Para mi el tema del futbol ha tenido idas y venidas, cuando era niña me sentaba junto a mi padre a ver los partidos de las Chivas, aquellos partidos que nunca ganaban y aún así nosotros le éramos fieles a las playeras rojiblancas. Tiempo después me dejó de gustar porque no entendía la necesidad de tanto impacto mediático para un deporte. Para cuando entré a la preparatoria del CUM y teníamos que fundar el equipo de futbol femenil, entendí lo que era estar en la cancha, era muy divertido aunque mi condición física era pésima. Mi resolución sobre el futbol es que le guste a quien le guste, este deporte es cultura; forma parte del consciente social y de la vida diaria no solo de nuestro país, sino de más de la mitad del globo terráqueo.
En un partido se desprenden las fantasías históricas ¿Quién no ha soñado que algún día le ganemos a Estados Unidos?; en la cancha se resuelven o se develan las necesidades de los países. Existe la unión entre gladiadores y seguidores, aquellos que están en la batalla por cruzar el umbral y nosotros que los apoyamos en una catarsis sin cuestionamientos, por eso sentimos propia la victoria o la derrota; todos nos volvemos uno y en este mundial que comienza, no es la excepción; hoy más que nunca estamos necesitados de una victoria; la tengamos o no, ahí estaremos listos para la batalla.
Ahora la que ve los partidos con mi padre es mi hija, los dos gritan al unísono: ¡Vamos Chicharito!, claro, a mi hija le encanta comer chincharos, por eso se le quedó. Su abuelo le consiguió un uniforme de las chivas y ella es feliz cada vez que se lo pone. Eso me recordó hace 4 años, cuando era la comida para anunciar el compromiso de mi marido y yo; toda la familia política estaba reunida en casa de mi suegra, yo platicaba con una prima y de pronto vi a mi papá llegar con un poncho, una gorra y una sudadera de las Chivas, ese domingo había ganado algo importante, la verdad no recuerdo qué, pero ahí estaba el hombre con el que veía los partidos de pequeña, ahí estaba con el uniforme del triunfo; al principio me quedé sin hablar, después le di un abrazo, él estaba feliz, el mismo día que se anunciaba el matrimonio de su hija, había ganado su equipo después de mucho años de esperar. Ese es el futbol para mi, es un recuerdo de familia.
Empieza otra copa del mundo, seguramente veré varios partidos y gritaré y me emocionaré; seguramente mi hija gritará ¡gooool! con su abuelo. Estaremos presentes en el primer mundial de mi pequeña; será muy divertido.
Y para los aires de futbol que se desprenden en el ambiente, les tengo algunas recomendaciones: En las rejas del Bosque de Chapultepec está la exposición fotográfica “México Mundialista” donde se presenta un recorrido de los diferentes mundiales en los que ha participado la selección mexicana desde Uruguay 1930 hasta Alemania 2006. Valen la pena las fotografías de México 86, donde presentan varias escenas que marcaron historia como la famosa “mano de dios” de Maradona que contribuyó al triunfo de Argentina contra Inglaterra. La exposición estará hasta el 27 de junio.
Por otro lado, la UNICEF empezó la campaña “Ponte la camiseta” que en el marco del Mundial Sudáfrica 2010 busca promover los derechos de los niños. Es una campaña de hacer consciencia y comprometerse a nivel personal al bien común de los niños, vale la pena que visiten la página ponte la camiseta
Para las mamás: Busquen en la revista de este mes de Marie Claire el artículo “Del amor al odio: Nosotras y el mundial”, de Cynthia Arvide, se los recomiendo mucho, esta muy divertido y pone en perspectiva, con buena información y personajes interesantes, cómo las mujeres buscamos la conciliación con este deporte.
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