El universo es de colores y el arte es espiritual. Éste es el
mensaje que me dejó la exposición de Kandinsky en el Palacio de
Bellas Artes.
La exposición lleva
por título Pequeños mundos, y es que el pintor ruso presenta
cada lienzo en blanco como el silencio; el vacío que hay que llenar
con elementos armónicos, como son los colores y las figuras.
En 1896, Kandinsky
asistió al Teatro Bolshoi a una representación de la ópera
Lohengrin, del compositor Richard Wagner. Mientras escuchaba
música, tuvo la sensación de que en cada nota, había colores que
aparecían frente a sus ojos. Kandisnky se dio cuenta que su mente
actuaba en sinestesia, un fenómeno donde puedes ver la música y
escuchar los colores. Esto lo desarrolló en su pintura.
Cada color tiene una
tonalidad musical y un instrumento. Por ejemplo, el sonido del color
azul, se asemeja a una flauta; el blanco y el negro representan el
silencio; el violeta suena como una gaita o un fagot; el amarillo a
una trompeta o un clarín.
Entrados en el mundo
de Kandisky, empezamos a “escuchar” sus pinturas. Jugamos a
imaginarnos los sonidos de los colores que veíamos en sus lienzos.
De pronto, cada obra colgada en la pared era un concierto visual.
Flautas, trombones, silencios, violines por todas partes. Además de
que nos divertimos bastante, fue como entrar a la dimensión de
Kandinsky, imaginar cómo el artista percibía el mundo.
Vasili Kandisnky es
uno de mis pintores favoritos. Me gusta la propuesta sonora que juega
con lo visual. Lo que yo no sabía, era que él proponía que el arte
era una forma de alcanzar la espiritualidad. Tiene un libro completo
en donde trata éste tema. Con éste dato, me cayó aún mejor.
Me gustó mucho la
exposición, porque hay obras que no conocía de él. Unas pinturas
realistas y otras con un toque impresionista, para después llegar a
la abstracción. Me encantó conocer el proceso.
Vayan con sus hijos
e hijas. Se la van a pasar muy bien escuchando los colores y los
mundos que Kandinsky nos dejó para ver el mundo más interesante.
Les recomiendo vayan
pronto, porque la exposición termina el 27 de enero. Lleguen
temprano, porque hay mucha gente y la fila es muy larga. La
exposición abre a las 10:00 am. Nosotros llegamos a las 9:30 am y
nos fue muy bien; nos dio buen tiempo para formarnos en la taquilla y
después al acceso a la exposición. No lleven mochilas muy grandes,
porque las tienen que dejar en el guardaropa, y eso tarda más.
Lleven audífonos
porque pueden escuchar la playlist especial de la exposición en
Spotify; y se vuelve muy interesante. Yo escuché Mellow Yellow
de Donovan, mientras veía la pintura de San Jorge y fue toda
una experiencia.
También les
recomiendo que tengan paciencia con la gente. Hay mucha, y el espacio
es reducido. Lo bueno es que Kandinsky es tan buena vibra, que en vez
de molestarnos por estar tan pegados, compartíamos nuestro asombro.
Nos convertimos en una pequeña comunidad, emocionada de lo que
estábamos viendo y disfrutando. Fue un momento espiritual, como bien
sabía el maestro.
Más información:
https://www.inba.gob.mx/actividad/5288/kandinsky