Te recomiendo un libro para niños con el que aprenderemos más los padres.
Es interesante cómo nadie nos enseña a saber acomodar nuestros sentimientos. Incluso en el tema de saber escuchar el alma, somos maniqueístas. Todo lo clasificamos como bueno o malo, alegre o triste, contento o enojado. Hasta hace poco entendí que hay matices en lo que sentimos y que no hay rencores, solo recuerdos que van perdiendo su intensidad. Que se perdonan.
Ese aprendizaje me llevó a conocer el libro El pájaro del alma, de la periodista israelí Mijal Snunit. Fue un regalo de vida para ser exacta. Aprender a acomodar mis sentimientos, desembocó en conocer este libro, que puedo leer con mi hija y enseñarle que los sentimientos fluyen, que es de humanos tener varios y que solo hay que saber clasificarlos y entenderlos.
El pájaro del alma, cuenta la historia del pájaro que tenemos todos los humanos y que “habita en nuestro interior, hondo, muy hondo, dentro del cuerpo”
Este pájaro se dedica a armar cajones de sentimientos. Tiene:
“ Un cajón para la alegría
y un cajón para la tristeza,
Un cajón para la envidia
y un cajón para la esperanza,
Un cajón para la decepción
y un cajón para la desesperación,
Un cajón para la paciencia
y un cajón para la impaciencia,
También hay un cajón para el odio
y otro para el enojo,
y otro para los mimos.
Un cajón para la pereza
y un cajón para nuestro vacío,
y un cajón para los secretos más ocultos
(éste es un cajón que casi nunca abrimos)
Y más cajones.
También tú puedes añadir todos los que quieras.”
Así de fácil y simple, cada sentimiento tiene un cajón y el pájaro del alma se dedica a guardar los recuerdos en los cajones, según el sentimiento de cada recuerdo. Lo divertido es cuando el pájaro nos juega trampas:
“Por ejemplo: el hombre quiere callar y ordena al pájaro abrir el cajón del silencio;
pero el pájaro, por su cuenta, abre el cajón de la voz, y el hombre habla y habla y habla”
Por eso, hay que escuchar atentamente al Pájaro del alma y estar en constante comunicación con él...
“Un pájaro que se siente mal, abre cajones desagradables; un pájaro que se siente bien, elige cajones agradables. Y lo más importante, hay que escuchar atentamente al pájaro (...) Hay quien lo escucha a menudo. Hay quien rara vez lo escucha. Y quien lo escucha solo una vez”
Al final de leer el libro. Sofía y yo nos acurrucamos juntas y nos quedamos atentas para escuchar el pájaro. Mi hija rompió el silencio y me dijo: “mi pájaro me dice que está alegre”.
Hay que aprender a saber acomodar nuestras emociones, saberlas distinguir y no juzgarlas, solo entenderlas y sobrepasarlas. Eso mismo hay que enseñarles a nuestros hijos. Se ahorrarán muchos golpes en la vida ¿a poco no?
El pájaro del alma. Mijal Snunit
Fondo de Cultura Económica.
Colección: A la orilla del viento
¡Qué hermoso! Sin duda leeré el libro. Gracias por la recomendación :) Saludos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el blog. Yo también soy madre joven, muy joven y también seré comunicologa, estoy a dos años de terminar la carrera. En fin me gusta mucho el concepto del blog, felicidades y ojala también puedas pasar por el mío y seguirlo!!
ResponderEliminarGracias por recomendar el libro, lo buscare pronto:)
ResponderEliminar