2.9.11

seguimos la aventura...



Llegar a las islas griegas es viajar en el tiempo o más allá, viajar a las clases de historia, filosofía y teatro. Ahora, todas esas horas de estudio cobraban más sentido. La Grecia clásica que conocemos es más bien Turquía. En territorio Turco se encuentra la vida de la aristocracia griega, es donde empieza el Senado y la República, las plazas públicas, las ágoras y el centro social más importante: los baños.

Baños de la aristocracia griega, en Turquía
En las islas griegas queda el vestigio más importante del arte griego, las esculturas que parecen tener movimiento propio, los templos a los dioses y los magnos teatros que no le piden nada a los de nuestros días.
Teatro donde se hicieron las primeras olimpiadas para la diosa Atenea
Rodas, por ejemplo, es un recuerdo de las cruzadas más que de la cultura griega. Todo el centro de la isla está amurallado, ya que Rodas era la base de los ejércitos cruzados antes de pasar a Israel en su búsqueda de tierra santa. Cada país tenía su propia base militar, pesados castillos medievales que parecen perdidos en el paisaje Mediterráneo. Aquí Los soldados de Italia, España, Francia e Inglaterra, daban su última despedida a Europa antes de zarpar al Oriente medio. Hoy en día esas bases militares siguen siendo parte de los países a los que le pertenecían. Ahora son Consulados. La historia no se olvida, solo cambia de contexto.
Castillo medieval en Rodas, Grecia
Padmos, por otro lado, es una pequeña isla con todas las casas pintadas de blanco, donde a lo lejos se ve un monasterio ortodoxo en la cima de la montaña más alta. Debajo de ese monasterio, uno de los más importantes para los griegos ortodoxos, está la cueva de San Juan el evangelista, quien después del exilio de los cristianos, encontró refugio en la isla. En esta cueva se dice que tuvo las visiones que lo llevaron a escribir las siete cartas a las diferentes religiones que formarían el libro del Apocalipsis.

Llegar a Atenas es un evento sin precedentes. El mediterráneo es más picado que de costumbre y la cúpula estelar es completamente visible. Es imposible no voltear a ver el cielo y asombrarse de la cantidad de estrellas que existen en el firmamento. Hemos llegado a Itaca, al final del viaje. Nos encontraremos con Atenea, la diosa de la vida y del trabajo, de la victoria y de la tierra.
Partenón

Atenas es un ciudad pequeña, pero impresionante, en cada esquina hay una ruina, un recordatorio de quienes fueron sus antepasados. El Partenón, esta en ruinas y aún así es impactante ver esta obra arquitectónica. El nuevo museo del Partenón, es algo que vale la pena ver y disfrutar, es un museo de sitio que en su último piso tiene un estudio arquitectónico del Partenón. La museografía esta hecha de tal forma que uno entra al Partenón como hubiese sido antes de su dos explosiones y numerables saqueos. Solo así, el visitante se da cuenta de la magestuosidad de este templo.
Afrodita, diosa de la belleza...mamás fíjense que esta chamorrona, así que no se preocupen por los gorditos!!
El mediterráneo me enamoró. La cuna de la civilización, de las religiones y de nuestros propios temores nace aqui. Nos volveremos a encontrar mar salado, testigo de la espiritualidad, la sabiduría y la guerra. Nos volveremos a encontrar para sonreir una vez más.

Turquía y los niños...

Turquía fue el país que percibí con más contacto con los niños. Cada vez llegábamos a algún lugar, saludaban a Sofía, le ofrecían el tradicional té de manzana y le regalaban algo o la abrazaban. Lo que más le gustó a Sofía fueron los helados, porque todos los heladeros le hacían trucos de magia antes de entregarle el helado. El museos siempre había una parte para niños, para explicarles sus historia.

Esto me llamó la atención, porque Sofía se la pasó en visitas guiadas con puro adulto y encontraba confort cada vez que la tomaban en cuenta, ya sea con helados o simplemente saludándola. Esto lo vivió más en Turquía que en otros lados. Esto me lleva a dos reflexiones ¿México es una sociedad que toma en cuenta a sus niños? tal vez no como deberían ¿ustedes qué opinan? La otra reflexión es que las líneas turísticas, deberían de contemplar hacer visitas guiadas para niños y padres de familia. Es un mercado que esta tomando importancia. Los padres que antes eramos mochileros, queremos seguir viajando para enseñarle a nuestros hijos la maravilla del mundo. ¡Piensen en nosotros!
papá e hija visitando el Museo Arqueológico de Atenas
Esas fueron nuestras aventuras y mis pensamientos en el viaje. Con ese recuerdo del mar, caminamos por las calles lluviosas de la ciudad. Las reconocemos y las volvemos a caminar. Ahora mi hija redescubrió los charcos, ya no para saltarlos, sino para reflejarse en ellos. En este reflejo los saludo queridos papás y mamás lectores. ¡A seguir disfrutando de nuestra ciudad!
 




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