A mi esposo y a mi nos gusta salir a caminar en la noche. Cuando salimos a tomar una copa o a cenar, vamos caminando. La escenografía es muy diferente y las calles invitan a dar unos pasos y ver el paisaje. Hace poco, en una de esas caminatas nocturnas, estábamos viendo los árboles -las raíces salen de las banquetas- dijo mi esposo, mientras veíamos cómo la calle se deformaba alrededor de un árbol.
Dos días después, ahora en la mañana, Sofía y yo caminábamos a la escuela cuando de pronto se paro y me dijo -mira mamá, la calle está rota- y señalaba la raíz de un árbol que salía de la banqueta. Me dio mucha curiosidad que mi esposo y mi hija se dieran cuenta de lo mismo, en un paisaje que nos es tan natural, los dos tuvieron una reflexión que me gustó mucho: Los árboles le están ganando al asfalto, son seres vivos que siguen creciendo y están tomando el espacio que les corresponde.
Me gustó la idea de vivir en una ciudad en donde crece vida en las orillas de las banquetas. Por donde camino hay algo verde que creció por si solo. Así que salí a las calles y tomé fotos de estos árboles y estas plantas que viven entre coches, semento, coladeras y 9 millones de habitantes que caminan entre las raíces de lo que antes era un pantano. Esas plantas que antes crecían a sus anchas, ahora buscan un espacio limitado, un pequeño recuerdo de lo que antes era el paisaje de su valle. Me gusta la idea de que las plantas reclamen su espacio vital.
Las banquetas están rotas, el asfalto duro y pesado, está roto ante la fuerza y vida de la naturaleza, me entusiasma pensar que después de todo, los árboles están ganando. Que maravilla saber que vivimos en una ciudad viva, ahora nos toca a nosotros ayudar y regresarle a la naturaleza, el espacio que se merece en nuestra Ciudad.
El cuidado por la ecología, a mi parecer, también es una educación, si le enseñamos a niñ@s que la naturaleza se debe de cuidar y procurar, en un futuro tendremos habitantes responsables con su medio ambiente. Si les enseñamos que en el Distrito Federal producimos 12500 toneladas diarias, que equivalen a llenar el Estadio Azteca cada día, de las cuales solo se recicla el 12%, cuando deberíamos de reciclar 12% de basura por persona; en un futuro nuestro hijos procurarán reciclar y reutilizar, sin crear tanta basura. Por otro lado, si les enseñamos que los árboles son importantes y compartimos con los pequeños, la experiencia de plantar uno, en un futuro podemos tener edificios verdes y las azoteas podrán funcionar como hortalizas urbanas. Estas ideas no están alejadas de los planes ecológicos que muchas ciudades ya tienen. Empecemos a enseñarles a nuestr@s hij@s, la maravilla de cuidar el medio ambiente. Ayudemos a los árboles y plantas que diario buscan su espacio en la ciudad, porque ellos también son habitantes de la urbe.
Les recomiendo que visiten la exposición de Universum 3R, que le enseña a los niños la importancia y lo divertido que es de reciclar, reutilizar y reducir. Después del Universum, ya que están por ahí, les recomiendo que pasen por el café Azúl y Oro, que está en el Centro Cultural Universitario, afuera de los cines. Es un restaurante muy bueno, del Chef Ricardo Muñóz Zurita que hace una versión deliciosa de la nueva cocina mexicana, no se pierdan los buñuelos de pato con mole y el agua de horchata!
Para los papás: Queridos amigos, llegó la hora de vivir la experiencia completa de ser PAPÁSDF, así que preparen el próximo sábado 25 de septiembre para tener la primer salida de PAPÁSDF, vamos a ir al Universum a ver la exposición 3R y la Estancia Infantil y después nos iremos a comer al Café Azúl y Oro. Tenemos 10 boletos para entrar al museo, para ganar un boleto, deben mandarme un mail a papas.df@gmail.com y decirme una actividad que harías con tus hij@s para enseñarles a reciclar,los primeros 10 ganan. Más información para la salida del 25 de septiembre da clic aqui.
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