Les cuento cómo nos fue esta semana de estar en casa...
Como les platiqué el martes pasado, Sofía se enfermó de las vías respiratorias. El Pediatra le recetó antibióticos y una semana de reposo. Estos días en casa han sido un cúmulo de emociones, aprendizajes y reflexiones muy interesantes.
La rutina diaria que tenemos Sofía y yo es bastante marcada. Sofía va a la escuela, a veces se queda a talleres de cocina o artes pláticas en el kinder y tres días a la semana va a clases de natación. Por mi parte, todas mis actividades las destino a los horarios en los que Sofía está en la escuela. Mientras mi pequeña está aprendiendo los números en su salón de clases, yo estoy haciendo el súper o arreglando la casa o en una junta de trabajo. Es curioso cómo exprimo hasta el último minuto antes de pasar por Sofía a la escuela y tener la tarde libre para disfrutar a mi hija, ¿a ustedes les pasa lo mismo?
Las instrucciones del doctor me gustaron. La idea de estar en casa con mi pequeña todo el día, me emocionaba bastante. Me imaginaba que tendríamos todo el tiempo para disfrutarnos sin más preocupaciones que darle la medicina a tiempo y seguir pasándola bien. La realidad fue otra, fue un aprendizaje que me llevó a reconocer a mi hija. Yo tenía la idea que sería como cuando Sofía estaba más chica y pasaba 24 horas conmigo: se despertaba tarde, pasábamos la mañana muy tranquila, le leía cuentos, luego la arrullaba, después le daba de comer y en la tarde jugábamos sin ninguna queja u otra opinión más que la dinámica que yo pusiera; pero la realidad es que ahora mi hija tiene otras inquietudes y necesidades y está acostumbrada a estar con niños y jugar la mayor parte de la mañana. Me topé con otra realidad, mi hija que ya no tiene 6 meses, sino tres años y es una niña sociable que quiere correr, saltar y hacer lo que ella quiere. Pero sobre todo, queridos amigos, lo más importante de esta nueva convivencia, es que la pequeñuela ya sabe decir “no”, “no quiero”; eso se vuelve más complicado todavía.
Han sido días interesantes. Sofía se encuentra con la impotencia de jugar, como ya está acostumbrada en la escuela y en casa se aburre muy rápido. Tiene una energía que no termina, pero al estar enfermita, para las tres de la tarde tiene mucho sueño y a pesar de caerse dormida, ella lucha contra esa sensación, hasta que sin más remedio se duerme. Estas sensaciones de su cuerpo también la tienen en desequilibrio. Por otro lado, yo me encuentro descubriendo esta otra parte de mi hija, la que necesita rodearse de niños y niñas, la que tiene tantas ocurrencias tan chistosas y claro, también la que es berrinchuda. Me tiene azorada este descubrimiento, porque yo apostaba con seguridad de madre que conocía a mi hija, pero se me olvidó que por nuestra naturaleza de individuos, construimos diferentes roles sociales y personales. Sofía ya tiene construidos los suyos y el ser mi hija es solo uno de los varios roles que tiene su persona. Que maravilla que se sienta tan segura de ella misma.
Una enfermedad cambió nuestras rutinas por una semana, pero el aprendizaje que tuve estos días ha cambiado mi percepción de Sofía para siempre. Que sea su mamá no quiere decir que sé lo que quiere, siente o necesita. Esa relación simbiótica pasó hace mucho tiempo, ahora mi hija es un individuo con sentimientos propios. Un gran aprendizaje que no es fácil, queridos lectores, acabo de hacer una pausa en el repiqueteo del teclado y se me acaba de estremecer el corazón. Ahora sé que no tengo la certeza de lo que quiere y necesita mi hija, pero me gusta la idea de descubrirlo poco a poco, junto con ella.
Para este fin de semana, les recomiendo que se la pasen en casa, platiquen con sus hijos, no importa la edad, platiquen largo y tendido. Dense tiempo para ustedes, para conocerse. Convivan en familia, este compartir te abre a otra perspectiva. ¿no creen?
Para los papás: De esta experiencia también está el lado relajado. Cuando Sofía se duerme, mi esposo y yo aprovechamos para disfrutar un poco el ocio y ver la televisión. Les recomiendo la programación de la BBC. Dos programas en especial: El primero “how to look good naked” (cómo verte bien, desnuda) un programa que más allá de dar consejos de belleza habla de la aceptación de nuestra persona y de quitar las barreras de la inseguridad. Sentirnos orgullosas de lo que somos. Una propuesta que me parece maravillosa. El segundo es “top gear” un programa muy divertido y con una realización impecable; cuenta las aventuras de tres críticos de automóviles, se los recomiendo bastante, el saber de coches es lo de menos. Los dos programas los pueden disfrutar en pareja, esa es la maravilla de los contenidos.
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