3.1.12

Cuando alguien se enferma...


Te platico qué hacer en caso de que alguien de la familia se enferma, te cuento mi experiencia

Cuando alguien de la familia se enferma, entramos rápidamente a una emergencia sanitaria en la casa que cualquier departamento de salud envidiaría, ¿a poco no? Es que si uno contagia a los hijos, luego se vuelve un círculo infeccioso que termina en días tirados en la cama con temperatura y semanas de recuperación paulatina. En mi caso, si Sofía se enferma, terminan enfermos hasta tíos y abuelos.

Pañuelos, Tempras, termómetros por varios días alrededor de la casa.

Esta vez fue diferente y ahora que estamos bien lo puedo contar mejor: Resulta que mi esposo viajó a Quintana Roo para un asunto de trabajo. Fue un día nada más. Antes e subirse al avión hablamos por teléfono y me dijo que se sentía muy mal, que había pasado mala noche, los dos supusimos que sería por el aire acondicionado: “uff, te va dar gripa” le dije, con ese tonito de pesades y angustia por preparar todo para que se le quitara rápido la gripa y que no contagiara a nadie.

Dejé a Sofía en casa de mis papás, que ya habían acordado una piyamada de vacaciones con ellos.

Mi esposo llegó a la casa y se acostó, estuvo gran parte del día tirado en la cama. Cuando llegó la noche y el frío se acentuaba más en la Ciudad, Bruno empezó a temblar. Nunca lo había visto así, temblando, casi no podía hablar y con una temperatura de 41 grados. Le dije que nos fueramos al hospital. Era 23 de diciembre, madrugada para el 24. Fechas difíciles para una emergencia.

Por puro cansancio y después de varios Tempras, Bruno cayó dormido y junto de él. Al otro día Sofía llegaba a la casa. Lo que hicimos fue ponerle rápidamente un tapabocas y explicarle que no podía entrar al cuarto con papá porque no queríamos que se enfermara. Esto ya no era una gripa fuerte, era algo más que no conocíamos. Mi padre es doctor, le contamos cómo había estado la madrugada y que la temperatura había aumentado nuevamente a 40 grados, le mandó un antibiótico muy fuerte para bajar la fiebre y no correr el riesgo.

La tarde del 24 fue un internista a la casa y nos dijo que era una infección en la garganta. Con el antibiótico que le había inyectado mi padre, ya no había fiebre, pero seguía el malestar. Así pasó el 24 hasta el 25 en la tarde cuando Bruno salió del bañarse y se empezó a marear, le tuve que ayudar a caminar al sillón más cercano. No podía caminar. Esto me preocupó más porque era un síntoma nuevo y como cualquier capítulo de Dr. House, ya sabemos que si aparece otro síntoma es una enfermedad diferente. Claro,en este mundo de comunicación, ya todos somos expertos de todo, ¿a poco no? así que había algo más.

Todo el 25 se la pasó mareado, fuimos a hacerle unos análisis de sangre y le hablamos a dos tíos que son médico, uno en Tabasco y otro en Veracruz, los dos dijeron que era Dengue, el resultado de los análisis les dio la razón, combinado con una Salmonelosis tamaño diablo que afortunadamente el antibiótico que le recetó mi papá y que yo terminé inyectándole, la mató.

No hay tratamiento para el dengue, más que esperar y tomar parasetamol para evitar malestares. Estuvo varios días sin poderse mover, pero ya no hay fiebres, si sustos y ya sabemos que no hay posibilidad de contagio. La crisis está controlada.

Sofía se dio cuenta de lo que pasó, platicamos con ella y le explicamos que un mosquito había picado a papá, pero que ya estaba mejor. En esos días, Sofía estaba muy cariñosa y muy pendiente de su papá, nos dimos muchos apapachos y cuidados entre los tres para sentirnos fuertes y salir adelante.

Fue una experiencia, muy fuerte, pero de la que aprendí varias cosas. Cuando se presenta una enfermedad, no hay que dar por sentado que ya sabemos qué es, hay que ir con los expertos. Al fin de cuentas, todos los doctores que dieron su opinión, tenían un pedazo de razón y se dio un tratamiento a cada cosa.

Sea lo que sea, hay que mantener distanciados a los pequeños. Bruno y Sofía se la pasaban mal de estar separados, pero mientras no sabíamos qué era, fue la mejor manera de evitar contagios. El cubreboca también es importante.

Hay que aprender a inyectar, eso es indispensable. Yo tuve que aprender así, de golpe. Pero lo mejor es aprender poco a poco, practicar con una naranja y ya estar preparados para cuando suceda una emergencia. Recuerden, dividen la pompi en cuatro y en el extremo superior externo es donde se inyecta, de un solo golpe para que la aguja entre bien y no lastimen al paciente.

Si siguen las molestias, ir al hospital, con esta experiencia me quedó claro que una complicación puede ser de un minuto a otro.

Si van al Caribe ¡cuidado con el Dengue!, sin caer en la paranoía, hay que estar atentos a no acercarnos a aguas estancadas y usar aceites de citronela u otro tipo de repelentes para moscos. También me quedó claro que las enfermedades cambian según la geografía, las enfermedades de la ciudad, no son las mismas que las de la selva. Si viajamos, hay que saber qué enfermedades hay en la región.

Lo más importante: mantenerse unidos, no desesperarse y darse mucho cariño. Un alma sana, ayuda a curar el cuerpo.

Ustedes ¿cómo cuidan la salud en sus casas?

1 comentario:

  1. Saludos a los tres por que cada uno no la pasó tan bien, buenas reflexiones y eso de saber inyectar no lo había pensado.

    Sofía, Diana, Bruno Feliz 2012!!!

    y por supuesto también a Papás DF!!!

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