12.7.11

Los muñecos de trapo y sus sentimientos


Te recomiendo una exposición bastante divertida en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Como siempre, entrar al Antiguo Colegio de San Ildefonso es toda una aventura. Mi hija no quería salir de cada sala de exhibición y es que las obras que vimos eran, cada una, una experiencia que nos removía las sensaciones y emociones con cada instalación. Hace mucho no me asombraba tanto y me divertía tanto con el arte. Me gusto sentirlo con mi hija.

Fuimos a la exposición de la artista francesa Annette Messager. Quería llevar a Sofía porque me pareció curioso que parte de la obra de Messager era con muñecos de peluche, no me imaginé todo lo demás que podíamos experimentar.

Entramos a la primer sala. Había unos ojos con alas en el fondo derecho del recinto, tratando de guardar la compostura y las reglas de curaduría me fui hacia esta obra, pero Sofía se fue al fondo, a la siguiente sala, a la que le llamó la atención, a la que su alma, cuerpo y mente la llamaron para atender, vaya libertad de experiencia estética. La seguí para no dejarla sola en medio del museo, yo seguía en mi cuidado del comportamiento, hasta que vi aquella sensación de liberación ante mi. Era una ola roja formada por una gaza, varias proyecciones encima de la tela y focos abajo de ella. Debajo de la tela había ventiladores que dejaban que bailara la gaza. Sofía se paró frente a esta obra llamada Casino rojo y yo me paré detrás de ella. Estuvimos sintiendo la sensación de libertad por más de 15 minutos. Nos paramos, nos acostamos, nos hincamos, platicamos, nos quedamos calladas hasta que un chavo del museo nos dijo que apenas era el comienzo de la exposición y nos invito a seguir adelante en la siguiente sala. Tenía razón, esto apenas empezaba.
Llegamos a la siguiente sala y no me importó seguir las reglas y el orden. Sofía se convirtió en la guía de la exposición. Fue muy interesante darme cuenta que lo que más le llamaba la atención eran las obras más significativas de Messager. Lo primero que vimos fueron unos globos terráqueos de plástico que tenían pegadas unas bolsas de plástico y volaban por cuatro ventiladores industriales. El aire hacía que chocaran, se alejaran y volvieran a chocar en el aire. La obra se llamaba “La guerra de los mundos”, solté una pequeña risa al leer el título. Sofía estaba muy seria y me dijo: “Tienen las bolsas de plástico porque el mundo está muy contaminado” Cada quien percibió el mensaje de diferente manera, me gustó enterarme qué pensaba mi hija de la obra.
Sofía viendo "la guerra de los mundos"
Después nos asomamos a un cuarto blanco que tenía fibras negras volando desde el techo. La instalación estaba hecha de tal forma que solo te asomaras por una rendija y tuvieras un trabajo óptico para ver puras manchas negras en el paisaje, de hecho así se llama la obra “Manchas negras”.

Seguimos en la exposición y vimos los premios de Annette, esta obra me gusto mucho porque es una aceptación de su cuerpo y su persona, una aseveración de lo valiosa que es por ser. Un ejercicio que todos los seres humanos deberíamos de hacer. Le toma fotos a parte de su cuerpo y a partes de otros cuerpos que ha amado y los enmarca como sus premios personales. Vaya valor y reconocimiento propio.
disección de un muñeco
 Al final llegamos a la catarsis de la exposición. Detrás de una pared blanca, se posan unos muñecos articulados que se mueven en diferentes ritmos y necesidades. Hay algunos que no se logran mover, otros que giran sobre su propio eje y otros que se acercan y se alejan constantemente. Después del viaje de emociones que nos hizo sentir la obra de Messager, al final vemos estos muñecos que bien podrían ser nuestros sentimientos y cómo manipulan nuestros músculos, nuestra alma y nuestro cerebro de tal forma que los muñecos articulados somos nosotros en cada estado emocional de nuestra vida. Solo son, sin ninguna necesidad de juzgar, solo están. Un escenario colorido de formas que cambian según cómo se mueva la manivela. Un buen rato nos quedamos observando cada personaje de trapo. Cada uno contaba una historia, cada uno nos daba una emoción, cada uno nos unía a mi hija y a mi para entender y compartir los pensamientos íntimos de las dos. Salimos de la exposición con una gran sonrisa y un sentimiento de liberación. 
 Gracias Annette Messager por esta experiencia estética.

Les recomiendo mucho esta exposición la van a disfrutar sus niños y ustedes también, no se la pierdan está hasta el 14 de agosto. También tiene varias actividades lúdicas alrededor de esta exposición, como el taller “El paisaje de mi cuerpo” que hace referencia a la obra de Messager, este taller es para niños de 6-12 años y se hace los martes, sábados y domingos desde las 11 de la mañana.

Para conocer más de la exposición y los talleres da clic aquí.

2 comentarios:

  1. ¡Qué buena recomendación! Había visto algunos anuncios de la exposición pero jamás imaginé que pudiera llevar a mi pequeña. Se ve que fue una gran experiencia, aprovecharé las vacaciones para llevarla. Muchas gracias :)

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  2. sí llevala!! les va a encantar!! Para que vayas, participa en la promoción que hace San Ildefonso y PAPÁSDF. Mandame un mail a papas.df@gmail.com diciéndome qué es lo que más te gusta de ti y podrás ganar un pase doble para la exposición!

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