vieron.

Este sábado, salgamos a los Museos. Yo haré las paces con mis recuerdos de infancia. Pretendo divertirme en un Museo y que mejor que en compañía de mi hija.

Tomen fotos de su experiencia en los Museos y mándenla a papas.df@gmail.com, así compartimos en comunidad nuestros recintos de la Ciudad.

Para los papás: Encontré este link donde viene información muy completa de la agenda de eventos que tendrán varios Museos de la Ciudad: http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2013/05/16/899575?imagen=5#link-content

10.5.13

El día que pasó.

Me enteré que sería mamá en una sala de edición de la Universidad Iberoamericana. Era un día normal como los que acostumbraba en esa época: estaría editando un rato mi trabajo de titulación y después me iría a Canal Once para trabajar el resto de la tarde.

Era mediados de septiembre del 2006. Me senté frente a la computadora y por un momento sentí que todo me daba vueltas, en ese momento una voz interna me avisó que algo estaba pasando pero no le di importancia. Una hora después era mi tiempo de descanso y fui a comprar algo de comer, en cuanto llegué a la cafetería me sentí rara solo de ver la comida, una sensación en la garganta que nunca había sentido. Salí deprisa de ahí. Mi cuerpo me estaba diciendo algo. Yo ya sabía cuál era el mensaje, pero decidí esperar. Ese día no terminé de editar y tampoco fui a mi trabajo. Fui a la farmacia más cercana y compré cuatro pruebas de embarazo.

Todas salieron positivas.

Siempre digo que Sofía no fue planeada, pero sí fue muy deseada. Cuando pensaba en mi futuro, me veía viajando por el mundo junto a mi hija, las dos con botas de exploradoras y con libros de aventuras bajo el brazo. Sinceramente, en ese momento no pensaba en ser mamá, no estaba en mis planes inmediatos, pero en cuanto reafirmé mi embarazo, hubo algo que cambió. Esa voz que me estaba diciendo desde el primer instante lo que pasaba en mi, habló con fuerza. Me puse la mano en el viente y le hablé: “Pase lo que pase, yo te voy a proteger”. Así fue, mi decisión como mujer estaba hecha.

Sería la madre de un ser humano.

Así que esa es la historia. Me gradué embarazada, recibí mi título y la mención honorífica de mi generación con una panza maravillosamente enorme. Empecé mi vida como madre.

-Aquí terminaba el texto, les cuento que después del punto y aparte de arriba, me paré por una taza de té y descubrí el siguiente mensaje: “mama te qiero decir te amo”. Ahorita estamos sentadas Sofía y yo en la misma silla, ella haciéndome un dibujo y yo descubriendo estas líneas. Vaya regalo de vida-

¿Ustedes cómo se enteraron que serían mamás?

Muchas felicidades a cada una de ustedes. Muchas felicidades porque cada una tiene una historia de maternidad. Muchas felicidades a sus hijos porque las hicieron mamás. Muchas felicidades porque cada día es una reafirmación de dar vida.

Y para seguir festejando, les propongo dos formas de festejar este fin de semana:

Un paseo gastronómico por la Colonia Roma: ¿Se acuerdan que les conté de Sabores México Food Tours? Pues ahora tiene certificados de regalo, para celebrar conociendo la Ciudad.

Un paseo en bici: Les seré sincera, yo no se andar en bici, pero me urge aprender para ir con Sofía al parque y disfrutar la bici las dos. Así que mi regalo será una clase de andar en bici. La Asociación de Mujeres Ciclistas junto con la Secretaría del Medio Ambiente tienen la cicloescuela, donde enseñan y capacitan a toda la familia para andar en bici en la Ciudad. El proyecto se llama Bicientrénate y se ponen todos los domingos de 8-10 am en Reforma.

Más información:

Sabores México Food Tours: http://www.saboresmexicofoodtours.com/


7.5.13

Muchos números en el banco.

Les cuento mi tarde de sábado en un banco de la Ciudad de México y les recomiendo un Museo para los futuros consumidores.

¿Les ha pasado que planean todo el día, pero algo surge que cambia por completo toda la logística? Eso me pasó toda la semana y por cuestiones de la vida tuve que ir al banco en sábado y a parte con Sofía. Pensé que no habría nadie, pero cuando llegamos, me di cuenta que todos habían pensado igual que yo: aprovechar el sábado para hacer diligencias financieras. El banco estaba repleto.

Yo respiré y Sofía se quejó. Sabía la se se venía. Veinte minutos de espera de mi parte y desesperación de parte de Sofía, así que le apliqué la clásica: “Ahorita saliendo, nos vamos por un helado”, la cual funcionó por exactamente cuatro minutos. La desesperación estaba en su apogeo, hasta que se me ocurrió jugar con el espacio. Ella sería la encargada de avisarnos a qué ventanilla pasaríamos, estábamos entre la 5,6 y 7. La ventanilla 8 estaba muy tardada y la 4 ya estaba muy lejos. Así que empezaron los pronósticos. La ventanilla 6 se veía como la ganadora, el señor que atendía lo hacía con rapidez y formalidad. Las personas que pasaban se veían decididas a irse rápido y disfrutar su fin de semana. Así empezamos a ver a la gente y observar sus actitudes.

De pronto se convirtió en un momento antropológico.

Sofía veía a las señoras que pasaban y se emocionaba por cada lugar que se iba. Ella quería que pasáramos a la 7 y yo creía que pasaríamos a la 6. Seguíamos viendo a las personas entrar, Sofía contó a los bebés que había en el lugar, era un total de cuatro bebés y tres niños. Después los números se convirtieron en otra forma de jugar y empezamos a sumar y restar. Sumamos las personas que estaban sentadas con las que estaban paradas. Restamos las personas que estaban formadas de las que se iban.

Números, números por todos lados, hasta llegó nuestro turno. Pasamos a la ventanilla 3. Otra sorpresa numérica.

La ida al banco es toda una experiencia con los niños ¿a poco no?, les propongo algunas formas de hacerlo lo más agradable posible:

  1. Hacer responsables a los niños de diferentes cosas: que indiquen a qué ventanilla van a pasar, que se encarguen de su número de turno, que estén pendientes cuántos turnos faltan por pasar, etc.
  2. Jugar con los números. No importa la edad, los números son elementos entretenidos. Si los niños son chicos, jueguen a encontrar los números de las ventanillas, si son más grandes jueguen a sumar y restar. Los papás también podemos jugar para que sea más divertido y se nos pase más rápido el tiempo.
  3. Imaginen supuestos de lo que podría ocurrir: ¿qué pasaría si llegara un payaso al banco y nos contara un chiste? ¿qué pasaría si entrara un dinosaurio al banco para pagar la cuenta de luz?. Esto ejercita la creatividad además de que es muy divertido.
  4. Observen a la gente que pasa e inventen historias de cada personaje. No con el afán de criticar, sino de crear historias que nos identifiquen con las personas que están alrededor.

Sofía y yo salimos del banco y nos fuimos por el helado. Fue otra forma de compartir un momento con mi hija.

Para los niños: Hablando de números y bancos, el Museo Interactivo de Economía es una buena opción para practicar este tema con los niños. Tiene el Laboratorio de Seguridad en Juguetes, donde los niños se encargarán de verificar que los juguetes cumplan con las normas de seguridad necesarias. Otra actividad del Museo es el Taller Vigila la Etiqueta, donde aprenderán a "leer" las etiquetas de cereales, yogurts, chocolates, jugos y muchos productos más, a fin de identificar información valiosa acerca de lo que comen y beben día a día. Un ejercicio importante para los futuros consumidores.

Más información sobre el Museo Interactivo de Economía: http://www.mide.org.mx/mide/

3.5.13

Un Espacio para todos.


El otro día platicaba con una amiga sobre la importancia de los espacios de creación para niñas y niños. Nuestros hijos se merecen lugares de imaginación y creatividad, pero también los padres de familia nos merecemos estos espacios ¿no creen?

Hay gran variedad de talleres creativos para niños y gran variedad de actividades para adultos, pero hay muy pocos lugares que conjuntan a los dos. Una actividad que llene las necesidades de padres e hijos y que sirva de lazo emocional en la misma relación.

Ahora que abrimos el Espacio LO QUE SEA/PAPÁSDF, es un lugar especial para llenar esta necesidad. Niñas y niños realizan talleres de arte, siembra o serigrafía, junto con sus papás. Así se llevan una experiencia completa y un pretexto más para pasarla bien juntos. 


Además de los talleres por la tarde, realizamos pláticas en las mañanas para analizar ciertos temas de crianza: Todos los martes de mayo daremos la plática “La importancia de la Creatividad en el Desarrollo Familiar”, aquí abordaremos cómo usar la creatividad cuando los hijos tienen un berrinche o cómo desarrollar la imaginación para fortalecer los lazos emotivos entre padres e hijos.

Los Medios de Comunicación son parte importante en la vida de nuestros hijos, pero ¿qué programas de televisión son los que ayudan a su crecimiento? ¿cómo introducimos el uso de internet a la vida de nuestros hijos? ¿cómo entendemos los medios de comunicación como padres? De todo esto platicaremos todos los miércoles del mes en la plática “Los Medios de Comunicación y nuestros hijos”.

El Espacio LO QUE SEA/PAPÁSDF, es un sueño que se hace realidad y abre las puertas a que todas las familias formen parte de él. Estamos ubicados en Coahuila 189 int.3 col. Roma, para más informes pueden mandar un mail a: papas.df@gmail.com

Les comparto el calendario de actividades de mayo: