31.5.17

Los juegos que se encogieron...

El otro día pasé por la Plaza Río de Janeiro en la Colonia Roma. Hace años que no caminaba por ahí. Todo se veía igual, pero de alguna manera parecía diferente. Me llamó tanto la atención esta sensación de extrañeza que empecé a ver detenidamente cada espacio de la plaza: Eran los juegos. A mi hija le encantaba ir a jugar a este parque después de salir del kinder, corría por todos los juegos, subía a todas las resbaladillas, hacía amigos y amigas. Se la pasaba muy bien a sus tres años de edad. Recuerdo que le costaba trabajo escalar, y la resbaladilla parecía tan alta que era toda una azaña que bajara por ahí. Parecían enormes estos juegos.

Ahora los veía, siete años después, con mi hija de diez y los juegos se me hicieron tan pequeños. El espacio me pareció diminuto. Sonreí. Me di cuenta que quien creció fue mi hija, pero curiosamente mi visión de la realidad creció también. Las dos crecimos. Un espacio que parecía inacabable para mí, mamá de una hija de tres años; ahora tenía otra dimensión, ahora mamá de una niña de diez años. Las dos nos encontramos en otra dinámica de divertirse y hacer amigos y amigas. Esta fue mi bienvenida oficial a los diez años de mi hija. Donde todavía quedan juegos, ilusiones, resbaladillas y columpios; tal vez siempre los habrá, pero ahora desde otro lugar y dinámica.

Así vamos creciendo, y la ciudad nos acompaña.
 

Para recordar esos momentos de mi hija de tres años de edad, comparto este video que publiqué hace siete años, un día regresando de jugar en la Río de Janeiro.

Tú ¿cómo vives el crecimiento de tus hijos e hijas?


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