22.6.18

Este fin de cursos: promueve la cámara horizontal.




Se viene final de año y las actividades de la hija se intensifican cada vez más. La semana pasada era ensayo, tras ensayo del ballet; su presentación final. Esta semana fue su examen, también de ballet. Pero antes de eso, el campamento. Ahora se junta la ceremonia del día del padre y los ensayos para cierre de cursos de su clase de órgano; más las competencias finales de natación. Y por su puesto, la ceremonia de fin de año en la escuela, que además harán un recital para despedir a sus compañeritos y compañeritas de sexto de primaria.
Lo primero que pienso cuando se acerca ésta temporada es ¿de dónde se me ocurrió meterla a tantas actividades? Una vez dicho eso y verla feliz en cada una de sus presentaciones, se me pasa, aunque me prometo que el próximo año será menos movido...famosas últimas palabras...pero en fin, las vacaciones se acercan y ese ya será tema de otro post.
Con tanta presentación y momentos de recuerdos, el segundo pensamiento que se viene a mi mente es el de limpiar la memoria del celular. Luego me ha pasado que con tanta foto y vídeo que me mandan del Whatsapp, cuando quiero tomar un vídeo del recuerdo me aparece la terrible leyenda de “memoria insuficiente”. Los movimientos de mis dedos, se aceleran para borrar lo más posible y poder grabar el momento; aunque a veces no es lo suficientemente rápido, así que: limpiar la memoria del celular, son tiempos de estar prevenida para cualquier recuerdo de fin de cursos.
Me doy cuenta que no soy la única mamá que vive ésta situación. El celular o la tableta es un dispositivo que se ha vuelto importante para recordar. Enseñarle la foto o el vídeo a los abuelos, a las amigas, a los tíos, o verlo en familia para repasar el momento. Papás y mamás estamos listas para sacar la cámara del celular y capturar el recuerdo. Pero hay algo importante en todo este proceso: la posición de la cámara.
Es cada vez más popular que los vídeos se graben de forma vertical, pero no es la mejor forma de grabar porque se pierde información. Entiendo que es más inmediato y que parece que tiene sentido porque la forma en la que vemos el celular, la mayoría de las veces es vertical, pero nuestros ojos no ven así, nuestros ojos ven horizontal. Es un simple movimiento de muñeca.

Posicionar la cámara en horizontal hará que los vídeos se entiendan mejor, porque nuestros ojos y nuestro cerebro lee de esta forma. Hay un panorama más amplio de visión y además se pueden grabar más elementos.
La cámara vertical se está volviendo una epidemia que hay que detener. Este fin de cursos, graba a tus hijos y a tus hijas con la cámara horizontal y notarás la diferencia.
Te dejo un vídeo para que entre todos y todas sigamos con este movimiento.


16.6.18

Chapultepec y mi papá


Recuerdo cuando jugábamos carreritas a la orilla del Lago de Chapultepec, segunda sección. La pista era de poste a poste. No eran más de 30 metros, pero yo lo veía como una pista enorme, la carrera de la vida. Yo tenía alrededor de tres, cuatro años. Son de esos primeros recuerdos que se forman en la mente. Las carreritas eran mis hermanos y yo, pero mi entrenador personal era mi papá. Recuerdo que me aconsejaba que cuando corriera pusiera mis manos completamente abiertas, con los dedos juntos, como navajas que cortan el viento, así podría ir más rápido. La cabeza siempre hacia delante y nunca voltear a ver cómo van los demás. La competencia era entre la meta y yo.
Debo admitir, muy a pesar de lo que mis hermanos recuerden, que gané un par de veces. Cuando llegaba al poste, era toda una celebración. Un logro del esfuerzo realizado, y a la vez un agradecimiento de los consejos de mi papá. Llegar a la meta era una comprobación de que mi papá tenía un pleno conocimiento de la vida. Cada cosa que decía se comprobaba como cierta.
Después crecí. El lago de Chapultepec ya no parecía tan grande como cuando tenía tres años. La distancia entre los dos postes la podía recorrer a pocos pasos sin cansarme; y mi papá se volvió cada vez más imperfecto, más humano. Tal vez eso es necesario para crecer, ver las cosas desde diferente perspectiva; empezar a crear teorías propias, conocimiento de primera mano, experimentar el mundo. Así crecí. Me hice mamá y llevé un par de veces a mi hija a Chapultepec para contarle la anécdota de las carreras.
Ahora mi papá tiene un nuevo nombre: “el abuelo”. Sigue compartiendo sus teorías sobre correr, pero sobre todo de vivir. Ahora veo que hay muchas cosas de mi papá en mi; en mi propia versión, con mis propios mecanismos, según mi propia experiencia, pero con un sello distintivo de mi padre. El abuelo, un experto en selfies familiares y todo un comunicador en los chats de whatsapp. Ahora el abuelo le enseña a mi hija a ser feliz. A mí, me deja con el aprendizaje de seguir el camino a mis propias metas, decidida, viendo de frente, como aquellas tardes, de poste a poste, junto al lago de Chapultepec.
Gracias papá.
A todos los Papás DF, les deseo un día del padre lleno de alegría con su familia. Y ya que estamos hablando de recuerdos ¿Qué momento especial recuerdan con sus hijos o con sus papás en la ciudad de México?

9.6.18

Aprender y enseñar a ser amiga


Reír. Sentir que el estómago se comprime, hace su propio trabajo abdominal. Tomar aire para seguir en la acción de la risa. Realizar este acto de la manera más gozosa posible, hasta que se cierren los ojos, como consecuencia natural por los cachetes expandiéndose a su máximo esplendor debido a que las comisuras de la boca se abren lo más posible. Todo este movimiento se aplica con una ligera curvatura de la espalda y tal vez una mano llevada a la cara, tratando de aminorar el estímulo, aunque es imposible. La risa sale, la carcajada se disfruta, el humor brota. Todo esto es constante cada vez que salgo con mis amigas.



Convivir con las personas que me son importantes, que compartimos búsquedas, gustos, emociones, tristezas o simplemente la vida. Me encanta estar en compañía de mis amigas. Platicamos, reímos, convivimos, pero sobre todo, somos lo que somos, sin preámbulos ni necesidades de aparentar. La confianza y honestidad al máximo. 

Cada día que pasa, me doy cuenta que estos momentos son importantes. El círculo de amistad de mi hija va creciendo, ya está encontrando sus BFFs (ya mi hija me explicó lo que significa: best friends for ever o mejor dicho, mejores amigas para siempre), ya hacen planes, van a pijamadas, se platican. Me doy cuenta que el ser amiga es un proceso que se aprende. 

Justo ayer que salí con mis amigas, regresé a mi casa y mi hija me preguntó cómo me había ido. Le conté de lo que nos reímos, de la bien que nos la pasamos, del gusto que me dio verlas y compartir. Cuando le estaba contando, me quedé pensando que así como las mamás y papás damos el ejemplo para temas como la honestidad, la disciplina y el trabajo; también podemos ser ejemplo de amistad. 
Tener un círculo de amistades. Hermanos y hermanas de la vida.

 Antes no creía mucho en eso, pero ahora lo veo más claro, es importante disfrutar la amistad. Darme la oportunidad de aprender a ser amiga y en el camino, compartirlo con mi hija.
Reír. Reír mucho. Ser confidentes. Respetarnos. Apoyarnos. Cuidarnos. Querernos. Compartir. Respetar nuestro espacio individual. Procurarnos. Ser amigas. Me siento tan agradecida.