Los sueños. Hace tiempo que no me detenía a pensar en ellos. Hace tiempo que duermo, pero no imagino lo que veo; en ese instante en el que la mente sigue trabajando desde su forma más pura.
Los sueños. Hace tiempo que no pensaba en ellos como un espacio de creación. El sábado recuperé esos pensamientos con Sofía, les platico:
Resulta que en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) está la exposición “Una semana de bondad” del artista surrealista Max Ernst; esta exposición consta de 184 collages divididos en los 7 días de la semana; cada día tiene un color, un elemento y un ejemplo, los cuales dan la pauta de los ambientes y personajes que proyecta cada cuadro.
Una dama de alta sociedad con dragón asomándose por una puerta, donde no se sabemos qué espía. Un cuadro metido en otro cuadro, contando la misma historia. Un ave con cuerpo de hombre que cuenta un destino trágico como el de Edipo. Un león que representa el poder. Todos estos personajes son parte de Semana de Bondad, cada día es una muestra de lo oscuro del ser humano, para renacer el sábado, en la bondad de la madre, en la mujer que se desdobla y vuela.
Una dama de alta sociedad con dragón asomándose por una puerta, donde no se sabemos qué espía. Un cuadro metido en otro cuadro, contando la misma historia. Un ave con cuerpo de hombre que cuenta un destino trágico como el de Edipo. Un león que representa el poder. Todos estos personajes son parte de Semana de Bondad, cada día es una muestra de lo oscuro del ser humano, para renacer el sábado, en la bondad de la madre, en la mujer que se desdobla y vuela.
“Yo sólo tuve que reproducir obedientemente aquello que se hizo visible dentro de mí” Max Ernst.
Me gustó mucho la exposición, desde que me enteré que estaba me dieron muchas ganas de verla, porque me gusta el arte surrealista y dadaista, pero además tengo una extraña fascinación por las obras de Ernst. Me gustó ir con Sofía, porque le compartí algo muy íntimo para mi, a pesar de que no vio los cuadros; se divirtió con las actividades infantiles que hay dentro de la exposición: en la entrada te dan una hoja donde le explican a los niños lo que es el surrealismo y lo divertido que es dibujar los sueños, también explican lo que es un collage y los invitan a hacer uno.
Está interesante que le expliquen la exposición a los niños como una novela sin texto, para crear nuestra propia historia. Ahora que lo pienso, en pocas palabras, eso es lo que es, una historieta, donde Ernst nos da la oportunidad de crear historias, proyectar nuestros misterios y redimirnos en sus cuadros. Ernst recortó de los folletines del siglo XIX, presentó la exposición en Madrid en 1936 y no se había presentado de nuevo hasta hace 2 años en Viena. Aquella España del 36, antes de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, esos misterios proyectados, no se redimieron hasta hace poco, ahora nos toca abrazar la bondad y seguir en contacto con nuestros sueños.
Me gustó explicarle a Sofía lo que es un collage y que ella se emocionara por hacer uno. Me gustó contarle que los sueños son divertidos y podemos crear con ellos.
Al final de la exposición hay una actividad que nos encantó; es una animación que se proyecta en la pared, donde varios elementos de los cuadros se mueven por la sala, la dinámica es atraparlos en el aire. Vale la pena pasar un buen rato ahí. También hay un sitio interactivo sobre la exposición que se los recomiendo.
Así que tomen sus tijeras chatas, vayan por los periódicos y recorten sus propias historias. Hay mucho dentro de nosotros por contar.
Para ver más fotos de la exposición visita Facebook/PAPÁSDF
Para ver más fotos de la exposición visita Facebook/PAPÁSDF
Para los papás: El mismo sábado fuimos a la Cantina Covadonga, a festejar el cumpleaños de un amigo, me dio mucho gusto ver a varios amigos que llevaron a sus hijos. Sofía bailó y bailó junto con los otros niños, mientras los papás también bailábamos a los ritmos de New Order, Fatboy Slim, Billy Idol y más. No siempre ponen dj en el salón principal, esta vez fue por el cumpleaños, pero la Covadonga es una cantina donde se come bastante bien y es familiar, se las recomiendo.
Al final de "Places in the Hearts" de Robert Benton hay una secuencia donde vemos a todos los que han muerto a lo largo de la película, vivos otra vez. Con esto creó algo parecido a un sueño; yuxtapuso escenas discontinuas que dieron nacimiento a una nueva idea. Creo la idea de un gran deseo.
ResponderEliminarEl cine según, Mamet, debiera ser como un sueño.
!Voy a ir a ver la exposición!
Saludos.