1.11.11

Dos aventuras y una calaverita

La aventura empezó cuando mi hija y yo estábamos comiendo y me preguntó: “Mami, ¿qué significa muertos?”. Respiré tratando de pensar qué le decía y le contesté que eran las personas que ya no estaban con nosotros, a lo que me contestó “Ah, son las personas que están en el cielo” Le dije que sí, pero ahí no terminó la plática, después continuó diciendo “mami, de la gente que está aquí en el restaurante, ¿quién está en el cielo?” Le respondí que nadie porque estaban vivos, pero que por ejemplo, su bisabuelo Luis, ya estaba en el cielo y que en día de muertos lo íbamos a festejar.

Fue una buena plática para dejar en claro quién está en el cielo y quién está vivo. Repasamos a toda la familia, haciendo esa diferenciación, mientras íbamos al mercado para comprar lo que necesitábamos para la ofrenda.

Llegar al mercado, siempre me llena de emoción: los colores, los sonidos, los olores y la gente pasándose recetas de cómo hacer la calabaza en piloncillo. La gran fiesta para nuestros muertos, llena de vida.

Sofía escogió el papel picado: rosa, naranja y morado. Yo escogí las flores y las calaveritas. Después fuimos por el pan de muerto hecho con trozos de naranja (Lo venden en el Globo y está buenísimo). Cuando llegamos a la casa, acomodamos toda la ofrenda. Ver las fotos de los bisabuelos, de los tíos y demás seres queridos, ya te hace sentirlos vivos por un momento.

Después fue llegando la familia para partir el pan de muerto y convivir un rato. Sofía se ponía el traje de brujita que le compraron sus abuelos para poder pedir calaverita en el edificio.

Aquí empieza la segunda parte de nuestra aventura: La calaverita.

El pedir calaverita ya se ha vuelto una tradición inevitable, una combinación entre el dulce o travesura del halloween y la calaverita mexicana. Sofía quería salir a las calles y pedir su calaverita para que le dieran dulces. A su papá y a mi, nos preocupaba salir de noche por las calles con una niña chica y buscar que le quisieran dar dulces en vez de dinero.Le dimos vueltas y vueltas, hasta que se nos ocurrió organizar una calaverita en el edificio donde vivimos, así todos los vecinos prepararían dulces y los niños y niñas se divertirían a lo lindo.

Con esa idea, pegamos un letrero en el edificio para invitarlos a participar. Nadie nos contestó el letrero, ni nos confirmaron su asitencia. Fue una sorpresa muy grata que a las siete de la noche, que era la cita para la calaverita, todos los niños se fueron juntando en la entrada del edificio, todos disfrazados y listos para recibir dulces. Tocaron a cada departamento y todas las puertas tenían una sorpresa para ellos: dulces, sustos y sobre todo, una sonrisa que hasta a los papás nos contagiaban. Fue una buena experiencia entre vecinos.

Les recomiendo que si este 1 y 2 de noviembre quieren pedir calaverita, lo organicen con sus vecinos. A pesar de que no se lleven tan bien o que ni siquiera se lleven con ellos, es un incentivo para empezar a convivir y que sus hijos se lleven un buen rato. Es más seguro para todos.

Después de pedir calaverita, partimos el pan de muerto en familia, disfrutamos de anécdotas de vivos y muy en el fondo de nuestros corazones, cada sonrisa de esa noche, fue dedicada a nuestros muertos.

Sofía se quedó dormida con la bolsa de dulces llena, a un lado de ella.


Para los papás y los niños: Les recuerdo que hoy a las 19 hrs. será la tertulia de día de muertos en la librería Bodet, habrá cuenta cuentos, estará la Catrina y habrá playeras para los niños con diseños muy divertidos y educativos, para conocer más sobre estas playeras, visita: playerasloquesea.blogspot.com ¡Acompáñenos!

Algunos de los diseños que se venderán hoy:

Más información:
Librería Bodet:
Jaime Torres Bodet 115
Colonia Santa María la Ribera
costo de entrada 70 pesos

1 comentario:

  1. que padre que pudieron organizar eso con los vecinos! así los niños conviven y están más seguros!
    Me ha encantado tu altar!
    Gracias por compartir!!!

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Gracias por tu comentario. Saludos!