26.5.11

un café y unas crayolas


El café se hacía cada vez más frío, las horas pasaban y la platica seguía como un encuentro de almas que hace tiempo no se habían visto.

Me quedé de ver con mi mamá para comer. Había regresado de un viaje con mi papá para festejar sus 35 años de casados. Cuando supe que ya estaba de vuelta, me latió invitarla a comer, de esos latidos que salen del corazón.

Nos quedamos de ver a las 15 hrs. en el restaurante Sobrinos que esta en Alvaro Obregón esquina con Orizaba en la Colonia Roma. Sofía y yo llegamos 15 minutos después. Cuando Sofía vio a su abuela gritó emocionada como siempre le grita esté donde esté: ¡abuela! extendiéndole los brazos para un abrazo de bienvenida.

Empezamos a comer. Empezamos a platicar.

La comida estuvo muy rica: un ceviche de poritos, acompañado con aguacate y unas tostadas de marlin ahumado, acompañado de una cerveza bien fría. Para Sofía unas croquetas de jamón que le encantan. La platica empezaba divertida, mi mamá nos platicó los pormenores de su viaje de aniversario, nos enseñó fotos y dibujó un poco con Sofía antes que mi pequeña se quedara dormida.

Cuando Sofía se durmió, tocaba el turno del café y apenas eran las 16:15 en una tarde que parecía normal. Seguía la plática. Los temas se fueron a un nivel más profundo que los rutinarios consejos de abuela ( que se agradecen al máximo), que los nuevos chismes de familia o que el desahogo de los problemas de trabajo. La platica se tornó en una conversación interna, en una reflexión de vida entre dos personas que lo único que tienen en común es que son madre e hija.

Ya eran las 19hrs. Sofía seguía dormida. Nos cambiaron el café frío por uno nuevo para seguir abriendo el corazón. Para este momento me di cuenta que si mi mamá no hubiese sido mi mamá, es una persona que definitivamente me hubiese gustado conocer. La vida me la puso de madre y me puso como su hija, por algo. De alguna u otra forma la tenía que conocer y en este preciso momento de mi existencia la tenía que reconocer. -Me gustaría que un día Sofía piense eso de mi- reflexioné en mi interior.

El café nos duró hasta las 9 de la noche. Me despedí con un abrazo físico de mi madre, de la abuela. Le di la bienvenida con un abrazo físico a la mujer, a la compañera de ideas.

Días más tarde, como si el destino hubiese escuchado mis pensamientos, me encontré coloreando con Sofía, era un espacio que tenía en la tarde, después de ir a los programas de radio y hacer guiones. Desde el mismo sentimiento interior que me hizo invitar a comer a mi mamá, le pregunté a Sofía si estaba contenta, de ahí empezó una conversación muy bonita. Le platiqué qué hacía en la radio. A cada cosa que le contaba, habría sus ojos de asombro. Le conté que cuando era bebé ella me acompañaba y se quedaba jugando en la cabina mientras yo producía. Ella me platicó que le gusta mucho dibujar con crayolas, que el color que más le gusta es el verde, también me contó que le gusta el agua de limón y nadar. Platicamos un buen rato, sin hacer nada, solo platicar y compartir emociones. Cuando terminamos, le di un beso a mi hija, a mi compañera de juego.

Conocer a nuestra familia no siempre significa conocerla, reconocerla desde lo profundo, como individuos que también tienen broncas, alegrías, miedos o puntos de vista.
Si se te antoja este tipo de encuentros, te recomiendo dos lugares:

Sobrinos. Se come muy bien y tiene gran variedad de bebidas, según el nivel de plática va desde una buena variedad de tés hasta una buena variedad de martinis. Además es uno de esos lugares que no importa cuanto tiempo estés, te sientes muy cómoda y el servicio es muy bueno.

La sala de tu casa. Apaga la tele o la computadora, saca los juegos y busca el pretexto perfecto para sacarle la plática a tu hijo. Los peques nos tienen mucho por contar!

Para los papás: Hablando de llegar al lado profundo de las personas, te recomiendo dos documentales que se proyectan dentro del festival Distrital 2011 y que con orgullo trabajamos mi esposo y yo:

México Bárbaro 2010: A 200 años de que se abolió la esclavitud. La explotación laboral sigue existiendo en nuestro país.

Sábado 27 Cinemas Lumiere Reforma (Rio Guadalquivir No. 104, Col. Cuauhtemoc) a las 17:00 hrs.

Morir de pie: Documental galardonado en el Festival Internacional de Guadalajara. Cuenta la historia de Irina Layevska, discapacitada y discriminada se aferró a la vida construyendo su propio personaje. La lucha comienza cuando abandona la causa social para enfrentar la personal.

Domingo 28 Sala 3 de la Cineteca Nacional. 18:45 hrs.

1 comentario:

  1. Diana querida no cabe duda que la relación madre-hoj@, siempre va a traer nuevas experiencias y regalos una de la otra. Gracias por compartirnos esos momentos de juego con tu hija, aveces en la dinámica diria lo olvidamos!!!! pero aquí esta la tribu virtual q nos lo recuerda!!! gracias hermosa!!!

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