28.2.12

Alrededor del Lago...



Si el Bosque de Chapultepec hablara ¿qué tanto nos contaría? Ahí han pasado generaciones tras generaciones. Todas sus secciones tienen historias, todos sus rincones están llenos de recuerdos familiares, todos sus árboles son testigos de lo que pasa en nuestra Ciudad.

A mi parecer, el Bosque de Chapultepec, no solo es el pulmón del Distrito Federal, es memoria, es vida, es magia, es el reencuentro de los padres con los hijos, que después se vuelven padres y así hasta el infinito.

El domingo pasado fuimos a Chapultepec, para que Sofía practicara sus andadas en el patín del diablo o ahora bien conocido como scooter. Llegamos preparados para un poco de caídas y otras cuantas levantadas; unos consejos de cómo maniobrar y mucha agua para seguir andando. Para aprovechar los tiempos, mi esposo y yo nos turnamos. Mientras uno plasmaba su experiencia en el patín, el otro aprovechaba para hacer ejercicio y correr alrededor del lago. Lo que hacemos para que nuestros hijos estén bien y nosotros también ¿verdad?

Mi primer turno fue correr. Mientras corría, veía a todas las familias que pasaban alrededor de mi. Niños con bicicletas, patines, patinetas, con sus perros o solo corriendo. Papás dando instrucciones de cómo mantener el equilibrio en la bici, o diciendo a su hija que se cayó en los patines que se vuelva a levantar, mamás comprándole a sus hijos helados o tomando fotos del momento. Mientras daba el siguiente paso para correr, me di cuenta que eso es lo que hacemos todos los papás y mamás: guardamos el recuerdo y dejamos el legado a nuestros hijos. El recuerdo de estar alrededor de El Lago de Chapultepec, enseñándole los primeros pasos a nuestros pequeños.

Sigo corriendo con esa reflexión en mente y me llegan dos pensamientos. Vi el gran poste de luz que está exactamente frente al restaurante del Lago, y digo grande porque cuando era niña lo veía enorme. Ese poste era la meta cuando jugaba con mi papá y mis hermanos a las carreritas. Yo era una niñita que apenas si podía correr, pero me acuerdo que cuando mi mamá daba el grito de salida, mis piernas se movían de tal forma que me sentía volar, ahora corro y paso el poste. Vuelo en la nostalgia.

El segundo pensamiento es que en unos instantes sería parte de la fotografía global de recuerdos de padres con sus hijos. Ya me tocaba mi turno de estar con Sofía y su patín. Iba a ser parte de los papás y mamás que vamos a Chapultepec para regalarle a nuestros hijos ese recuerdo de nuestra infancia.

Dejo de correr, es mi turno de instruir en el mundo del patín. Sofía ya es una experta, solo le cuestan un poco las bajadas. Antes de que empiece el embarcadero hacemos la bajada, le digo que no tenga miedo, yo la sostengo. Mientras bajamos, ella sonríe y me dice “wow, papá tenía razón, esto es divertido” Bienvenida al mundo de las emociones mi corazón.

Sofía ya está cansada. Estamos a la mitad de dar la vuelta al lago, decidimos sentarnos. Curiosamente a un lado del enorme poste. Lo volteo a ver, abrazo al recuerdo y le cuento a mi hija cómo jugaba carreritas cuando era niña...

Para todos: Hablando de Chapultepec y sus lagos, ya empezó la temporada de la Compañía Nacional de Danza con el Lago de los Cisnes. Desde 1977 es una tradición presentar este ballet en la isleta del Bosque de Chapultepec como escenario natural. Disfrutar ese ballet con la magia de Chapultepec es toda una experiencia. Las presentaciones serán hasta el 25 de marzo.

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