22.3.11

Solo un susto

Iba con mi hija. Fue lo primero que puse en el acta. Iba con mi hija, caminábamos para ir por un helado cuando un hombre joven, flaco, moreno, con camisa negra y pantalones de mezclilla, se me acercó por atrás y me dijo: "si valoras la vida de tu hija, dame todo lo que traes" solo traía 200 pesos para los helados y mi celular. Se los di. "Si valoras la vida de tu hija, siguete derecho" Hice caso, sin ninguna intención de averiguar si estaba armado o no. La calle estaba sola, no pude pedir ayuda.

Cuando nos alejábamos del sujeto, Sofía me dijo "mira mamá, el señor que te habló tiene los pelos parados, mira" y me trataba de voltear la cara para que lo viera, yo le cambiaba la plática y seguía caminando, cada vez más rápido. A pesar de todo, me alivió que mi pequeña Sofía no se diera cuenta de lo que acababa de pasar.

Seguí caminando dos cuadras, rumbo a los helados. Mi mente trataba de borrar lo que habíamos vivido. Cuando llegué y vi a las familias disfrutando de su helado en el inicio de primavera, me di cuenta que había sido real. Sentí un golpe de adrenalina y más rápido todavía, me regresé a casa. En el camino volteaba para ver si nos seguían. Vaya sentimiento de vulnerabilidad.

En casa, mi esposo llamó al teléfono de emergencia, debo decir que llegaron tres patrullas muy rápido y los policías fueron muy amables. Desde ese momento y en toda la noche se escucharon las patrullas alrededor de la casa.

Temo por los datos del teléfono, porque hay fotos de mi hija y se nota que es alguien infinitamente valioso. Temo que nos extorsionen. Se lo dije a los Comandantes que vinieron a ayudarnos. Me trataron de tranquilizar, me dijeron que solo buscan los fierros del celular para venderlo. Espero tengan razón.

En ese momento empecé a hacer llamadas a mis padres y a mis hermanos, de que si recibían una llamada de extorsión, no se asustaran, que Sofía, mi esposo y yo estábamos bien. Llamé para cancelar mi cuenta de celular.

Había que ir al Ministerio Público, había que hacer el acta. Fui, llené el papeleo, se portaron muy amables y no tuve que esperar tanto. Después, me pasaron con el policía investigador. No se presentó, solo me dijo que me sentara y le contara qué había pasado. Se lo volví a contar tal y como lo anoté en el acta: "iba con mi hija..." Después de mi testimonio, me dijo "y ¿No había nadie en la calle? Que raro, si por ahí es muy transitado. ¿Segura que así fue?". Me explicó que varias personas hacen declaraciones falsas para librar el seguro de sus teléfonos. Le indiqué que mi teléfono no estaba asegurado y que a la telefonía no le servía si yo llevaba un acta, que esto solo lo hacía para que la policía tuviera un testimonio y que era mi deber, como ciudadana, levantar una demanda para que investigaran al criminal. "¿Segura que tu teléfono no tiene seguro?" me contestó.

Me siguió tomando los datos, se los di todos. Me pidió mi número de celular, con una sonrisa le dije que me lo acababan de robar. Sonrió apenado. Seguimos retomando los hechos, él pidió los vídeos de las cámaras que están en la calle, no aparecía nada. No me dejaron ver los vídeos. Me dijo que se abriría la investigación, pero que en caso de que no se encontrara nada, tendría que cumplir de 2 a 6 años de cárcel como dice el artículo 276 del Código Penal, por estar bajo protesta de decir la verdad. Dije la verdad y ahora yo era la sospechosa.

Regresé a casa y abracé a mi hija. Eso es lo único que me importa. Que mi pequeña esta bien. En el Ministerio Público me insistían que dijera si estaba armado el hombre, les dije que no sabía, no me tomé el tiempo para percatarme, lo único que sabía es que amenazó con la integridad de mi hija y ya con eso me bastaba. Todo lo demás, es material.

Ese fue el susto de este inicio de ciclo. Empieza la primavera y como dicen las abuelas, es tiempo de poda. Esto pasó por algo. No solo me quitaron el celular, sino la seguridad de caminar por el camino de mi hija y mío, el que caminamos todas las mañanas para ir a la escuela, el camino especial de las dos. Esto pasó por algo, para recordar que en mi querida Ciudad, también pasan cosas oscuras. Esto me pone los pies en la tierra y me hace reflexionar que hay algo más que le tengo que enseñar a mi hija sobre su Ciudad. Hay que respetar las calles y estar siempre alertas.

A los criminales, les mando buena vibra. Hago este ejercicio para que solo vean en mi teléfono algo que pueden vender rápido y punto. Que no traten de hacer algo más.

A ustedes, lectores y compañeros de experiencias, les dejo algunas recomendaciones en el penoso caso de ser asaltados:

  • No averigüen, entreguen todo.
  • No caminen con el teléfono visible y mucho menos chateando, como iba yo.
  • Denuncien, por más que sea una experiencia desgastante y que traten de amedrentarnos, hay que denunciar, es nuestro deber. Si no, ellos ganan.

Para nuestros hijos:

  • Pregunten a sus hijos cómo se sienten después del asalto, es muy importante saber qué percibieron ellos y tratar de ayudarlos en su preocupación.
  • No hay que infundirles miedos. Hay que expresarles lo que sentimos y hablarles lo más claro posible. 
  • Enseñemos, al nivel de nuestros hijos, que el Estado de Derecho es lo que tenemos los ciudadanos para defendernos. Hay que denunciar con la verdad.

8 comentarios:

  1. La sensación de vulnerabilidad es lo peor, qué bueno que Sofía no se dio cuenta. Aunque sea solo un celular y 200 pesos es un acto de violencia que te marca. Bien por denunciarlo... y qué mal que el policía investigador dedique más esfuerzos a ver si dices la verdad en lugar de ir por los delincuentes. Un abrazo para el susto, qué bueno que no fue más.

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  2. Diana, un abrazo. Te queremos, nos alegra que estes bien.
    Lola, Camila y Mario

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  3. La ciudad, las calles, la caminada. Los momentos de disfrute y reflexión, el aire en los cabellos, el mirar los arboles, escuchar los pájaros, las nubes.

    Esta escena, el espacio conquistado por la tranquilidad, el espacio que no debemos dejar que nos roben. Salgamos a las calles y sigamos caminando, sin miedo, pero con precaución. Denunciar está bien, es nuestro derecho, y si ejercemos nuestro derecho habrá una reacción positiva con la misma fuerza para que nuestra ciudad cambie para bien.

    Es lamentable que nuestra información quede al descubierto al perder un objeto. Ahora nuestra interacción humano-máquina es tal, que nuestros recuerdos, amistades y cosas por hacer pueden quedar vulnerables tan fácilmente.

    Yo recomiendo usar el sistema de bloqueo del teléfono y hacer una limpieza periódica del contenido de nuestros dispositivos (fotos, videos, anotaciones) y tener solamente lo necesario para la comunicación y localización de nuestros contactos.

    Saludos y buena vibra para todos.

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  4. Diana, qué angustia sólo de leerlo, me imagino tu sentir. Qué gente la que toma la declaración, parece que uno es el criminal, pero en fin.

    Te tomará tiempo volver a tener confianza al salir, y como dices, a tener más precauciones. Un abrazo.

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  5. Diana: que este asaltante solo se haya llevado 200 pesos y un telefono, y no tu libertad y optimismo, esos que no te los quite nadie.

    Recibe un beso y un fuerte abrazo de Erika y Citlali

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  7. Diana, que lamentable hecho, afortunadamente ustedes están bien.
    Cuando mi hija pequeña éstaba recién nacida me robaron la cartera y al ir a levantar el acta, el judicial también me trató como delincuente, no lo podía creer, no iba preparada y fue una muy mala experiencia.
    Cuando salgo con mis hijas procuro ir atenta, creo que eso ayuda.
    Admiro tu actitud hacia el asaltante y que hayas levantado la denuncia, saludos!

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  8. Hola Diana, que alegría que Sofía y tú se encuentren bien.

    Que tristeza que tuvieron que vivir una experiencia tan desagradable y sin embargo y como bien dices, es algo que también hay que enseñarles a los hijos, es algo que existe y ante lo que no podemos cerrar los ojos, mas vale tomar las precauciones necesarias.

    Un abrazo y felicidades por tu valentía y tu reflexión.

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Gracias por tu comentario. Saludos!