Cada vez más,
confirmo que los sentidos nos engañan, o más bien que hay un mundo
allá afuera que mis ojos, mis oídos, mi piel, mi gusto y mi mente
no perciben; pero eso no quita que exista. Una tarde en el Papalote,
Museo del niño me llevó a esta reflexión.
Fuimos a ver
“Misterios de un mundo invisible” en la ADO Megapantalla IMAX.
Esta película muestra imágenes conmovedoras que nos llevan a
explorar otra forma de ver lo cotidiano. Desde cuántas ondas de
energía hay a nuestro alrededor, hasta cómo crece una planta en
cámara lenta, que pareciera que camina segundo tras segundo sobre el
tronco de un árbol para buscar la luz del sol y encontrar la vida.
Desde las alas de un colibrí volando en cámara lenta, hasta la
visión nanoscópica (mil veces más chica que la microscópica) de
las alas de una mariposa.
A Sofía le encantó
ver esta película. Fue conocer el mundo de otra manera. Las dos
salimos muy emocionadas, viendo todo lo que nos rodea con otros ojos.
Narrada en español por Bruno Bichir, “Misterios de un mundo
invisible” es una película que presenta de una manera atractiva a
nivel visual, lo fascinante de la Ciencia, además de llevarnos por
un viaje al futuro que no está muy lejano: descubrimientos que se
han hecho con la nanotecnología para viajar más rápido al espacio,
o curar enfermedades como el cáncer. Una película que te pone a
pensar varias cosas tanto a niños como adultos.
Es una buena opción
para empezar las vacaciones, además de visitar el Papalote, Museo
del niño que se renueva pero que sus salas principales siguen
abiertas. El acceso al Papalote en caminando porque también
Chapultepec se está renovando. La mejor opción es entrar por
Constituyentes y ahí estará un amigo del Papalote que les ayudará
indicándoles cómo llegar. Hay un estacionamiento muy cerca de esa
entrada, pueden dejar su coche ahí y caminar unos cinco minutos para
llegar al Museo. La entrada está adelante de las taquillas
anteriores, en una reja blanca.
Más información:
https://www.papalote.org.mx/
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