Les cuento cómo nos fue en el Centro Nacional de las Artes y cómo terminamos bailando cual gitanos.
Desde que llegamos se sentía la buena
vibra. Había mucha gente por todos lados, pero aún así se sentía
bien. Incluso, no sé por qué pero así fue, me dieron ganas de
llorar de ver a tanta gente, tantos niños, tantas familias. Habíamos
entrado a la fiesta interminable.
Lo que me sigue pareciendo interesante
de esta fiesta es que Alas y Raíces trabaja para crear un ambiente
de fantasía que por más que uno lo evite, te remite a un espíritu
artístico. Había más de 20 carpas, cada una con una exploración
diferente. Había varios escenarios, así que mientras caminabas por
el Centro Nacional de las Artes, te podías topar con un circo, o con
un concierto o con una obra de teatro. Así de normal y de simple,
varias disciplinas artísticas, todas para niños y muy divertidas
para los papás ¿qué más se puede pedir?
Nosotras ya llegamos tarde, como a las
18 hrs. Mi hija llegó con sus abuelos, que la llevaron a clase de
ballet, yo llegaba del Museo del Juguete, que estuvimos imprimiendo playeras con varios niños y niñas, así que nos quedamos de ver ahí,
en la Fiesta Interminable. Cuando me los encontré ya estaban
formados para entrar a una instalación que tenía sombrillas con
agujeros por todos lados. El tiempo de espera era de 30 minutos,
traté de persuadir a mi pequeña para que fuéramos a ver otra cosa,
pero ya saben qué pasa cuando se les mete algo a la cabeza...nos
quedamos los treinta minutos y valió la pena. En primera por ver
cómo los niños convivían en la fila. Sin conocerse empezaron a
platicar, a hacer bromas, a contar hasta el cien y a reírse a
carcajadas. Me pareció muy curioso que los papás estábamos más
desesperados que los pequeños.
Pasaron los treinta minutos y entraron
a la instalación. Fue algo muy impactante para mi que solo los niños
podían entrar, los papás se tenían que quedar afuera de toda la
actividad. Podíamos estar en contacto con nuestros hijos y verlos
desde afuera, pero no ser parte de la obra. Lo primero que se me vino
a la mente fue “uff, espero que se porte bien y no agarre nada”
después me quedé pensando que era una obra de arte pensada para los
niños, pensada para que mi hija la explorara, vaya aprendizaje, así
que la vi y la gocé desde afuera. El objetivo de esta obra era
explorar la luz y sus formas, sus sombras. Los niños experimentaban
varias figuras, estelas, colores e incluso movimientos de la luz.
La instalación eran cuatro pabellones,
uno donde estaban las sombrillas y se alcanzaba a ver los hilos de
luz que pasaban entre ellas, el otro eran una especie de espejos con
hoyos donde los niños se movían como creían que viajaba la luz,
otro era una proyector de cuerpos opacos donde proyectaban la sombra de
plantas y otras figuras. Al final dibujaban lo que habían aprendido.
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Todas las mamás haciendo lo propio: tomándole fotos a los peques!! |
Sofía salió muy emocionada, de hecho
ahora juega a las sombras. A mi me encantó ver la cara de
maravillada de mi hija. ¡Que tenga más momentos de asombro como
este!
Como ya estaba oscureciendo y unas
gotitas de lluvia amenazaban su llegada, empezamos a despedirnos del
lugar. Cuando llegamos al escenario principal se escuchaba una música
estilo Kusturica, fue inevitable empezar a bailar. Sofía, sus
abuelos y yo empezamos un baile de gitanos en medio del Centro
Nacional de las Artes y en ese momento no fue raro porque cuando me
di cuenta, todos estaban bailando: papás, mamás, abuelos, tíos,
niños, niñas. Todos estábamos en el after de la fiesta. Me encantó
la música que sonaba, era Polka Madre, sin conocerlos bailamos y
bailamos.
Al final parecía la conclusión de
cualquier festival de música: Vive Latino, Coachella, Corona
Capital, etc. Era la misma vibra de alegría y catarsis. El pequeño
detalle que cambiaba es que el público estaba lleno de niños y
niñas que habían vivido momentos estéticos, llenos de diversión.
Muchas gracias Alas y Raíces por esta
fiesta interminable, la “fiesta para los niños y las niñas”
como le dice mi hija. Que haya más fiestas así y ¡más veces al
año!
Les recomiendo la página de Alas yRaíces, a mi hija y a mi nos encanta visitarla por todas las
actividades que tiene.
Para los papás: Un poco de Polka Madre
para seguir bailando
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